Que los invitados disfruten de un gran banquete es el deseo de los novios y aunque el menú y el seating plan son dos elementos de importancia, en el confort de los convidados influirá cómo esté montada la mesa. El abanico de opciones para construir el convite a través de las mesas es muy amplio. De las tradicionales redondas hasta los modelos serpeantes, este detalle decorativo es mucho más que estético, ha de incorporar dos factores fundamentales: comodidad y facilidad de visión. Porque sí, los protagonistas del gran día deben poder verse desde cualquier punto del salón o espacio de celebración.
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Mesa redonda
El formato de mesa más repetido en las bodas, sin duda, es el redondo. Es la solución más popular porque es la que más abunda en los caterings y la que permite gran comodidad a los comensales. Por su versatilidad, logra que los novios puedan reorganizar sencillamente el banquete cuando algún invitado falla. Encontrar inspiración sobre este tipo de montaje en redes sociales resulta muy sencillo, dado que es el más repetido. Además, es la solución más práctica que suele elegirse para espacios reducidos.
Mesa cuadrada
Uno de los grandes fenómenos virales en materia de estilo de mesas de boda es el que apuesta por el diseño cuadrado. Esta opción, que cuenta con gran demanda en las bodas de esencia bohemia, suele escogerse cuando el espacio es amplio y la lista de invitados no es muy larga. Por su tamaño, permite vestir los diferentes escenarios de celebración y evitar el habitual “miedo al vacío”, que se produce cuando las salas o exteriores empleados en el convite son excesivamente amplios y parecen incompletos.
Mesa rectangular
Sea a una o a dos caras, las mesas rectangulares (a menudo combinadas en los enclaves junto a otro tipo de mesas) son una variante que permite sentar a un gran número de comensales sin llegar a la alta cifra de una mesa imperial. Este formato suele ser el escogido por los novios para su mesa presidencial cuando son numerosos los miembros que tienen que sentar en la misma. Es vistoso y suele permitir abundancia de montajes florales en todo su centro, aunque lo habitual es ubicar esa decoración a modo de camino de mesa.
Mesa ovalada
Diferentes y con cierto aire medieval, las mesas ovaladas ganan adeptos por permitir sentar a una larga lista de asistentes sin recurrir a la clásica imperial. En este formato se aprovecha todo el espacio y todos los comensales tienen visibilidad de cada extremo. Además, existen una gran amplitud delante de la vajilla y cristalería, lo que puede permitir a los novios colocar detalles especiales para sus invitados. Con esta elección, todos ganan.
Mesa serpenteante
Cuando comenzó 2025, algunos expertos y wedding planners se tiraron a la piscina para seleccionar las tendencias que veríamos sin parar en las bodas en meses sucesivos. Y muchos fueron los que no perdieron la oportunidad de anunciar que las mesas serpenteantes ganarían adeptos, especialmente en enlaces celebrados al aire libre. Este formato rompedor ha pasado ser exclusivo de las destination weddings a ganarse un lugar destacado entre los más deseados en celebraciones mediterráneas.
Mesa en forma de U
Las bodas íntimas ofrecen grandes ventajas a las parejas, puesto que, debido a sus escuetas listas de invitados, hay montajes que pueden llevarse a cabo y en otras circunstancias no lograrían resultados tan impresionantes. Es el caso de las mesas en U y las semicirculares. Este tipo de propuestas están planteadas para ser las únicas mesas del espacio, por lo que todos los convidados deben entrar en ellas. Además, suelen estar ubicadas en rincones con encanto o maravillosas vistas, puesto que los prometidos que las escogen entienden de estética y buscan siempre la mejor foto.
