Son días clave para Amalia de Holanda que afronta un aprendizaje único en su camino como heredera. Por primera vez acude a la inauguración de la Asamblea General de las Naciones Unidas, una auténtica cumbre royal en la que ha coincidido con Felipe VI, Matilde de Bélgica y Carlos Gustavo y Silvia de Suecia. La Princesa ya se encuentra en la sede de la ONU junto a su madre, la reina Máxima, que, además, es Asesora Especial del Secretario General para la Financiación Inclusiva para el Desarrollo.
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Amalia, que ha optado por un traje holgado en color rosa salmón, ha llegado con una sonrisa y una seguridad que no hacen pensar que es su primera vez en este acto de absoluta relevancia internacional. Junto a su madre, la reina Máxima, que ha lucido un dos piezas en tono verde oliva, y el primer ministro holandés, Dick Schoof, ha mantenido las primeras reuniones bilaterales con representantes gubernamentales antes de acudir a la sesión de la Asamblea General que ha abierto Donald Trump. Madre e hija han recorrido las mismas calles de Nueva York en las que Máxima vivió hace años, antes de conocer a Guillermo de Holanda, cuando se dedicaba a la banca.
Ya en el hemiciclo, Máxima se ha sentado junto a otra reina, Matilde de Bélgica, con un traje rojo, y Amalia se ha situado justo detrás. Las tres, como el resto de asistentes, han hecho usos de los auriculares para escuchar la traducción de los discursos.
También se ha encontrado con Silvia de Suecia en una reunión posterior a la sesión de apertura. La Princesa la que ha saludado con una reverencia y un cariñoso beso. Mientras, en los márgenes de la Asamblea, el rey Felipe ha mantenido un encuentro bilateral con el rey Carlos Gustavo en la sede de la Misión Permanente de Suecia ante la ONU, donde se trasladó el monarca español después de visitar la de su país.
Esta es la segunda parada de su periplo estadounidense. El lunes Amalia de Holanda acompañó a su madre en Washington a la reunión con la Junta Directiva del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Un encuentro para analizar las oportunidades y desafíos que implica promover la salud financiera en América Latina y el Caribe También tiene la oportunidad de conversar con los directores de la Corporación Financiera Internacional (CGAP ) y su grupo de asesores permanentes, el Grupo de Referencia. Como Presidenta Honoraria de la Alianza Global para la Inclusión Financiera (GPFI) del G20, también mantuvo una conversación de seguimiento con el Sherpa del G20 de Estados Unidos (EE. UU.) sobre salud financiera. Durante el encuentro, la princesa Amalia se ha sentado a su lado y ha estado atenta a cada movimiento. Además, llevaba su propia carpeta con documentos que se había preparado.
La reina Máxima lleva doce meses trabajando sobre este eje que abordó tras 15 años volcada en las finanzas inclusivas. "El secretario general me ha dado un nuevo mandato: a partir de ahora me centraré en la salud financiera. Esto difiere de la financiación inclusiva, que se refería al acceso de las personas a los servicios financieros y el uso de los mismos. Sabemos que, ahora, muchas más personas pueden obtener créditos. Lo cual es asombroso, porque les brinda oportunidades para generar más ingresos. Por otro lado, vemos que el ahorro solo ha crecido un uno por ciento en este tiempo. Tenemos que examinar con gran atención cómo se pueden desarrollar los servicios financieros de tal manera que beneficien directamente a la salud financiera de las personas, de modo que creen un colchón para resistir los choques financieros, seguros para protegerse de los riesgos y préstamos asequibles para invertir en sus objetivos futuros", contaba en ¡HOLA! hace justo un año.