El pasado 22 de julio, contábamos en ¡HOLA! la historia secreta que hay detrás de las joyas de la reina Sofía: entre perlas perdidas, tiaras olvidadas y rubíes birmanos. Ahora, tras la publicación en Francia de las memorias de Juan Carlos I, hemos conocido que la madre de Felipe VI posee otro tesoro más en su colección privada de piedras preciosas, una que sin duda guarda gran significado personal tanto para ella como para el que fuera jefe del Estado.
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Así lo desvela el antiguo monarca en su biografía escrita por Laurence Debray, con un relato en el que este echa la vista atrás y se sitúa en un viaje que hizo con su esposa a Bangkok (Tailandia), donde surgió todo. "Mientras paseaba al azar por las calles, entré en una joyería", comienza diciendo el exsoberano de 87 años en su libro. "Una dependienta me dijo: «¡Tengo lo que necesita!», y sacó un magnífico zafiro cabujón", recuerda sobre aquel episodio que vivió dentro del establecimiento.
"Quise comprarlo para Sofi (como se refiere a ella cariñosamente), pero me dijo que tenía un precio prohibitivo: cinco mil dólares", añade al hablar de lo que le pedían por la joya, que son más de 4.300 euros de la época. Era por tanto demasiado dinero, así que don Juan Carlos lo tuvo claro: "Después de pensarlo mucho y hacer cuentas, llegué a la conclusión de que no entraba en nuestro presupuesto y me fui, llevándome la tarjeta de la tienda", rememora.
Sin embargo, la cosa no quedó ahí y, visto lo que pasaría mucho tiempo después, parece que ese zafiro estaba destinado a formar parte del joyero de la reina. "Cinco años más tarde, emprendimos un viaje por Asia con una pareja de amigos griegos", cuenta el Rey sobre esa nueva travesía por aquellos lares. "Una vez en Bangkok, me acordé de esa joyería", señala. "Encontré la tienda. La misma señora me recibió diciendo: "¡Todavía tengo el zafiro para usted!"". Sin duda, una sorprendente casualidad que el exmonarca ya no podía desaprovechar. "Era increíble que me hubiera reconocido", apostilla.
Fue entonces cuando todo cuadró para que finalmente pudiera hacerse con la valiosa pieza, ya que "me lo vendió a la mitad del precio que pedía cinco años antes", explica. Es decir, que pagó por él unos 2.500 $ (2.160 €). Tras ello, confiesa el padre de Felipe VI que "estaba tan feliz de poder comprarlo esta vez". Eso sí, cuenta que no se lo dio inmediatamente a su mujer, puesto que quería regalárselo en un momento único y que ambos jamás olvidarían. "Esperé a estar en el Taj Mahal y, durante una cena bajo la luna llena, le regalé a Sofi ese magnífico zafiro", concluye.
Una historia de lo más curiosa y romántica que empezó con un deseo imposible y que terminó como un sueño hecho realidad, bajo un escenario tan increíble como es el bellísimo templo indio que está considerado como una de las siete maravillas del mundo moderno. Es el mausoleo de mármol blanco, en Agra, construido por el emperador mogol Shah Jahan en honor a su esposa Mumtaz Mahal. Símbolo del amor eterno y patrimonio de la humanidad, fue allí donde Juan Carlos I le entregó a la reina Sofía aquel zafiro por el que tanto suspiraba y que felizmente le pudo dar.
