Cuando Achille Maramotti fundó Max Mara en 1951, su intención estaba clara: vestir a las esposas de los médicos y abogados, las mismas mujeres que, años después, se convertirían ellas mismas en profesionales con gran poder de decisión. Ian Griffiths, actual director creativo de Max Mara, insiste en mantener vivo el sueño de Maramotti: vestir a mujeres reales. Para su colección otoño-invierno 2021-2022, el diseñador ha querido celebrar las raíces elegantes de la marca mientras exploraba una obsesión personal, la cultura británica, rebelde y clásica a la vez. La puesta en escena está concebida como un desfile de la realeza, en el que la Reina no lleva una corona de diamantes sino un atemporal abrigo cámel sobre la cabeza. Esta es la mujer que prefiere poseer un abrigo para toda la vida que presumir de joyas opulentas. En los looks, encontramos chaquetas camiseras guateadas, chalecos acolchados, capas ecuestres, amplios jerséis de lana y una gama de bomber jackets, que volverán a ser tendencia. Las faldas típicas escocesas inspiraron los diseños midi de la colección, con los cuadros como motivo estelar, y los impecables trajes ofrecían un equilibrio moderno de elegancia y comodidad. La inspiración británica del diseñador, inspirada en el estilo de las royals y, sobre todo, en el de Isabel II, se unió a la prolija artesanía de la marca en una colección donde las referencias al campo se incorporaron al entorno urbano.
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