El velo es, para muchas novias, la guinda del look nupcial. Ese accesorio ligero y etéreo que aporta movimiento, misterio y un aire casi mágico a cualquier vestido. Sin embargo, aunque existe un marcado protocolo para llevarlo de la manera tradicional, cada vez más mujeres buscan reinterpretarlo y adaptarlo a su estilo personal. Porque llevar velo ya no significa necesariamente colocarse una pieza clásica de tul sobre la cabeza: hoy, las firmas nupciales y la creatividad de las propias novias lo convierten en un recurso creativo que se transforma en capas, en mangas que se abren con delicadeza o en peinados adornados con caídas de tul. La tradición se reinventa y aquí las novias virales tienen mucho que decir.
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Lo interesante es que esta evolución no implica renunciar a la esencia del velo, sino explorar nuevas formas de llevarlo. En las pasarelas y en los desfiles de Alta Costura lo hemos visto reinterpretado de mil y una maneras, provocando siempre el deseado efecto wow, donde no suele haber términos medios entre lo minimalista y lo barroco. Estamos en la era de los velos versátiles y llenos de posibilidades, que van más allá de su uso práctico, para convertirse en el verdadero protagonista del look. Los ejemplos que vienen a continuación lo dejan claro.
Patricia tenía muy claro que no quería ser una novia velada tradicional y la casualidad hizo que asistiera a su primera prueba del vestido con un chaleco, una pieza clave que sirvió a Guille, de Navascués, como punto de partida para crear su look nupcial. “Queríamos unas mangas que hicieran las veces de cola. Pensando en cómo podíamos hacer un efecto ‘doble manga’, al diseñador se le ocurrió hacer un chaleco de crepe sobre el que colocar las primeras mangas largas”, explica. Esta tendencia de mangas larguísimas que caen y arrastran sustituyendo al velo, comenzó a asentarse allá por 2018, con firmas como Carolina Herrera o Theia como firmes defensoras.
Marta se vistió para la revolución. La de una novia que no entiende de convencionalismos y apostó por un look nupcial diferente para casarse con David en su lugar feliz, la isla de La Toja (Galicia). Apostó por la sencillez de un vestido palabra de honor confeccionado por Mónica Calles a partir de una colcha antigua art decó con flores bordadas, una tendencia que este año hemos visto en varias novias virales. En el último momento, decidió cambiar su velo, apostando por un estilo apenas visto entre las novias: colocado a modo de pañuelo sobre la cabeza, al más puro estilo Jackie Kennedy en los 60.
Miu Miu, Dolce & Gabbana, Pucci o Prada. Las firmas de moda no paran de reinventar el pañuelo de una y mil maneras para posicionarlo como el accesorio estrella cada temporada. Es tan versátil que hasta novias como Elsa lo han sabido adaptarlo a su look nupcial con un éxito arrollador. Fue en su boda campestre en Menorca, donde el ambiente isleño le permitió innovar con un vestido de Teresa Helbig y una pañoleta de encaje que cubría su cabeza. Un detalle con un punto rústico y sutil, del que prendía su velo de tul desmontable, que se retiró tras la ceremonia. Una forma ideal de adaptarse a las tendencias y al lugar y tono de la boda. A nosotras nos encanta.
Hay muchas novias que apuestan por diseños que siguen la corriente estética de muchos looks de invitada. Para ello, recurren a originales horquillas, tocados o diademas, capaces de dar un giro de 180 grados a cualquier look nupcial. Pero también a los sombreros, que se han adueñado del estilo de las novias actuales desde que Jacquemus les devolvió el esplendor sobre la pasarela. ¿La última novedad? Los sombreros de ala asimétrica, como este diseño de Nana Golmar que llevó esta novia en su boda, celebrada en Sevilla. Apostó por un vestido de Antonio García, pero no quiso renunciar al velo que, esta vez, prendía del propio sombrero. Un combo nupcial efectivo e inesperado.
El look de Inés García estaba destinado a hacerse viral. La espectacularidad del memorable estilismo de esta novia sevillana residía en un complemento inesperado que sustituyó al velo, aunque logró ese mismo efecto etéreo, liviano y con un punto arquitectónico que nos sorprendió. Hablamos de la pamela que llevó durante el aperitivo, diseñada por Patricia, de Buffuna Hats , una firma que adoran las invitadas y en la que el "más es más" sobre la cabeza siempre es la mejor opción.
Los casquetes (ya sean de crochet o en formato joya) no solo se han apoderado de los looks de invitada a lo largo de este año. Este furor con trasfondo bohemio ha calado hondo también en el sector nupcial, donde muchas mujeres utilizan el propio velo para lograr esta estética tan peculiar. Suelen ir acompañados de melenas sueltas y onduladas, como hizo esta novia, vestida por Marta Martí. Ella completó su estilismo con un casquete de tejido vaporoso y ligero que caía sobre su espalda, muy acorde con la estética de vestido y con la filosofía de esta firma catalana, dando una imagen etérea y muy estilosa.
El orden natural de las tendencias suele aparecer en las pasarelas, después se extrapola al street-style y de ahí, da el salto a la industria nupcial. Así ha ocurrido con el fenómeno de las capas, incondicionales de la alfombra roja y adoptadas de rebote por el sector nupcial. Tal es su afán protagonista que han conseguido con su aire etéreo y elegante desbancar - o, al menos, sustituir - al velo en los vestidos de novia. Es el caso de Gracia, una novia viral que se casó en Altea con un vestido de líneas rectas y minimalistas con el sello inconfundible de Sophie et Voilà. A este look le añadió una capa ligera y vaporosa que caía sobre sus hombros, haciendo ese efecto velo, y dejando el resto de protagonismo a una gran pamela.
Como decimos, hoy en día son muchas las novias que, en un alarde de frescura, prescinden del clásico velo y recurren a nuevas fórmulas. Amaia fue una de esas mujeres que siguió con la línea del 'menos es más' y recogió su melena en una larga trenza como la que lleva habitualmente. El toque especial lo consiguió con un lazo de organza de seda entrelazado al propio cabello que sustituía al tradicional velo, ideado por Tamara Vázquez, fundadora de Romancera y diseñadora de su look nupcial, y llevado a cabo por la estilista Amaia Lauzirika.
