EXCLUSIVA

La verdadera historia de las memorias del rey Juan Carlos contada por Laurence Debray: "Lo escribió con la intención de reconciliarse con su pasado, con su familia, con su país"


Entrevista con la coautora, que nos revela las anécdotas más desconocidas y los secretos mejor guardados


LA VERDADERA HISTORIA DETRÁS DE LAS MEMORIAS DEL REY JUAN CARLOS, CONTADA POR  LAURENCE DEBRAY
Por: Isabelle de Courson
5 de noviembre de 2025 - 6:06 CET

Incluso antes de desembarcar hoy en las librerías francesas, Reconciliación, el libro de memorias de Juan Carlos I, ha hecho correr muchos ríos de tinta tanto en Francia como en España. Nunca un Rey había tomado su pluma para relatar en primera persona los episodios de la historia que protagonizó y compartir, entre sus recuerdos más íntimos y la confesión de sus errores, sus reflexiones sobre su destino digno de una novela. 

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© Charles Ewing
Don Juan Carlos y su biógrafa, la historiadora francovenezolana Laurence Debray, en Abu Dabi, en la villa donde el Rey Juan Carlos reside desde su exilio voluntario en el verano del 2020. Durante tres años, escribieron a cuatro manos las memorias del Rey, que salen hoy en Francia bajo el título "Reconciliación". La editorial Planeta anuncia la publicación de la versión española el próximo 3 de diciembre

El último que se atrevió a hacer parecido ejercicio fue el Rey Sol. De allí, probablemente, la fascinación de los medios franceses por este testimonio único escrito en francés. Mientras se retrasa la versión española a principios de diciembre, la escritora e historiadora francovenezolana Laurence Debray, que ayudó al Rey Juan Carlos a plasmar sus memorias sobre el papel, nos cuenta la historia oculta de esta auto­biografía con la que cierra un círculo tras tres libros y un documental dedicados "a un Rey que nunca fue como los demás".

"Se lo tomó muy en serio. Es la obra de toda una vida. Es un testimonio único. No es un hombre amargado ni nostálgico"

Don Juan Carlos fue Rey de España durante casi 39 años y sus memorias salen hoy… en Francia.

El Rey quería que el libro se publicara al mismo tiempo en Francia y en España. Ese era su deseo inicial, un lanzamiento simultáneo. Que saliera en Francia, porque el libro está escrito en francés y yo soy una escritora francesa. Y que saliera en España, por razones evidentes.

© Stock

¿Qué pasó entonces?

En Francia, acudí naturalmente a Stock, la editorial que ha publicado la mayoría de mis libros. En España, lo publica Planeta, porque el Rey quería que lo hiciera un gran grupo español, no uno extranjero. Cuando hablamos con Planeta sobre la fecha de lanzamiento, nos sugirieron noviembre. Avisé a Stock que tenían que ajustarse a esa fecha. Evidentemente, aceptaron, aunque venía un poco tarde en su programación. Luego, Planeta retrasó la salida a principios de diciembre. Por desgracia, en Francia la maquinaria ya estaba en marcha y no se podía detener. De ahí el desfase entre los dos países. No hay que buscar nada más complicado detrás.

© Gonzalo Machado

"Es un libro de historia con mayúscula, escrita por uno de los grandes líderes europeos vivos del siglo XX. Era importante recoger su testimonio"

El libro llega hoy a las librerías galas, pero desde hace una semana los medios franceses se apasionan por esta salida, que anticiparon con numerosos artículos, extractos y reseñas. ¿Cómo ha recibido esta gran acogida en el país vecino? 

El Rey está encantado con la acogida que está teniendo el libro en Francia. Y yo también estoy muy contenta. Ha empezado con muy buen pie. No podía haber soñado con nada mejor. Evidentemente, espera que este recibimiento tan favorable tenga eco en su país.

¿Vendrá a España a presentar su libro?

El Rey no va a ir a París ni va a presentar su libro él mismo. Tampoco lo hará cuando salga en España. Le importa mantener la equidad y por voluntad de discreción. Solo recibió a dos periodistas franceses en Abu Dabi. No está en una lógica de promoción frenética.