Mesa imperial
La reina de las mesas largas desde antaño es la mesa imperial. Este formato puede ser alargado hasta casi el infinito, lo cual lo convierte en muy útil para celebraciones con muchos confirmados. Es más estrecha que la cuadrada o rectangular, por lo que está más limitada en cuanto a posibilidades en el centro de mesa. A la hora de presidir, como marca el protocolo, existen dos opciones con este montaje típico de eventos reales: la presidencia a la francesa o a la inglesa. En el primer caso, los dos anfitriones se sentarán en el centro de la mesa enfrentados (uno en cada cara de la mesa), mientras que en la segunda, cada anfitrión se sentará en un extremo, creando dos cabeceras diferentes.
Mesa en aro
No todos los prometidos son iguales y a veces buscan hacer de su convite un universo de fantasía. El montaje de las mesas puede facilitar este ambiente y crear escenarios de ensueño. Es lo que permiten las mesas en forma de aro, diseños circulares que en la zona central no están cerrados, sino que cuentan con un hueco apto para decoración. En ocasiones se llenan de instalaciones florales o flotantes y en otros casos un elemento estático que estaba allí sirve de excusa para erigir este diseño alrededor (por ejemplo un pozo o una rueda de molino). No obstante, si se escoge esta opción debemos saber que obligamos al comensal a compartir conversación con quien tenga a derecha e izquierda de su lugar en la mesa, pues al no tener visibilidad frontal, no podrá hablar con quien esté al otro lado del montaje central.
Mesa baja
En sintonía con la idea de numerosos novios de lograr un banquete cercano, alegre y sin tensiones, algunos optan por renunciar a elaborar un seating plan, en favor de una solución en la que el convidado escoja dónde se sienta. Es así como se plantean unas cómodas mesas de chill out. Aunque anteriormente este formato de mesa baja estaba reservado para el momento de la barra libre, la historia ha cambiado para ofrecer la comodidad de butacas y sofás durante toda la jornada.
Mesa alta
No todas las parejas imaginan su boda con un banquete clásico. A veces la opción de escoger un menú de uno o dos platos, más un postre, no les encaja y se imaginan un convite más distendido y desenfadado. Es entonces cuando se decantan por una celebración tipo cóctel al completo, en la que el aperitivo no sea cuestión de una hora, sino que el mismo ambiente se extienda hasta el baile. Es entonces cuando entran en juego las mesas altas, capaces de dar ese aire informal de barra que cada vez conquista a más parejas.
Mesa en cadena
Todas esas parejas que buscan subirse al carro de los fenómenos virales y sorprender a quienes acuden a su enlace, podrían quedar fascinados con las mesas en cadena. Esta versión de las mesas serpenteantes se realiza mediante diferentes mesas redondas unidas entre sí, para lograr un efecto curvo en cadena muy atrevido. Esta opción es perfecta para celebraciones en plena naturaleza o en entornos históricos al aire libre (por ejemplo, el patio de un castillo) y es la opción favorita que quienes festejan un 'sí, quiero' de lujo.
Mesa para pareja
También existen tendencias en lo referente a los tipos de mesas presidenciales y en los últimos años, buscando huir de la falta de comunicación entre los novios el día de la boda y de los problemas entre invitados o entre los padres de la pareja, triunfa la presidencia en solitario. Tan solo los dos novios se sientan juntos en el banquete. Para ello pueden emplearse mesas redondas o cuadradas que se decoran en exceso. Los protagonistas se sentarán en una de las caras de la mesa.
Mesas combinadas
¿Qué hacer ante la duda? Si la pareja no sabe qué formato de mesa elegir en su boda, siempre puede estudiar a fondo el espacio y las posibles distribuciones que ofrece el mismo, con mapas y croquis que permitan hacerse una idea de cuál sería el resultado final. También puede optar por combinar mesas, una decisión que gusta a numerosos prometidos, por sorprender a los asistentes y hacerles ver que cada montaje y mesa es diferente. Eso sí, conviene encontrar el equilibrio: ni excederse mezclando estilos, ni quedarse corto y caer en lo tradicional, siempre que los novios tengan como objetivo algo más original.
