UN DISEÑO CON SORPRESA

Un dos piezas de jersey y falda y pendientes art déco: el look nupcial de Teresa para su boda en Madrid


Sole Alonso volvió a hacer su magia con un diseño que reflejaba exactamente lo que esta novia buscaba: naturalidad, elegancia y un toque muy personal.


Vestido de novia Sole Alonso© Mercedes Perez
María CalvoColaboradora de novias
28 de octubre de 2025 - 19:00 CET

Casarse en abril exige encontrar el punto justo. Al igual que las invitadas deben adaptar su look al entretiempo, ya sea con piezas de abrigo o zapatos especiales, las novias deben encontrar un vestido que no sea ni demasiado invernal ni demasiado veraniego, capaz de moverse entre la luz y la calma de una estación intermedia. Así lo entendió Teresa, que confió en Sole Alonso para crear su traje perfecto.

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“No quería algo clásico, tampoco demasiado sobrio ni recargado”, nos cuenta. Nuestra protagonista buscaba un diseño que uniera sencillez, elegancia y originalidad y, aunque nunca había imaginado cómo sería su vestido de novia, sí tenía claro lo esencial: quería sentirse ella misma. El resultado fue un diseño único, lleno de matices, que reflejaba su personalidad y la serenidad de una novia de abril.

© Mercedes Perez

Un vestido halter lleno de matices

“Enseñé varias fotos a Sole en la primera cita. Cada una con algún detalle o estilo que me gustaba para el traje, sin saber muy bien si podríamos juntar todo en un mismo vestido. Enseguida captó lo que quería, y fue capaz de “hacer su magia””, recuerda la novia. Las citas con ella y su equipo fueron divertidas, muy cómodas y le hicieron sentir, como suele decirse, “como en casa”. “Hacerme el vestido con ella fue, sin duda, una de las mejores decisiones que tomé”.

La mano experta de Sole, artífice de otros diseños virales como el de María, una madrina espectacular, supo traducir en tejidos los gustos de Teresa, encontrando una verdadera joya para ella. “Para la falda, encontró una tela de seda a rayas preciosa y muy original, que colocamos sobre la base de satén. Encima, colocamos la misma tela que utilizamos para la parte de arriba, que era una seda preciosa”, nos explica.

© Mercedes Perez

Y es que la novia quiso utilizar diferentes texturas para el vestido base, que resultó ser un diseño de cuello halter drapeado con la espalda al descubierto, de carácter relajado, que fluía con suavidad al caminar y acompañaba sus movimientos sin resultar encorsetado, gracias a esa falda con muchísima caída y telas vaporosas.

© Mercedes Perez

Ambas partes del vestido, quedaron unidas por un último detalle: un fajín plisado irregular que enmarcaba la silueta y aportaba cohesión al look.

Una pieza clave para la ceremonia

Sole Alonso ideó un único vestido para acompañar a Teresa durante todo el día, sin necesidad de segundos looks, pero con la capacidad de transformarse con pequeños gestos. Si bien el vestido halter estaba pensando para la celebración, dentro un ambiente más relajado, festivo y distendido, para la ceremonia religiosa hubo que idear un plan B. “Busqué un término medio y me inspiré en novias que habían utilizado una pieza para ponerse encima de su traje, a modo jersey. Me parecía original y perfecto para la fecha en la que me casaba”, reconoce la novia.

© Mercedes Perez

Nada más enseñarle estas fotos de inspiración, Sole volvió a captar su idea a la perfección, hasta el punto de que se acabó convirtiendo en la parte favorita de su vestido de novia. “Eligió una tela rústica, con una textura delicada y muy gustosa”. El corte de esta pieza debía ser estratégico, para que no desvelara ninguna información del vestido que se escondía debajo.

© Mercedes Perez

“Le pusimos un cuello alto ancho, que tapara el cuello halter. Además, abotonamos la espalda, dejando ver solo una parte de ella que encajaba perfectamente con la forma del vestido. De esta manera, no se apreciaba nada”, explica.

© Mercedes Perez

El largo de esta blusa cubría por completo el ancho del fajín, por lo que a simple vista se podía confundir con un dos piezas de jersey y falda, acorde con las tendencias actuales que siguen muchas novias.

© Mercedes Perez

Unos accesorios coherentes

El vestido de Sole Alonso no necesitaba grandes añadidos, pero cada accesorio que eligió Teresa completaba su historia personal. Llevó un velo de seda rústica que la propia diseñadora confeccionó para ella.

© Mercedes Perez

Como su vestido no tenía cola, el velo cumplía esa función y aportaba un aire romántico y fluido. “Cuando me lo quité, el traje quedaba a ras de suelo, justo como quería, para poder moverme con libertad durante toda la celebración”, recuerda.

© Mercedes Perez

Como calzado, eligió unas sandalias de Flor de Asoka en un tono marrón rojizo: el modelo Magritte de 9 centímetros “No quería unos zapatos de una única puesta”, cuenta. Su idea era elegir algo que pudiera seguir usando después, y ese color, siempre elegante y sofisticado, encajaba a la perfección con el ramo.

© Mercedes Perez

“A pesar de que cuando veo ramos blancos en otras novias me parecen preciosos, yo nunca me vi identificada con uno así. Quería un ramo poco estructurado y de colores que combinara con los zapatos”. ¿El resultado? Un diseño hecho por The Flower Power en tonos anaranjados, amarillos y marrones, que unía la naturalidad de las flores silvestres con la calidez de los colores tierra. Girales, alhelíes, alstroemerias, lisianthus, claveles… una mezcla fresca que subía el tono del look.

