Una de las enseñanzas del Método Montessori es que la educación que damos a nuestros hijos o los deberes que les ponemos deben ser prácticos, algo clave para relacionarse con los demás y desarrollar su personalidad de acuerdo con las pautas sociales. Todo ello, como nos dice esta metodología, se trabaja en casa, adaptando lo que hace un niño a cada momento o situación. Y una de las grandes situaciones que tenemos en estas fechas son las reuniones familiares para celebrar la Navidad. Y, cómo no, en nuestro país se celebra, sobre todo, en torno a una mesa. A una gran mesa.
Además, nos gusta que sea diferente a la del resto del año. Los hay que sacan la vajilla especial, otros que comen lo que no están acostumbrados a comer a diario y, por supuesto, se presenta con diferentes motivos navideños, más festiva y decorada que de costumbre. Si queremos que nuestros hijos colaboren, podemos plantearle una de las partes más divertidas, que es precisamente esta última, la de decorar la mesa. Con esta misión como excusa, podremos también pedirles ayuda para colocar platos, servilletas, cubiertos y todas las tareas para las que ya estén preparados y se sientan seguros.