Escribir sus memorias no es un ejercicio al que los Reyes acostumbran. ¿Cuándo y por qué decidió hacerlo?

Dudó durante mucho tiempo, porque sabe de sobra lo que está en juego. Siempre se acuerda de lo que le decía su padre, don Juan: "Los Reyes no hablan de sus asuntos". Lo meditó mucho. Fue el actual emir de Abu Dabi, el jeque Mohammed bin Zayed, quien le animó a hacerlo. También se dio cuenta de que los jóvenes con los que hablaba, los hijos de sus amigos, no sabían nada de la Transición. Necesitaba contar su versión de la historia y su verdad.

"Desde el principio, quedó claro que iba a abordar todos los temas, incluso los más desagradables. No podía omitir nada, era consciente de ello. Es lúcido sobre los errores que cometió"

© Laurence Debray
Un momento histórico: pocos días antes de la salida de "Reconciliación" en Francia, el Rey Juan Carlos recibe el primer ejemplar de sus memorias en francés.

Una decisión audaz que genera mucha expectativa, pero que, a la vez, no está exenta de riesgo.

Quizás esto no les guste a algunos medios españoles, teniendo en cuenta la cantidad de rumores y falsedades que difunden sobre él. Necesitaba aclarar algunos puntos de su historia. Sabe que es una decisión arriesgada, que va a ser muy criticado en España. A diferencia de Francia, donde se le percibe como un líder europeo, un gran demócrata. Pero no es la primera vez que lo atacan y, como dice, tiene preparado su escudo para defenderse.

"Estaba muy emocionado. Y yo también. Fueron tres años de intenso trabajo. Era el final de una aventura y a los dos nos conmovió", confiesa sobre su reacción al ver el libro

¿Por qué publicar Reconciliación ahora?

¿Por qué no esperar después de su muerte para hacerlo? Precisamente porque quiere asumir la responsabilidad de este libro, de su publicación. Y quería verlo salir con sus propios ojos.

"Me sentía incapaz de ser su escritor fantasma"

Muchos escritores e historiadores te envidian. ¿Por qué crees que te eligió para escribir el relato de su vida?

Es una relación de confianza privilegiada que se ha construido a lo largo de los años y a través de las pruebas que nos ha puesto la vida. Lo entrevisté para el documental "Yo, Juan Carlos, Rey de España", en 2014, justo antes de su abdicación. Era un documental coproducido por la televisión francesa y española que tuvo mucho éxito en Francia y que, lamentablemente, pasó de forma desapercibida unos años más tarde en España. Mantuvimos el contacto de forma esporádica. Cuando se marchó a Abu Dabi repentinamente en el verano de 2020, le escribí una carta abierta que publicaron los diarios Le Figaro, en Francia, y El Mundo, en España. Me llamó unas semanas más tarde para darme las gracias. También leyó mi ensayo Mi rey caído cuando salió, en 2021. Poco después, me habló de su proyecto de memorias, pero me sentía incapaz de ser su escritor fantasma.

© Laurence Debray
A lo largo de 512 páginas, el padre del Rey Felipe VI cuenta su extraordinario destino, "digno de una novela de Shakespeare", en palabras de su biografía.
© Laurence Debray
Una mezcla de recuerdos íntimos, de confesiones a veces incómodas y de reflexiones sobre su reinado y los momentos históricos que le tocaron vivir, con la que ningún Rey antes se había atrevido

¿Por qué?

Sé que varias personas lo habían intentado antes y no lo habían conseguido. Me sentía realmente incapaz. Pero él insistió, así que nos pusimos manos a la obra para ver qué podíamos conseguir.

¿Qué te hizo cambiar de idea?

Al cabo de unos meses, tras varios viajes entre París y Abu Dabi, tomé una decisión. Me convenció para que me instalara en Abu Dabi con mi familia para poder escribir realmente este libro.

"Buscábamos un título que se pudiera pronunciar fácilmente en francés, español e inglés. Él es el hombre de la democracia y, por tanto, de la reconciliación. Además, lo escribió con la intención de reconciliarse con su pasado, con su familia, con su país"

En Mi rey caído, expresaste tus opiniones sobre su trayectoria de forma franca y directa. ¿No le preocupaba?

