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Es temporada alta de bodas y no solo entre las parejas anónimas, también son muchos los miembros de la aristocracia y la realeza que eligen la primavera para su 'sí, quiero'. Aunque se creía que el viernes 16 de mayo sería la fecha elegida por la princesa Aisha y Karim El Mufti para su enlace, han sorprendido casándose por adelantado en el Palacio Zahran de Amán. Allí se ha reunido a la Familia Real de Jordania y ha sido donde hemos podido descubrir su vestido de novia.
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Un vestido de novia británico para la princesa
Mientras la Familia Real cuenta los días para la llegada al mundo del primer hijo de la princesa Imán, han disfrutado de una celebración inolvidable. Un enlace que además de dejar un sinfín de imágenes para el recuerdo, ha demostrado una vez más que los looks nupciales de las royals jordanas siempre son un acierto.
La princesa Aisha, que es hija del príncipe Faisal, hijo de Hussein I y hermano de Abdalá II, y de su primera esposa, Alia, eligió un diseño creado por Phillipa Lepley Couture. Se trata de una destacada firma británica especializada en vestidos de novia y de noche de alta costura, reconocida por su excepcional corsetería, bordados artesanales y un enfoque profundamente personalizado en cada diseño. Fue fundada en 1989 por Phillipa Lepley en Londres y, desde entonces, la marca ha consolidado una reputación internacional, vistiendo a clientas de la alta sociedad, celebridades y miembros de familias reales, como Lady Charlotte Lindesay-Bethune o Flora Vesterberg.
El diseño de la princesa está compuesto por varias piezas. En primer lugar, observamos un vestido más bien sencillo que está confeccionado en saten italiano duchesse. Tiene el cuerpo ligeramente encorsetado, tirantes anchos que se prolongan hacia la espalda —que es baja y con escote redondo— y falda de silueta columna. Sobre el mismo hay dos elementos que ayudan a hacerlo diferente al resto. Uno es una sobrefalda llena de volumen que nace de la cintura, a la que se ajusta con un fajín atado con una lazada, y de la que parte una elegante cola de peau de soie.
El segundo, es un cuerpo de encaje floral, de cuello alto y con forma de capelina corta, que aporta un aire más formal al diseño. Esta pieza de tul borada a mano tiene, tal como nos explican desde la firma, hojas de helecho de doncella, aplicaciones de seda de primulas, orquídeas en punto de satén y violetas, todas adornadas con perlas marfil y pequeños cristales de vidrio. "El diseño fue personalizado y completado con un motivo de narciso y lirio de los valles a medida", añaden.
De la tiara de flores a su ramo de novia
La mayor parte de las novias de la realeza llevan velo y tiara, dos elementos que funcionan bien juntos y se suelen colocar sobre un recogido. La princesa Aisha no ha sido una excepción y ha lucido su melena rubia peinada en un favorecedor moño bajo. Además, ha seguido la tradición familiar al lucir la misma tiara que llevó su hermana mayor, la princesa Ayah, en su boda celebrada en 2014. Se trata de una diadema de flores de diamantes que podría pertenecer a la colección personal de su madre, Alia Tabbaa, perteneciente a la élite empresarial del país, ya que es la hija del fundador de Royal Jordanian Airlines, Sayyid Tawfik Al-Tabbaa.
Aunque el velo no se aprecia bien en las imágenes, es un diseño de dos capas con un borde bordado a mano. "El bordado es una combinación del trabajo de hilo característico de Phillipa, con hojas y tallos de helecho de doncella, primulas, orquídeas y violetas aplicadas en seda, adornadas con pequeños cristales de vidrio y perlas marfil. El diseño se completó con las iniciales personalizadas entrelazadas con narcisos y flores de lirio de los valles", nos cuentan.
Para completar su look nupcial, Aisha añadió otras joyas muy especiales: unos pendientes de diamantes ligeramente colgantes y con cierta inspiración floral, y una fina pulsera con la que adornaba su brazo derecho.
Una mención especial merece el ramo. Aunque hay excepciones, las novias de la realeza casi siempre eligen composiciones en las que predomina el blanco. Una elección que, aunque pueda parecer casual, está muy meditada. Esta tonalidad imprime un aire clásico a la composición y hace que no pase de moda con tanta facilidad. Además, desde hace algunos años, la mayoría optan por bouquets bastante pequeños. Son más cómodos de llevar, complementan a la novia sin eclipsarla y, como en el caso de Aisha, son el cierre perfecto del look.