Faltaba pisar tierra del viejo reino, conformador de la Corona de España. Leonor sigue adentrándose en la historia rumbo al trono, mientras refuerza, junto a los Reyes, su papel en la cohesión de España. La historia empezó a escribirla Carlos III el Noble en 1423, cuando creó en Tudela el título de Príncipe de Viana para los herederos del Reino hace 602 años, y ahora, seis siglos después, Leonor, que es el futuro, lo activa y lo hace valer. Emocionada, puntual, con soltura, decisión, y respondiendo con naturalidad y cercanía a la expectación y el cariño del público que quiso ser testigo de esa primera vez, la heredera al trono emprendió en Pamplona una visita oficial de dos días a la Comunidad Foral remarcado el vínculo que mantiene con Navarra.
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Una princesa conectada con siglos de historia
Los Reyes y la princesa Leonor abrieron la agenda de estos dos días de viaje oficial a las 10:30 de la mañana con una visita al Palacio de Navarra, sede del Gobierno y lugar donde se conservan impresionantes obras de arte de pintores como Goya y Rubens. Llegaron en coches separados -azul para la princesa y carmesí para los reyes- y lo primero que hicieron fue saludar a la gente, muchos de ellos congregados allí desde primera hora de la mañana y cuando el termómetro todavía no alcanzaba los siete grados.
La princesa Leonoro ha dejado por unas horas su formación en la Academia General del Aire y el Espacio de San Javier para conocer al pueblo navarro, que también está siendo testigo de la responsabilidad con la que abraza su destino. Imparable, adaptándose a todo y con la sonrisa por delante. Para que se la conozca un poco más, para descubrir sus monumentos y paisajes cincelados a lo largo de los siglos. Y, también, para poner en valor la importancia del principado de Viana en el conjunto de España.
Felipe VI fue el primer Príncipe de Viana de la Democracia, lo que añade un valor institucional-emocional a este viaje en el que el Rey tendrá muy presente a su abuelo, don Juan, que murió en Pamplona (1993) pidiendo incansable la unidad de España y defendiendo hasta el último momento los derechos históricos de Navarra. Fue él quien leyó en voz alta sus pensamientos, ya que el cáncer de laringe le impedía hablar. Acababa de recibir la Medalla de Oro de Pamplona y quiso agradecerlo: “He pedido a mi querido nieto, el Príncipe de Asturias y de Viana, que actúe como mi portavoz leyendo en mi nombre estas palabras: quiero a Navarra y a los navarros con todo mi corazón y siempre gratifica y emociona ver el amor correspondido".
Y, también recordará el jefe del Estado los años en los que viajaba cada año a Navarra para hacer entrega del Premio Príncipe de Viana de la Cultura, que fue creado mediante un Decreto Foral el 15 de marzo de 1990, 13 años después de que se rehabilitara el título que históricamente había correspondido al heredero de la Corona española, entonces don Felipe. Pero volvamos, a la actualidad. Los Reyes y la Princesa de Asturias y Viana cruzaron las puertas del edificio flanqueado por la Plaza del Castillo y el Paseo de Sarasate, donde se alza el Monumento a los Fueros de Navarra, y fueron recibidos por la presidenta de Navarra, María Chivite y representantes de las instituciones navarras. Juntos, recorrieron la antecámara, donde pudieron ver un retrato del primer Príncipe de Viana y, desde el zaguán en el que confluyen las dos escaleras gemelas, se dirigieron a la estancia principal, el Salón del Trono, donde los esperaba el Consejo de Gobierno y la Junta de Portavoces del Parlamento de Navarra.
El pergamino que recoge la creación del Principado de Viana en 1423 salió excepcionalmente de su custodia para esta ocasión
Observaron la estancia, donde se representan -paredes, techo y suelo- los principales episodios y personajes de la historia del Reino de Navarra. En el cielo, una matrona sentada y coronada, con palmas y laureles en su mano derecha y dirigiendo su mirada hacia el templo de la sabiduría. En el paisaje natural del fondo, el progreso: una fábrica y el ferrocarril, atravesando el acueducto de Noáin, rodeada de las cuatro virtudes cardinales, obra de Miguel Ángel Azparren, quien las realizó en 1862. En la parte alta de las paredes, la galería de los Reyes de Navarra - 32 retratos de los monarcas que reinaron entre los siglos VIII y XV- faltando los últimos seis soberanos: Blanca de Navarra, Juan I, Leonor, Francisco Febo, Catalina de Foix y Juan de Labrit. E integrados a diferentes niveles, diez lienzos, que describen escenas como la proclamación del primer rey de Navarra y la batalla de las Navas de Tolosa. En las dos cabeceras laterales, San Fermín y San Francisco Javier, patronos del Reino desde 1657. Y, en el espacio principal, los dos tronos bajo un dosel de terciopelo, y las cadenas de hierro que conforman el escudo de armas de Navarra y son el trofeo de guerra el rey Sancho VII el Fuerte (1212), tras vencer a las tropas almohades.
