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Las redes sociales suelen ser el espejo del alma, pero no tanto para los miembros de la realeza que las suelen utilizar para fines institucionales. Por eso, y aunque se hayan desvinculado de la agenda burocrática de la Casa Real británica, resultó tan llamativo que, el pasado lunes, Meghan Markle compartiera una colección de cándidos vídeos en su Instagram para felicitar a Harry por el Día del Padre, celebrado el pasado domingo tanto en Estados Unidos como en Inglaterra. En ellos se puede ver una faceta completamente distinta de la que hemos podido ver de él en público. El príncipe aparece junto a su hijo Archie, de seis años, y su hija Lilibet, de cuatro, mientras les lee un libro, les enseña a montar en bicicleta o disfruta de su presencia en la naturaleza.
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El regreso de Meghan a la red social (repleto de instantáneas que capturan su vida en Montecito, California) puede ir más allá de una simple reinvención. Según apunta el Daily Mail, hay un motivo "desesperado" por el que Harry estaría dispuesto a mostrar las caras de sus dos hijos menores en público. "Está desolado", comentó una persona cercana a la familia. "Su padre se niega a verle a él o a los niños, ni siquiera por Zoom... Es su último recurso", admitía la fuente a la publicación británica. "Espera desesperadamente que el rey vea una foto de Archie o Lilibet", explicó sobre la negativa de Carlos III de reestablecer el contacto con el menor de sus dos hijos.
Harry ha intentado ponerse en contacto con su padre en numerosas ocasiones, pero no ha habido forma de encontrar un punto en común. "Lo ha intentado todo: llamadas, cartas... Pero no ha funcionado nada", añadió la informante. Convertir el Instagram de Meghan en una especie de álbum de imágenes en directo es su forma de decirle al monarca y progenitor: "Mira lo que te estás perdiendo". La comunicación entre el príncipe y su padre ha sido prácticamente inexistente desde principios de 2024, momento en el que Carlos III fue diagnosticado con cáncer. Harry viajó a Londres para visitarlo.
Una vida cada vez más pública
Hasta hace relativamente poco, el duque y la duquesa de Sussex habían sido muy protectores con Archie y Lilibet. Sin tener en cuenta su presentación en el Castillo de Windsor y su primer viaje a Sudáfrica, sus padres han defendido su privacidad con uñas y dientes. Lo poco que hemos sabido sobre él y su hermana han sido pequeñas anécdotas que la exactriz ha ido compartiendo en diversos pódcast o programas a los que ha acudido.
"No sé cuánto tiempo le queda a mi padre"
Hace un mes, Harry concedió una entrevista exclusiva a la cadena pública BBC en la que abordó en qué punto estaba la relación con su progenitor cinco años después de que el duque de Sussex dejara de ser miembro de la realeza. "Me encantaría reconciliarme, no tiene sentido seguir peleando. La vida es preciosa, no sé cuánto tiempo le queda a mi padre, no me habla por este asunto de la seguridad", afirmó el príncipe. Se refiere a su batalla legal con el Gobierno británico, una apelación que acabó siendo desestimada, y en la que Harry pedía recuperar la protección que tenía antes de abandonar sus funciones como miembro activo de la familia real.
"Si no la quieren, es asunto exclusivamente suyo", dijo a la cadena británica sobre una posible reconciliación. En la entrevista, el duque de Sussex no solo abordó en qué punto estaba la relación con su padre, también reconoció la tensión que existe con su hermano, el príncipe Guillermo, y el resto de miembros de su árbol genealógico: "Ha habido tantos desacuerdos y diferencias entre algunos miembros de mi familia y yo. Esta situación actual, que ya lleva cinco años en lo que respecta a la vida y la seguridad humana, es el punto de fricción. Es lo único que queda".