El rey Juan Carlos, en el libro titulado Réconciliation. Mémoires. Juan Carlos I d’Espagne, escrito por la periodista francesa Laurence Debray, recupera su voz y su versión de los hechos, tras sentirse desplazado de la narrativa oficial de la historia reciente de España. A través de extensas conversaciones con la escritora franco-venezolana, el libro aborda su legado democrático, su exilio en Abu Dabi, su relación con el rey Felipe VI y su anhelo de reconciliación personal y nacional. Uno de los detalles que se ha desvelado, en los extractos que han conseguido Le Point y Le Fígaro antes de su publicación en Francia, es la conversación con la que comunicó a su hijo, durante el mes de agosto de 2020, su marcha a Abu Dabi.
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Mi hijo, cuando supo de mi partida repentina, me llamó. Yo ya estaba en el avión.—¿Adónde vas, jefe? ¿A Londres? Me llaman “jefe” o “patrón”. No creo tener un carácter autoritario, pero es cierto que refleja la organización piramidal de la Casa y de la familia reales. Como muestra de respeto, mi hijo me llama así, aunque en la intimidad sigo siendo “papá”.—No, a Abu Dabi.—Cuídate.
Esa fue nuestra última conversación de viva voz antes de muchos meses de silencio y distancia.
La Casa Real hizo pública entonces la carta privada que le había escrito. Se la había dejado antes de partir, sobre su escritorio. Sigo suscribiendo cada palabra:
“Majestad, querido Felipe:
Con el mismo afán de servir a España que me inspiró durante mi reinado, y teniendo en cuenta las repercusiones públicas generadas por ciertos acontecimientos pasados de mi vida privada, deseo expresarte mi absoluta disposición para contribuir a facilitar el ejercicio de tus funciones, en la calma y tranquilidad que tu alta responsabilidad requiere. Mi legado y mi propia dignidad como persona así lo exigen.
Hace un año te manifesté mi voluntad y mi deseo de no ejercer más actividades institucionales. Hoy, guiado por la convicción de prestar el mejor servicio al pueblo español, a sus instituciones y a ti como Rey, te comunico mi decisión meditada de abandonar España por el momento. Una decisión que tomo con gravedad, pero también con gran serenidad.
Fui rey de España durante cuarenta años y, a lo largo de todos ellos, siempre quise lo mejor para España y para la Corona.
Con mi lealtad habitual, y con el afecto y la ternura de siempre,
Tu padre.”
