![Dormido en un reductor de cuna](/images/0289-19e9b3bad498-1e4986d8fe80-1000/horizontal-1200/pap-mira-a-su-beb-.jpg)
¿Los reductores de cuna implican riesgos para los bebés?
Se trata de un objeto cuya comercialización está permitida, pero hay voces que alertan de sus posibles riesgos; ¿qué hay de verdad en ello?
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Recomendaciones de uso
Partiendo de que facilita portar al bebé sin incorporarlo (y que siga, por tanto, durmiendo), hay que tener en cuenta que no se puede colocar en cualquier lugar: siempre hemos de procurar ponerlo sobre una superficie plana, no inclinada, para evitar que pueda volcar. También habrá que prestar atención a que esa superficie sea lo suficientemente ancha; por ejemplo, habrá que tener cuidado si lo colocamos en un sofá o en una mesa, asegurándonos de que tiene espacio suficiente y de que el bebé no caerá al suelo al hacer algún movimiento.
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Otros objetos a evitar en la cuna
Siguiendo las recomendaciones pediátricas, no debemos colocar junto al bebé mientras duerme peluches, almohadas ni ningún otro objeto. Por mucho que se comercialicen precisamente para eso, para bebés y recién nacidos (como los populares dou dous o mantitas de sueño). Tampoco con edredones o sábanas y ni siquiera con las llamadas chichoneras que buscan evitar que el niño se golpee con los barrotes de la cuna. Todos esos elementos le podrían provocar asfixia o estrangulamiento y también se asocian a muerte súbita del lactante. En todo caso se podrán utilizar, al igual que los reductores de cuna, en las siestas diurnas con la supervisión de un adulto.
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Cómo debe dormir el bebé para evitar riesgos
En líneas generales, lo que se recomienda para el sueño seguro del bebé es que este duerma boca arriba sobre una superficie firme, plana, despejada y no inclinada. Esto último, el ‘no inclinada’, lo ha introducido la AAP en la actualización de 2022 y afecta incluso a niños con ERGE o reflujo gastroesofágico, para los que era habitual la práctica de inclinar la cuna o productos que elevasen algo la cabeza del bebé.
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