Creo que el hecho de proceder de una familia comprometida políticamente y que viviera mi infancia entre bastidores en el Elíseo —ya que mis padres trabajaban para el Presidente Mitterrand— y el hecho de conocer un poco España, donde viví cuando era adolescente y conocí a protagonistas de la Transición como Alfonso Guerra, me daba cierta familiaridad con el tema. Además, había hecho una tesis de historia sobre la Transición democrática española. Conocía la trama, pero, a la vez, tenía pers­pectiva y no tenía ningún prejuicio particular al no ser española. Esta independencia de espíritu como francesa e historiadora le dio confianza.

Por qué decidió escribirlas en francés

¿Por qué escribió sus memorias en francés?

Lo domina perfectamente, es su lengua materna. Trabajar en francés conmigo le permitía tomar cierta distancia con su destino, su vida, su reinado.

¿Cómo valoras tu participación en la redacción de Reconciliación?

Fue una gran responsabilidad y un gran honor. Tengo la impresión de que se me reprocha mucho que me eligiera. Pero es el resultado de una relación muy especial que se ha forjado entre nosotros. Uno no puede decir que es amigo de un Rey, pero se le puede ser fiel y se puede sentir empatía. Se puede intentar comprenderlo y transmitir sus emociones, su vida, ese destino digno de una novela de Shakespeare.

© Gonzalo Machado
El Rey, sentado en su mesa de trabajo, en Abu Dabi, rodeado de fotos y recuerdos personales que se decidió a llevar consigo en su exilio, "está encantado con la acogida que está teniendo su libro en Francia".

¿Cómo fue trabajar con él?

El Rey es una persona muy disciplinada. Es un auténtico militar. Y es muy trabajador. Sé que en España no se tiene necesariamente esta imagen de él. Pero es un verdadero placer trabajar con él, porque es muy concienzudo. Hace lo que dice y dice lo que hace, así que todo va muy rápido. Es muy enérgico.

¿Con qué espíritu abordó este proyecto?

Se lo tomó muy en serio. Es la obra de toda una vida. Es un testimonio único. No es un hombre amargado ni nostálgico. Desde el principio, quedó claro que iba a abordar todos los temas, incluso los más desagradables. No podía omitir nada, era consciente de ello. Es lúcido sobre los errores que cometió. No quería en absoluto intentar eludirlos.

Su día a día en Abu Dabi

¿Cómo era un día de trabajo normal?

Trabajábamos a última hora de la mañana, después de su sesión de gimnasia y de que hubiera leído toda la prensa española a fondo. Teníamos largas conversaciones. Hablábamos abiertamente, de forma espontánea. Después, almorzábamos juntos a las dos del mediodía. En Abu Dabi, donde se estilan unos horarios a la americana, él ha mantenido sus horarios españoles. Siempre me ha hecho gracia. Sigue siendo muy español. Luego, yo transcribía lo que me había contado por la mañana. Él lo corregía. Yo preparaba una nueva versión y él la volvía a corregir. Cada vez, hacían falta al menos tres versiones hasta llegar a una que le satisficiera.

© Gonzalo Machado
Laurence Debray recalca su disciplina y su dedicación a la hora de trabajar en sus memorias. "Intervenía mucho en la elección de las palabras, porque era importante que el estilo y la escritura se parecieran a él. Cada vez, hacían falta al menos tres versiones hasta llegar a una que le satisficiera"

"Cada vez que habla de su padre, se emociona mucho", dice la biógrafa sobre los pasajes del libro que han sido más emotivos para él

¿Qué clase de coescritor es?

Como tiene un gran dominio del francés, intervenía mucho en la elección de las palabras porque era importante que el estilo y la escritura se parecieran a él y que las expresiones fueran las que él utilizaría. Como eran conversaciones improvisadas, a veces resultaban un poco inconexas. Así que mi trabajo consistió en gran parte en reorganizar, poner un orden cronológico, evitar las repeticiones... Me llevó bastante tiempo. Después, también había que verificar ciertos hechos, ciertas fechas o ciertos nombres. Porque, a sus 87 años, su memoria, como la de todo el mundo, a veces falla un poco. Pude contar con sus amigos, que siempre me ayudaron mucho.

