Si algo tienen en común las tendencias nupciales de este año es que buscan resaltar la naturalidad de las novias. En lo que a ramos se refiere, hemos visto de todo: blancos, en cascada, de un solo tipo de flor… Sin embargo, son los tallos largos los que están marcando la pauta. Olvídate de los bouquets compactos y perfectamente redondeados, porque ahora se reivindica la belleza silvestre. Lo mejor de estos ramos es su capacidad para estilizar el look nupcial sin perder frescura y que encajan en todo tipo de bodas, todo depende de la combinación que elijas. Verás cómo suelen ser el objeto de deseo de las novias más minimalistas que buscan aligerar su look sin restar impacto visual. ¿Te atreves a sumarte a esta tendencia? Te enseñamos 11 ejemplos.
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Un ramo de rosas de jardín y flores azules
“Quería algo diferente, poco visto, que fuera colorido, pero suave y elegante, y que fuera alargado, pero a la vez pequeño"”. Esta fue la premisa que persiguió Alejandra a la hora de plantear el ramo de novia para el día de su boda, que dejó en manos de Bloomen Atelier, la espectacular boutique situada en La Finca que se encargó de toda la decoración floral. Acertaron de pleno, alejando a esta novia de la clásica idea del total white e imprimiendo color a su vestido de novia sencillo, diseñado por María Gadea. ¿El resultado? Rosas de jardín que brotan en distintos tamaños y tonos suaves, en una composición ligera y desenfadada, donde unas flores azules, alargadas y en racimo, crean contraste y rematan la jugada. “Todo el mundo flipó con el ramo y con toda la decoración que hicieron. Fue una auténtica pasada,” concluye.
Un ramo de orquídeas, liliums y amaranto
Los ramos tipo cascada han vuelto con fuerza, pero para que el efecto sea realmente impactante, la elección de las flores es clave. L’Intrepide Studio se encargó del ramo de novia de Ambar y crearon una composición de orquídeas, liliums y amaranto. ¿Por qué estas flores? Las orquídeas funcionan muy bien en ramos alargados porque tienen tallos largos y flexibles, perfectos para crear una caída fluida. Los liliums, con su estructura vertical y pétalos amplios, aportan volumen, pero no recargan. Y el amaranto, con sus racimos colgantes, añade ese efecto cascada que envuelve el ramo y lo alarga visualmente. “Xavi e Ignasi se inspiraron en la forma de la espalda de mi vestido, obra de Ramón Herrería, y en las torres de la Sagrada Familia donde nos casamos” explica Ambar. Así, además de las flores, la estructura y el movimiento del ramo también contaban una historia.
Un ramo de calas y proteas
Las calas y las proteas en tonos naranjas fue la combinación ganadora de Marta. Unas, con su forma estilizada y sus pétalos estructurados, aportan verticalidad y mantienen la sutileza del ramo. Las proteas, en cambio, añaden textura y volumen, creando un contraste que rompe con la suavidad de las calas y añade ese toque exótico y contemporáneo que Marta buscaba. “No conseguía dar con un diseño que no me pareciese cursi. ¡Es algo que me pasa mucho con las flores!” cuenta Marta, que finalmente dio con el ramo perfecto en Margarita se llama mi amor, una floristería en el centro de Madrid. La nueva elegancia está en los tonos vibrantes como el naranja.
Un ramo de tulipanes
Los ramos compuestos por un único tipo de flor están ganando cada vez más adeptas, especialmente entre las novias que buscan un look que vaya más allá de la estética y tenga un simbolismo especial. En el caso de Thais, que se vistió de Romancera, la elección fue clara: tulipanes amarillos. Esta flor, de tallo largo y estructura firme, es perfecta para crear ramos alargados y compactos. “Siempre me habían gustado, pero después de un viaje a Ámsterdam para visitar a Joaquín, se convirtieron en algo muy especial,” cuenta Thais. Aquilea, la floristería encargada del diseño, logró captar la esencia de ese recuerdo, creando un ramo monocromático que evocaba aquel momento en el aeropuerto: Joaquín esperándola con un gran ramo de tulipanes amarillos. Un detalle sencillo pero cargado de simbolismo, que demostró que a veces no hace falta mezclar especies para conseguir un resultado impactante.
Un ramo de nardos
Lejos de lo que pueda parecer, no solo el vestido o los zapatos ayudan a estilizar la figura. Los ramos de flores de novia también pueden contribuir a ello y en el caso de María José, que se casó con un vestido de Helena Mareque en Zaragoza, los nardos fueron la elección clave. “Al principio me atraían más las calas, pero en septiembre no tenían el tamaño que buscábamos,” explica. Finalmente, optó por los nardos, una flor de tallo largo, estructurada y definida, con aroma inconfundible. Este ramo elegante, estilizado y de porte romántico ayudó a dar verticalidad a la silueta de esta novia, aportando un toque distintivo gracias a sus flores blancas en forma de espiga. Una apuesta que demuestra que, a veces, menos es más.
