Irene Urdangarin está ya de regreso en Oxford, contando los días para volver a España en Navidad. Al igual que su hermano Juan, viajó desde Londres el fin de semana del 22 de noviembre para disfrutar del gran almuerzo familiar que se celebró en El Pardo en homenaje a la Reina Sofía, tras su ingreso en la Insigne Orden del Toisón de Oro, y, después, se tomó unos días de respiro.
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Los pasó junto a su abuela y su hermano Miguel, que es el único que vive y trabaja en Madrid, aunque aprovechó para ver a algunos amigos, además de seguir estudiando. Es momento de hincar codos. Los exámenes empiezan el 15 de diciembre y terminan el 19, el mismo día en el que podrá cogerse vacaciones.
Desde que se instaló en Gran Bretaña y rompió su relación con Juan Urquijo, Irene ha podido llevar una vida casi anónima —nada le gusta más—, aunque en España no es fácil estar lejos del foco mediático… Lo sabe, y cuando se encontró con las cámaras en el aeropuerto, reaccionó con una sonrisa un tanto misteriosa y respuestas muy escuetas. Respecto al almuerzo familiar dijo que estuvo "muy bien". Y en cuanto a la entrevista que ha concedido Iñaki Urdangarin a Jordi Basté —se emitirá el 11 de diciembre— señaló que está de acuerdo con todo lo que cuente su padre: "Sí, todo. Todo".
La hija de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin disfruta de una gran etapa: estudios en Oxford, viajes de incógnito y la alegría de llevar una vida casi anónima
Irene disfruta de una gran etapa. Estudia lo que más le gusta, International Hospitality Management, en Oxford Brookes; vive en el campus; comparte apartamento con otros estudiantes, y lleva la vida de cualquier otro alumno. Es una joven muy independiente que mantiene un perfil muy bajo y consigue viajar de incógnito —Francia, Italia y España son destinos frecuentes para hacer planes y prácticas de carrera—, haciendo gala de un estilo muy juvenil, que es perfecto para moverse "camuflada": vaquero ancho y zapatillas Converse.
Fuera, pero cerca de su familia
Irene termina el año viviendo su mejor vida. Formarse en un ámbito tan exigente no resulta un impedimento para disfrutar sus días en la ciudad idónea para cumplir su sueño de pasar desapercibido. Sin embargo, no se olvida de sus raíces españolas y siempre que puede se escapa al país mediterráneo —entre sus escapadas europeas— para ver a sus amigos más cercanos y pasar unos días con sus familiares.
A finales de verano, sin ir más lejos, Irene estuvo en Barcelona junto a su madre, la infanta Cristina, apoyando a su hermano Pablo y su equipo Fraikin BM Granollers en el comienzo de temporada de balonmano. Esta salida, donde madre e hija derrocharon pura complicidad en las gradas, ocurrió días después de que confirmáramos en nuestras páginas la ruptura de la estilosa joven y su chico tras más de un año. Sin embargo, a pesar de tomar la decisión de tomar caminos separados, siguen manteniendo una buena relación y continúan con su amistad.