Al igual que la reina Letizia y que Máxima de Holanda, Matilde de Bélgica también ha querido poner el foco y su granito de arena por la sensibilización de la salud mental en su Día Mundial. Tras los grandes actos por la abdicación de Enrique de Luxemburgo y la entronización de su hijo mayor, Guillermo, como gran duque, la Reina belga ha vuelto a su agenda oficial de actividades públicas.
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La reina Matilde ha visitado un colegio para apoyar la campaña HOPE contra el acoso escolar. Tan elegante como siempre, con un conjunto claro de chaqueta y pantalón de paño, fue recibida con varios ramos de flores y con los escolares sentados en el suelo del recinto para recibirla. También pudo disfrutar con ellos de varios juegos y actividades e incluso estuvo en un aula con los alumnos más mayores.
Exquisita en sus elecciones de estilo, la reina Matilde sorprendió al llevar un anillo que recuerda mucho al de compromiso de Kate Middleton, una pieza icónica que perteneció a la inolvidable Lady Di. El entonces príncipe Carlos de Inglaterra se lo regaló a su futura mujer antes de casarse y su hijo, el príncipe Guillermo, se lo regaló a Kate cuando se anunció que se iban a casar.
La pieza que ha portado en su dedo Matilde de los belgas, aunque algo más discreta que la de Kate Middleton, es una joya importante y fabulosa. Destaca por su gran zafiro central que está orlado con diamantes pequeños, un diseño clásico y atemporal que rebosa feminidad, refinamiento y estilo.
Una joya histórica
Diana de Gales y Kate Middleton han hecho que su anillo de compromiso sea uno de los más emblemáticos del mundo no solo por su valor intrínseco, sino también por el valor sentimental y simbólico por ser llevado por dos de las mujeres más fotografiadas y famosas del mundo, cada una en su época. Se trata de un gran zafiro azul ovalado de Ceilán de 12 quilates rodeado por 14 diamantes y engastado en oro blanco. La pieza fue creación de la famosa joyería Garrard para la princesa Diana en 1981. Tras la muerte de Diana, su hijo Guillermo lo heredó y lo usó para proponerle matrimonio a Kate durante unas vacaciones en Kenia en 2012. No solo significa el amor que siente por ella, sino el legado de su madre.