La genética tiene una carga importante, pero, sobre todo, serán las experiencias, el amor, el apego del niño y su entorno lo que interfiera y forme parte de la construcción de la personalidad del pequeño.
Si nos fijamos en las conductas de los niños que son tímidos y en las de los que son introvertidos, veremos que son muchas las actitudes que comparten, pero en realidad, el motivo o el origen de este comportamiento no es el mismo. Saber cuáles son las diferencias y el por qué son así nos hará comprenderles mucho mejor y saber cómo actuar en cada caso.
Para aprender a diferenciar estas conductas y ayudarles a construir su propia identidad sin miedos, límites, inseguridades o restricciones, y darles ese pequeño empujón que les hace falta y aprendan a sentirse mejor con ellos mismos, hemos hablado con el psicólogo Javier Urra, director clínico del centro terapéutico Recurra-Ginso.
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