Aprendizaje

Laura Castro, logopeda: “La dislexia no se cura, pero sí se puede compensar con apoyo y paciencia”


Detectarla a tiempo es crucial para que el niño reciba el apoyo necesario, evitando problemas académicos y fortaleciendo su autoestima.


Niño con dislexia© Getty Images
7 de noviembre de 2025 - 15:00 CET

La dislexia es un trastorno del aprendizaje que implica fundamentalmente dificultad para decodificar palabras y sonidos. No está relacionado, en absoluto, con una menor capacidad intelectual, pero los niños disléxicos sí podrían ver afectado su rendimiento académico si no reciben el apoyo adecuado. ¿Cómo darles ese apoyo?, ¿qué hacer para que desarrollen estrategias que les permitan alcanzar el éxito académico y, sobre todo, que no les genere frustración ni que lleguen a creer que no son capaces? Se lo hemos preguntado a Laura Castro, secretaria de la Junta directiva del Colegio Profesional de Logopedas de la Comunidad de Madrid (CPLCM), quien nos habla del papel de la logopedia para que niños y adolescentes con dislexia sean capaces de hacer frente a sus dificultades. 

Para ti que te gusta

Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!

Para disfrutar de 5 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.

Este contenido es solo para suscriptores.

Suscríbete ahora para seguir leyendo.

TIENES ACCESO A 5 CONTENIDOS DE CADA MES POR ESTAR REGISTRADO.

Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.

¿Cuáles son las primeras señales de dificultades específicas del lenguaje y la lectura o de dislexia en niños?

Las primeras señales suelen aparecer antes de que empiecen a leer y escribir. Por ejemplo, les podría costar aprender canciones o rimas, pueden confundir palabras que suenan parecido o pueden tener un vocabulario más limitado de lo esperado. También pueden mostrar dificultades para recordar el nombre de las cosas o para seguir instrucciones largas. Cuando llega el momento de aprender a leer, se observa que confunden letras parecidas (como b/d o p/q), problemas para afianzar ortografía natural (z,c,q por ejemplo), leen muy despacio o con muchos errores y también puede ser que les cueste relacionar los sonidos con las letras (pueden confundir ll y ñ por ejemplo).

Creo que es muy importante destacar que no todos los niños con dislexia van a tener las mismas dificultades. Son muchos los signos de alarma y un niño no tiene que tener todos para presentar dislexia.

Un niño que recibe apoyo temprano desarrolla una buena base lectora.

Laura Castro, secretaria de la Junta directiva del Colegio Profesional de Logopedas de la Comunidad de Madrid (CPLCM)

¿Es importante que se les detecte de manera temprana?

Sí, es importantísimo. Cuanto antes se detecte, antes se puede intervenir y evitar que las dificultades influyan de manera negativa en su aprendizaje y en su personalidad. Si esperamos demasiado, el niño no solo acumula retraso en lectura y escritura, sino también una sensación de frustración o baja autoestima. Detectar a tiempo permite trabajar las bases del lenguaje y la conciencia fonológica antes de que el aprendizaje académico se vea muy afectado.

Una vez detectada esa dificultad, ¿cómo trabajan los logopedas con estos niños?

Siempre vamos a adaptar el trabajo a cada niño, no todos van a necesitar lo mismo. Pero normalmente empezamos reforzando la conciencia fonológica —es decir, la capacidad para identificar y manipular los sonidos del lenguaje— y la correspondencia entre letras y sonidos. También trabajaremos la lectura comprensiva (adaptada a su verdadera capacidad y no a lo que marca su curso escolar o su edad, esto es muy importante), la ortografía, la memoria verbal y la atención.Para hacerlo vamos a utilizar materiales muy motivadores y multisensoriales: juegos visuales, auditivos y kinestésicos que ayudan al niño a aprender de forma más significativa y divertida. También hay materiales interactivos muy interesantes para trabajar con estos pacientes.

¿De qué manera les ayudan a mejorar?

