Si tienes un bebé de pocos meses de vida sabrás la importancia que tienen los avances psicomotores para su proceso madurativo. Los hitos que tiene que ir logrando mes a mes son muchos, sobre todo, a lo largo del primer año de vida, pero, ¿qué ocurre a partir de los 2 años o 2 años y medio? Que el niño todavía no tiene una comunicación oral precisa para poder expresarse, por lo que su cuerpo será su mejor aliado para ayudarle a relacionarse con sus iguales, con adultos, o con el mundo que le rodea en general.
Aquí es donde entra en juego la llamada psicomotricidad relacional, que Nuria Pérez, psicomotricista y CEO en @lasaladepsico, nos ayuda a comprender muy bien de qué se trata. “Es una manera de entender y acompañar la infancia a través del cuerpo, el movimiento y las relaciones que se establecen con el mundo. Nos desarrollamos de manera global, y las funciones sensoriales, motrices, emocionales, psíquicas, cognitivas y lingüísticas maduran a la vez, por eso es necesario mirar a los niños de forma integral y abandonar el viejo pensamiento de que, si el niño adquiere habilidades motrices, se portará mejor y será más inteligente. En La Sala de Psico ayudamos al niño a ponerse en relación con su propio cuerpo, con el espacio, con los objetos, con el adulto y con sus iguales”, explica.
¿Por qué es tan importante que tu hijo aprenda a hacer la voltereta?
‘La crianza positiva y respetuosa no me funciona, ¿qué hago?’