Salud

El pediatra Eduardo Junco indica "los factores que favorecen la aparición de enfermedades infecciosas en los niños en esta época del año"


En otoño es habitual que los niños enfermen con diversas patologías, la mayoría de ellas de origen vírico. Nuestro pediatra de cabecera detalla cómo diferenciar cada una de esas patologías y qué hacer para ayudar a los niños frente a ellas


Dr. Eduardo Junco Aguado, pediatra© Dr. Eduardo Junco Aguado
14 de octubre de 2025 - 15:00 CEST

Los cambios climáticos y ambientales, las temperaturas más bajas, el aumento de la humedad, la disminución de las horas de sol, la disminución de las horas de vida al aire libre, el cambio en el régimen de vida, el inicio de la vida escolar y el aumento en la relación con otros niños en la guardería y en la escuela, son todos ellos factores que favorecen la aparición de enfermedades infecciosas y patologías que afectan, sobre todo, al aparato respiratorio y que son predominantes en nuestros hijos en estas épocas del año.

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Resfriado común

Es la causa más frecuente de consulta en la edad pediátrica en esta época del año. Se trata de una enfermedad altamente contagiosa, leve, autolimitada, ocasionada por el contagio a través de la vía aérea de múltiples virus (más de 200 cepas diferentes) que afecta al aparato respiratorio superior, que se presenta en cualquier edad y que se caracteriza por febrícula o destemplanza, congestión y secreción nasal, conjuntivitis, estornudos, tos, dolor de cabeza y afectación del estado general.

Los virus más frecuentemente implicados en su origen son los Rinovirus, su duración no suele superar los siete días, los niños están más expuestos y son más vulnerables y, si no se complica con sobreinfecciones bacterianas, se cura de forma espontánea.

Los niños entre los seis meses y los dos años son más vulnerables a la gripe y persisten los síntomas durante más tiempo.

Dr. Eduardo Junco, pediatra

El tratamiento es siempre sintomático con reposo, líquidos abundantes, analgésicos, antitérmicos y descongestivos rinofaríngeos. Los antibióticos no están indicados, a no ser que exista una sobreinfección bacteriana. Además, existen multitud de remedios caseros (infusiones, miel, echinacea, zinc, etc.) que pueden mejorar o aliviar los síntomas.

Gripe

Enfermedad infecciosa aguda, epidémica y estacional, causada por el contagio a través de la vía aérea de los virus de la Influenza A y B. Se caracteriza por la aparición súbita de fiebre elevada (39º-40º), escalofríos, dolor de cabeza, congestión rinofaríngea, tos, dolores musculares y articulares, decaimiento e importante afectación del estado general. Afecta a los niños con igual intensidad que a los adultos, pero los niños entre los seis meses y los dos años son más vulnerables y persisten los síntomas durante más tiempo.

El tratamiento consiste en reposo en cama, líquidos abundantes, antitérmicos (paracetamol, ibuprofeno) y, en ocasiones, medicamentos antivirales. Los antibióticos no son necesarios, si no hay complicaciones.

Existe una vacuna anual eficaz para prevenir estacionalmente la aparición de la enfermedad y, aunque los niños no están incluidos en grupos de riesgo, pueden beneficiarse de la prevención por la vacuna.

Bronquiolitis

Enfermedad respiratoria aguda, infecciosa y estacional (otoño-invierno) que afecta principalmente a los niños y que está causada en la mayoría de las ocasiones por el Virus Sincitial Respiratorio (VRS). Es probablemente la infección más frecuente durante la lactancia, dando lugar a múltiples ingresos hospitalarios y afectando más gravemente a los niños prematuros, siendo más grave cuanto mayor es la inmadurez del paciente. 

El cuadro clínico se inicia con síntomas catarrales de las vías respiratorias altas, con febrícula, rumorea y tos. Pasados uno o dos días, aparece disnea, polipnea, dificultad respiratoria, fatiga, decaimiento y rechazo o dificultad para tomar el alimento.

La meningitis es una enfermedad que precisa para su tratamiento de ingreso en el hospital y, en muchas ocasiones, en cuidados intensivos, con antibióticos en dosis altas, antiinflamatorios y medidas de hidratación y de sostén.

Dr. Eduardo Junco, pediatra

El diagnóstico es clínico y su gravedad se valora analizando el trabajo respiratorio, la frecuencia respiratoria, la frecuencia cardiaca, la cianosis y la valoración del grado de oxigenación de los tejidos a través de la pulsioximetría. En principio la actitud terapéutica debe ser conservadora, pues la mayoría de las bronquiolitis se resuelven de forma espontánea en dos o tres días; sin embargo y en dependencia de los niveles de saturación del oxígeno, el ingreso hospitalario  es necesario para administrar oxígeno y mantener el estado de hidratación.

En la actualidad existe una vacuna muy eficaz y tratamiento preventivo con anticuerpos monoclonales utilizado en pacientes de alto riesgo.

© AntonioDiaz - Adobe Stock

Bronquitis

Diagnóstico genérico muy frecuente que define a una enfermedad que afecta a todo el árbol bronquial, desde la tráquea a los bronquiolos. Aunque puede tener diversas causas (contaminación ambiental, alergia, tóxicos), las más frecuentes son las de origen infeccioso, ya sea por virus o por bacterias. Se caracteriza por la presencia de inflamación y de moco en la pared y en la luz bronquial, que ocasionan tos productiva, fiebre o febrícula y, en ocasiones, dificultad respiratoria leve. En los niños la alergia respiratoria y la infección son las causas más frecuentes de bronquitis.

El tratamiento, al igual que en otros procesos respiratorios, además del reposo y una buena hidratación, se recomienda el uso de antibióticos si el origen es una infección bacteriana, y el uso de vacunas y broncodilatadores cuando existe un substrato alérgico.

Neumonía

La neumonía es una infección localizada en el tejido pulmonar. Puede estar producida por virus, hongos o bacterias, siendo estas últimas las causantes más graves del proceso. La neumonía bacteriana se caracteriza por escalofríos, fiebre elevada, tos, dolor torácico y dificultad para respirar y, en ocasiones, puede complicarse con un derrame pleural.

El diagnóstico se realiza a través de una radiografía de tórax y el tratamiento con antibióticos adecuados, seleccionados tras cultivos de esputo o secreciones, debe mantenerse de diez a quince días. Es una infección generalmente grave que, en muchas ocasiones, necesita de ingreso hospitalario.

Meningitis

Enfermedad temida por su gravedad y por las múltiples e importantes secuelas a que puede dar lugar, se caracteriza por la inflamación del sistema nervioso central y de las meninges que lo protegen. La causa más frecuente de la inflamación meníngea son las infecciones víricas y bacterianas.

La meningitis es una infección más frecuente en niños que en adultos y, aunque los síntomas clínicos son muy variables dependiendo de la edad del niño, la meningitis bacteriana se caracteriza por fiebre elevada, dolor de cabeza, rigidez de nuca, vómitos, fotofobia, somnolencia, erupción cutánea (petequias), en ocasiones convulsiones y grave afectación del estado general. El diagnóstico se realiza básicamente por el análisis del líquido cefalorraquídeo obtenido del canal medular a través de una punción lumbar.

Es una enfermedad que precisa para su tratamiento de ingreso en el hospital y, en muchas ocasiones, en cuidados intensivos, con antibióticos en dosis altas, antiinflamatorios y medidas de hidratación y de sostén. 

En la actualidad existen vacunas en nuestro calendario vacunal para el meningococo, hemophilus y neumococo que han hecho disminuir de forma notable la incidencia de esta enfermedad.

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