El objetivo es que comprendan cómo funciona el lenguaje escrito y que adquieran estrategias que les permitan compensar sus dificultades. No solo se trata de “leer más rápido”, sino de lograr que la lectura y la escritura sean herramientas útiles y no una fuente de estrés. Con el tiempo, los niños aprenden a reconocer sus puntos fuertes, a identificar posibles errores en su lectoescritura, a utilizar apoyos que les faciliten el aprendizaje y, lo más importante, aprenden a conocerse, entenderse y valorarse.

¿Cuál debe ser el papel de la familia una vez que saben que su hijo tiene dislexia? ¿Es necesario que estos niños reciban también algún tipo de apoyo en casa?

La familia tiene un papel esencial. Lo primero es comprender que la dislexia no se “cura”, pero sí se puede compensar con apoyo y paciencia. Lo segundo, hacerse a la idea que van a necesitar mucha paciencia para acompañar el aprendizaje de sus hijos. En casa pueden ayudar dedicando un tiempo diario a la lectura compartida, evitando la presión y valorando los esfuerzos del niño. También es importante mantener una comunicación fluida con el logopeda y el colegio, para que todos trabajemos en la misma dirección. 

¿Y en el colegio?

En el colegio es importante que se apliquen adaptaciones metodológicas: ofrecer más tiempo en los exámenes, reducir la carga de copia, evaluar oralmente cuando sea posible o permitir el uso de apoyos como el ordenador o audiolibros. La sensibilización del profesorado es clave, porque muchas veces un cambio en la forma de enseñar marca una gran diferencia.

Con el tiempo, los niños aprenden a reconocer sus puntos fuertes, a identificar posibles errores en su lectoescritura, a utilizar apoyos que les faciliten el aprendizaje y, lo más importante, aprenden a conocerse, entenderse y valorarse.

Laura Castro, secretaria de la Junta directiva del Colegio Profesional de Logopedas de la Comunidad de Madrid (CPLCM)

¿Presenta alguna diferencia un niño con dislexia al que ésta se le ha detectado pronto y que ha recibido el apoyo necesario frente a otro que no ha tenido este acompañamiento?

Otra vez volvemos al punto de que cada niño es diferente y habrá niños (sobre todo niñas) que presentarán dislexia y esta pasará desapercibida gracias a su capacidad de adaptación y superación. Pero en general sí, la diferencia suele ser enorme. Un niño que recibe apoyo temprano desarrolla una buena base lectora y, sobre todo, mantiene su motivación y autoestima. En cambio, un niño que no ha tenido ese acompañamiento puede asociar el aprendizaje con el fracaso, sentirse menos capaz y abandonar el esfuerzo. Por eso la intervención temprana y coordinada cambia tanto la evolución del caso.

¿Los niños con dislexia necesitarán ayuda durante toda su vida escolar, incluida la adolescencia, o en caso de haber recibido apoyo a corta edad desarrollarán sus propias herramientas?

Depende del caso, pero la mayoría de los niños que reciben apoyo desde pequeños aprenden a desarrollar sus propias estrategias. En la adolescencia pueden seguir necesitando algunos ajustes —como más tiempo para leer o escribir—, pero ya saben cómo organizarse y utilizar recursos que les faciliten el estudio. Otros terminan el tratamiento y pasados unos años vuelven a retomarlo porque necesitan un empujón para superar algún reto de su vida (ya sea el carnet de conducir, el acceso a la universidad o unas oposiciones) La clave es que aprendan a conocerse y a pedir la ayuda que necesitan.

¿Puede revertirse la dislexia detectada tardíamente si el niño recibe la ayuda adecuada del logopeda, la familia y el centro escolar?

Sí, siempre es posible mejorar, aunque el proceso sea más largo. A esa edad el trabajo no solo se centra en la lectura y escritura, sino también en recuperar la confianza y enseñar estrategias de compensación adaptadas a su nivel escolar. Con apoyo constante y un entorno que comprenda la situación, los avances pueden ser muy significativos, incluso aunque la detección haya sido tardía.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.