¿Qué le resultó más difícil en todo este proceso?

No tuvo acceso a sus archivos. Así que, en realidad, es un libro de recuerdos que yo he verificado. Partió del principio que era su verdad, basada en sus propios recuerdos.

"El Rey no va a ir a París ni va a presentar su libro él mismo. Tampoco lo hará cuando salga en España"

© Charles Ewing

¿Tuvo momentos de duda? ¿Pensó alguna vez en rendirse?

Una vez que toma una decisión, va a por ella. No duda.

¿Le viste emocionarse en algún momento al recordar ciertos acontecimientos, ciertas personas?

Cada vez que habla de su padre se emociona mucho.

"¿Por qué no esperar después de su muerte para hacerlo? Precisamente porque quiere asumir la responsabilidad de este libro, de su publicación"

¿Habéis tenido debates o divergencias a la hora de relatar ciertos episodios?

Me puse a su servicio. Son sus memorias, su libro. No hubo desacuerdos.

¿Se eliminaron pasajes del libro?

La primera versión del libro tenía 600 páginas. Era demasiado larga. Por motivos de publicación, se eliminaron detalles, repeticiones. Nada más. Es el proceso normal.

El significado de su título, Reconciliación

¿Cómo eligió el título Reconciliación

Buscábamos un título que se pudiera pronunciar fácilmente en francés, español e inglés. El Rey quería un título corto e impactante. Lo encontramos un poco por casualidad. Él es el hombre de la democracia y, por tanto, de la reconciliación. Además, lo escribió con la intención de reconciliarse con su pasado, con su familia, con su país. Espera que los españoles se reconcilien con su historia, que se sientan orgullosos, como él se siente orgulloso de haber dedicado su vida a España.

"Tengo la impresión de que se me reprocha mucho que me eligiera. Pero es el resultado de una relación muy especial que se ha forja­do entre nosotros"

© Javier Alonso
"Fue una gran responsabilidad", reconoce la escritora Laurence Debray, que en un primer momento se sentía incapaz de acompañar al Rey en la escritura de sus memorias. Pero ante la insistencia del exsoberano, se mudó con su familia a Abu Dabi para dedicarse plenamente a este proyecto. Tras un documental, una biografía y un ensayo, considera que con la publicación de "Reconciliación" se cierra el círculo para ella. "Creo que es un libro que pasará a los anales de la historia", dice

¿Recibiste presiones?

No, nadie se atrevió. Yo solo trabajé con el Rey. Pero, desde luego, su entorno más cercano y sus hijas sabían que estábamos redactando sus memorias.

¿Descubriste una faceta del personaje que desconocías?

Él entendió que no era una decisión fácil mudarme a Abu Dabi con mis dos hijos pequeños y mi marido. Se mostró muy considerado con mi familia. No se olvidaba de los cumpleaños, nos invitó para la Navidad, la Pascua. Estaba muy presente, tuvo pequeños detalles con todos nosotros. Sus hijas también fueron muy atentas y amables. Al igual que su nieto Felipe, un joven entrañable, que fue realmente una presencia radiante. Tuve la sensación de tratar con una familia solidaria, acogedora y generosa. Humanamente, fueron formidables.

© Gonzalo Machado

"El francés lo domina perfectamente, es su lengua materna. Trabajar en este idioma conmigo le permitía tomar cierta distancia con su destino, su vida, su reinado"

Para una historiadora, ayudar al personaje histórico, objeto de sus investigaciones, a escribir sus memorias ¿es el gran sueño?

Soy consciente de que es un testimonio histórico. Creo que es un libro importante que pasará a los anales de la historia de España. No es un libro de chismes ni de ajustes de cuentas. Se trata de historia con mayúscula, escrita por uno de los grandes líderes europeos vivos del siglo XX. Era importante recoger su testimonio.

¿Como reaccionó cuando recibió el primer ejemplar de su libro?

Estaba muy emocionado. Y yo también. Fueron tres años de intenso trabajo. Era el final de una aventura y a los dos nos conmovió.

© Gonzalo Machado
El Rey delante de un retrato suyo vestido de regatista por el pintor Hernán Cortés

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