No es secreto para ninguna novia o prometida que la elección de la finca puede ser motivo de alguno que otro dolor de cabeza. "El tema elección de hacienda nos costó un poco más porque estaba la cosa complicada había mucha demanda y pocas fechas disponibles", Paula lo confirma. Es un inconveniente que no solo aplica para bodas de temporada alta, aunque se diga poco, sino también a las que se celebran en los meses de entretiempo: "Queríamos buscar una hacienda que tuviera las dos opciones por el tema del clima, interior y exterior.
Además, al ser una boda de noche, la cena teníamos claro que sería en interior". Finalmente, se decantaron por la hacienda Clarevot, una antigua edificación rural con mucho encanto que data de hace más de tres siglos.