Los Reyes y la princesa Leonor se trasladaron a continuación al Salón Isabelino, donde destacan dos grandes retratos de Isabel II. Allí, el director del Archivo Real de Navarra, Felix Segura Urra, mostró y explicó a los Reyes el pergamino que recoge la creación del Principado de Viana en 1423 y salió excepcionalmente de su custodia para esta ocasión histórica. Fue Carlos III el Noble quien instituyó el Principado de Viana el 20 de enero de 1423 para su nieto Carlos, hijo de Blanca de Navarra y Juan de Trastámara. Era una manera de afianzar y ensalzar su reino -representaba fortaleza, prestigio y para Navarra-, pero sobre todo porque quiso definir las dignidades para su heredero siguiendo el modelo de otras monarquías que habían instituido una titulación específica para los herederos a la corona. En Francia, se creó la figura del Delfín de Viena (1349), En Inglaterra, la de Príncipe de Gales (1301), en Aragón, la de Duque de Gerona (1351), y en la corona de Castilla, la de Príncipe de Asturias (1388).Con este documento de concesión, equiparó el reino a las otras coronas, además de dotarle de un gran patrimonio. “Rentas anuales de trece villas, casi cuarenta aldeas y ocho castillos", que, según Julia Pavón Benito, catedrática de Historia Medieval de la Universidad de Navarra y directora de la obra Reinas de Navarra, “le permitían mantener su posición”.
Leonor firma en el libro de honor: "Siento un gran respeto y estima por lo que supone este título de princesa de Viana"
"Agradezco de corazón el cariño con el que me habéis recibido en mi primera visita oficial a la Comunidad Foral de Navarra. Siento un gran respeto y estima por lo que supone este título de princesa de Viana y el hecho de haber podido ver ese documento original de hace más de 600 años en el que este título queda instituido para los herederos del Reino de Navarra, me compromete y me responsabiliza para comprender aún más su dimensión histórica y simbólica. Con todo mi afecto. Leonor, princesa de Asturias y de Viana", escribió la princesa en su primer y único acto en Pamplona.
Los Reyes, por su parte, añadieron lo siguiente: "Saludamos con gran afecto a las instituciones de Navarra y a todos los navarros y navarras y compartimos la alegría de esta primera visita oficial de nuestra hija y heredera, la princesa Leonor, como Princesa de Viana. Gracias por todas las muestras de afecto y por el apoyo para que la Princesa siga su camino de conocer cada día más y mejor esta tierra y su pueblo que siente con fuerza su identidad y su historia como parte de la España constitucional para seguir encarando juntos un mejor futuro"
La princesa Leonor ostenta el título desde 2014, cuando Felipe VI fue proclamado Rey, pero no ha sido hasta ahora cuando ha podido abrazar el territorio que le da nombre a su distinción. O, también, dicho de otra manera, presentarse como princesa de Viana, en Viana. Otro paso con el que remarcó el vínculo de siglos, el compromiso de la Monarquía con Navarra y la continuidad dinástica: la Princesa conectada con siglos de historia. O la inmersión en la historia de la futura reina de España. La heredera al trono, que encarna la suma de títulos de la Monarquía Hispánica, ha ido recorriendo los territorios que dan nombre a sus distinciones, pero faltaba Viana. Con Asturias, la princesa reafirmó su vínculo dinástico como heredera con su presentación en Covadonga, en 2018; con Cataluña, en 2019, cuando hizo su primera visita oficial para entregar los premios Princesa de Girona, aunque no sería hasta dos años más tarde que pisó por primera vez Girona… Y ha sido ahora, finalmente, dos años después de celebrar los 600 años de la creación del título, cuando ha podido visitar por primera vez el principado.