Hace cinco años que don Juan Carlos decidió abandonar su país. Se marchó discretamente, entre dos oleadas de Covid. Pasó la noche del 2 de agosto de 2020 en Sanxenxo, en casa de su fiel amigo desde hacía 30 años y compañero de vela, Pedro Campos. La costa gallega, el "Bribón", la camaradería entre deportistas. Esos son los últimos recuerdos que quería llevarse consigo antes de comenzar una nueva etapa de su vida.
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Nadie sabía dónde iba
Al día siguiente, voló al amanecer hacia un destino secreto. Nadie sabía dónde iba, ni siquiera sus hijos ni su esposa ni Zarzuela. En pleno verano, nadie sospechaba nada. Organizó su salida en secreto, como si alguien fuera a intentar disuadirlo, y tomó a España por sorpresa. Solo dejó una carta a su hijo en su escritorio, que la Casa Real haría pública unos días más tarde.
"Pensaba marcharse solo tres o cuatro meses, el tiempo necesario para que amainara la presión mediática. No quería seguir siendo un obstáculo para el buen funcionamiento de la Corona. No había calculado que es más fácil irse que volver"
Pensaba marcharse solo tres o cuatro meses, el tiempo necesario para que amainara la presión mediática. No quería seguir siendo un obstáculo para el buen funcionamiento de la Corona. Estaba cansado y cada vez caminaba peor. Su "salud de hierro" decaía. ¿Dónde podría refugiarse?
Su segunda patria
Había pensado en ir a Portugal, su segunda patria, que tanto aprecia, pero anticipaba que allí lo localizarían rápidamente. Sabía que hubiera sido bien recibido en Marruecos, pero, dada la presencia de una gran comunidad española, sería difícil pasar desapercibido. Necesitaba un destino donde le acogieran con los brazos abiertos, que contara con infraestructuras hospitalarias serias y, sobre todo, que le permitiera una total confidencialidad.
En tiempos de la Covid, en los que se cerraron muchas fronteras, no fue tan fácil. Durante dos semanas, España buscó al Rey por todas partes. Finalmente, la Casa Real reveló que se encontraba en Abu Dabi.
Soledad e incertidumbre
De todo lo que le sucederá después, los españoles no se enterarán de nada: las operaciones quirúrgicas, la Covid, la soledad incluso durante las fiestas de fin de año y, sobre todo, la incertidumbre. ¿Cuándo podría volver a España? No había calculado que es más fácil irse que volver. Tampoco había previsto que se iría por tanto tiempo.
"Para no dejarse abatir, empezó a entrenar intensamente todas las mañanas para volver a caminar y se puso a dieta. Quería volver en forma. Aprovechó para tomar distancia, reflexionar y escribir sus memorias"
Esperó pacientemente la autorización de Zarzuela para poder regresar, sobre todo después de que la Justicia suiza y la española no mantuvieran cargos contra él. Para no dejarse abatir, empezó a entrenar intensamente todas las mañanas para volver a caminar y se puso a dieta. Quería volver en forma.
Una carta de Casa Real
Aprovechó para tomar distancia, reflexionar y escribir sus memorias. Pero se sintió abandonado por los suyos, aunque las visitas regulares de sus hijas suavizaban un poco su ostracismo en España. A principios de marzo de 2022, un intermediario español le entregó un texto redactado por la Casa Real. El Rey intentó negociar algunos cambios, pero fue en vano. Con la esperanza de mostrarse conciliador y resolver así su situación, accedió a regañadientes a firmar. La carta fue hecha pública inmediatamente por la Casa Real. Don Juan Carlos aceptaba seguir una vida discreta y privada en Abu Dabi y podría volver a España, pero, según se daba a entender, no a la Zarzuela. Se vio entonces obligado a reconocer oficialmente que ya no tenía cabida en su casa, lo que, evidentemente, era contrario a su deseo.
Regreso a Sanxenxo
Dos semanas más tarde, se encontraba en Sanxenxo para una regata. De allí había partido y allí regresaba. Luego pasó por su casa, en la Zarzuela, a la que llama "la casa", para hablar con su hijo y almorzar en familia. Pero no habrá foto familiar en las escaleras del palacio. No las hay desde hace cinco años. Tampoco podrá quedarse a dormir. Solo una visita rápida para quien se ha convertido en un estorbo para los suyos.
"La situación podría prolongarse, sin embargo, contrariamente a lo que algunos afirman, él quiere poder volver a casa. Espera una reconciliación"
Desde entonces, sus regatas son su mayor alegría. Y su mayor dolor, el de no poder pasar tiempo con su familia, en casa. La situación podría prolongarse, pero, sin embargo, contrariamente a lo que algunos afirman, él quiere poder volver a casa. Espera una reconciliación.