© Mercedes Perez

Los pendientes fueron un regalo de su madre, una joya de Del Páramo Vintage Joyas de estilo art déco que eligieron juntas. “No quería que fueran pegados a la oreja, y estos fueron los primeros que vimos. Supimos al instante que serían los míos”. Completó el conjunto con su anillo de pedida, diseñado en Suárez con diamantes y zafiros por su ya marido, Carlos, y una pulsera de su abuela paterna, una pieza cargada de significado que había usado en su día a día. “Falleció el año anterior, y llevar su pulsera fue mi manera de tenerla conmigo”, explica.

© Mercedes Perez
© Mercedes Perez

Para el maquillaje y el peinado confió en Mónica Martínez, recomendada por su amiga Cas Aguilera. “Fue toda una suerte contar con ella. Su calma y su forma de trabajar hicieron del momento del maquillaje uno de los más bonitos del día”. El resultado fue un look natural y sereno, fiel a la esencia de Teresa: elegante, sin artificios.

La historia de amor de Teresa y Carlos

Teresa y Carlos se conocieron casi por insistencia del destino… y de sus amigos. Coincidieron por primera vez en 2019, en el cumpleaños de una amiga en común, aunque apenas cruzaron palabra. Dos años después, esa misma pareja de amigos volvió a intentarlo. “Nos insistieron muchísimo en que teníamos que conocernos -recuerda Teresa - y, cuando por fin lo hicimos, ya no volvimos a separarnos”. Desde aquel día, su historia se desarrolló con naturalidad, sin prisa, pero con la certeza de que estaban donde debían estar.

© Mercedes Perez

Después de algo más de tres años de relación, Caco, como le llaman sus allegados, le pidió matrimonio. En ese tiempo habían construido una vida en común, se habían ido a vivir juntos en 2023 y, casi sin proponérselo, habían ido tomando la decisión más importante de sus vidas: quererse a diario y dar el paso hacia el “sí, quiero”.

© Mercedes Perez

La boda se celebró el 5 de abril de 2025 en la parroquia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro de Madrid. La ceremonia, oficiada por el padre Ignacio Amorós, fue íntima, personal y profundamente emotiva. “Consiguió que todos los que estábamos allí sintiéramos que ese momento era solo nuestro”, cuenta Teresa.

© Mercedes Perez
© Mercedes Perez

Tan suyo que hasta la música elegida, a cargo del grupo Alborada, tuvo guiños a su historia y marcó el tono íntimo y cinematográfico de la jornada. “Queríamos música instrumental que los dos conociéramos. Dedicándose Caco al cine, nos pareció muy especial elegir bandas sonoras”.

© Mercedes Perez

La celebración y decoración

Después de la ceremonia, el Palacio de Aldovea se convirtió en el centro de la celebración. “Nos casamos por la mañana, así que organizamos un cóctel, una comida y un baile”, explica. Durante el cóctel, un grupo de música cubana puso ritmo y alegría en el jardín, mientras los invitados disfrutaban del catering del propio palacio. La comida, de tres platos, fue el momento para brindar, emocionarse y compartir anécdotas. Después, el baile nupcial dio paso a una fiesta inolvidable con DJ Borman a los mandos: “Consiguió que todo el mundo bailara hasta el final”, recuerda Teresa.

© Mercedes Perez
© Mercedes Perez

La pareja organizó la boda sin wedding planner. “Queríamos disfrutar del proceso y tomar juntos las decisiones”, dice. Ella tenía clarísimo que quería a Mercedes Pérez como fotógrafa y a Gonzalo Borman como DJ, así que todo comenzó por confirmar su disponibilidad. “El 5 de abril podían los dos, y a partir de ahí fuimos encajando el resto. Fue Caco quien eligió el Palacio de Aldovea. Yo no lo conocía, pero en cuanto lo vimos supimos que sería allí”.

© Mercedes Perez
© Mercedes Perez

La decoración floral fue una extensión de su estilo: natural, colorida y cálida. En la iglesia, Bukka Flores apostó por tonos cálidos para contrarrestar los blancos y grises del interior. En el palacio, By The Flower Power (también responsable de su ramo) siguió esa línea con flores en tonos amarillos para el cóctel y el seating plan.

© Mercedes Perez

En la comida, los manteles color hielo y las servilletas púrpura de Durbanity Events aportaron un contraste elegante, mientras que la espectacular carpa de EVCarpas, a rayas verdes y beige y casi seis metros de altura, acogió a los 377 invitados. Ana, de Floritísima, se encargó de las guirnaldas y lámparas del techo, creando una atmósfera campestre y mágica.

© Mercedes Perez
© Mercedes Perez

Cuando Teresa recuerda su boda, lo hace desde la emoción. “Lo más especial fue poder compartir ese día con nuestras familias y amigos”. Sin embargo, hay dos momentos que guarda especialmente en el corazón: la homilía personalizada del padre Ignacio Amorós, que emocionó a todos, y los bailes, primero con su padre (sonando “Kathy’s Song”, de Simon & Garfunkel) y luego con Caco, al ritmo de “Don’t Give Up on Me”, la canción que marcó su primer verano juntos.

© Mercedes Perez
© Mercedes Perez

Su consejo para las futuras novias es claro. “Que disfruten del proceso, que compartan juntos cada elección y que no se agobien intentando que todo sea perfecto… porque lo será, salga como salga”.

© Mercedes Perez

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