Un ramo de gerberas
Los ramos monocromáticos con tallo largo son una apuesta sencilla pero cargada de significado, y en el caso de Esther, las gerberas en tono melocotón fueron las protagonistas. Joana, de la floristería Tinons, le propuso estas flores de temporada por su estructura firme y su color cálido, perfecto para aportar un toque dulce sin restar protagonismo a su vestido de Navascués. “Justo el tono que me apetecía llevar,” comenta Esther, quien completó el ramo con una cinta estampada de Bardott Studio, regalo de sus amigas de verano, y una medallita de la Virgen de la Montaña, patrona de Cáceres. Una elección sencilla pero con un gran trasfondo emocional, donde cada detalle tenía un significado especial.
Un ramo minimalista de tres calas
Hasta hace no mucho, los ramos tendían a desbordarse de flores y texturas, pero Claudia apostó por la sencillez más rotunda: tan solo tres calas. Sin más. Y es que, según los creativos y diseñadores, tres es un número perfecto a la hora de crear composiciones armoniosas y compensadas. Hablamos de un ramo minimalista que, precisamente por su simplicidad, resulta hipnótico. Las calas, elegantes y esbeltas, nos devuelven otra vez la idea de que a veces menos es mucho más. “Me lo regaló Belén, mi cuñada, junto a María, una prima de mi marido,” cuenta Claudia. Ambas añadieron un detalle lleno de significado: una cinta blanca bordada a mano con los nombres de los novios y la fecha de la boda en burdeos, un gesto delicado que convertía un ramo aparentemente sencillo en el mejor de los recuerdos.
Un ramo de rosas empolvadas
Las rosas y el tul son un dueto de éxito con poco margen de error para una novia. Un vestido romántico como éste de Marcela Mansergas puede completar su encanto atemporal con un ramo formado únicamente por rosas. Eso sí, para no caer en tópicos y desmarcar a estas flores de su carácter clásico y tradicional, es bueno incorporar detalles de tendencia, como el hecho de apostar por un tallo XL y elegir tonos que se salgan de los típicos colores. En este caso, la Floristería Hesperia, encargados del diseño, apostaron por el blanco roto con un sutil matiz empolvado que consigue cambiar el registro del look sin esfuerzo.
Un ramo de hortensias, anturium y amaranthus
El ramo de novia de Mónica es uno de esos diseños que no se olvidan y que siembran la semilla de una nueva era de ramos escultóricos. La combinación es exquisita: el amaranthus verde y su caída, que aporta movimiento y frescura; los anturium blancos, que añaden un toque estructural y las hortensias de tallo largo, que suman volumen y rematan la jugada maestra de Pajarraca Madrid, artífices del diseño. Un ramo, sin duda, pensado para impactar.
Un ramo de nardos
Los nardos han pasado de ser una flor poco habitual a convertirse en una apuesta cada vez más demandada para ramos de tallo largo. ¿El motivo? Su estructura vertical aporta un dinamismo inesperado que no renuncia a la pureza del blanco. Son flores que, pese a su aparente sencillez, crean un impacto visual rotundo gracias a su forma estilizada y ligeramente escultórica. Además, encajan a la perfección en composiciones minimalistas, ideales para novias que buscan un ramo que destaque por su carácter sin saturar el look. Y aunque su presencia aún sorprende, todo apunta a que será una de las grandes protagonistas en las próximas temporadas.
Un ramo de anthurium blancos
Los anthuriums blancos han ganado terreno como opción para novias que buscan un ramo estructurado, impactante y con un toque contemporáneo. En el caso de Alejandra, que sorprendió con un vestido de Sole Alonso, la elección fue clara: quería que el ramo fuera sencillo, pero con carácter. “Encontré unas fotos de anthuriums gigantes y pensé que podían quedar bien,” explica. Gabriela, de Freesia, se encargó de localizar los ejemplares más grandes para crear un diseño compacto y estilizado. ¿Por qué funcionan tan bien los anthuriums? Su forma alargada y su textura cerosa aportan presencia sin necesidad de añadir más flores. Además, el blanco puro realza aún más sus líneas limpias y estructuradas, convirtiéndolos en una elección perfecta para novias que buscan un ramo minimalista pero con muchísima fuerza visual.
Un ramo de rosas blancas
El vestido de líneas depuradas de Virginia, firmado por Luis Infantes, pedía un ramo sencillo. La decisión fue clara: unas flores blancas de tallo largo. Inicialmente, la idea eran peonías, pero al no estar disponibles en invierno, optaron por rosas blancas de jardín, que gracias a su tallo largo y robusto presumen de una estructura siempre compacta, estilizada y elegante, perfecto para acompañar diseños minimalistas. Un acierto clásico que sigue siendo tendencia, al que ella decidió incorporar la medalla de una Virgen.
Un ramo de plantas carnívoras
Blanca Padilla celebró su boda en Menorca, en un entorno natural que armonizaba con la estética de su vestido y del singular del ramo que eligió. Y es que la modelo jugó a los extremos. Por un lado apostó por un diseño etéreo y desestructurado de T.ba Brides, con un cuerpo estilo corsé y detalles inspirados en la naturaleza que se complementaban perfectamente el ambiente de la isla. Y por raro que pueda sonar, contrarrestó la estética relajada y romántica de su vestido con un ramo de plantas carnívoras. Concretamente, la Sarracenia, un detalle inusual que aportó un toque muy original a su look nupcial.