El 30 de noviembre, los reyes Guillermo Alejandro y Máxima de Países Bajos aterrizaron en Surinam, país al norte de Brasil que fue colonia neerlandesa hasta 1975. Allí, y hasta ayer, miércoles 3 de diciembre, la Reina ha conquistado a este país sudamericano con un total de 9 looks en los que no han faltado vestidos perfectos y joyas con personalidad, hasta una fabulosa tiara histórica o unas esmeraldas que datan de 1896. Al detalle, analizamos todos los detalles de moda que ha llevado en su maleta de viaje.
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Como despedida de su viaje a Surinam, los Reyes organizaron una recepción a la comunidad neerlandesa, residente en el país sudamericano. Para la ocasión, Máxima de Países Bajos estaba radiante con un vestido azul marino con calados, que presentaba escote barco, cintura marcada y falda acampanada en largo midi. Este diseño de Natan no es nuevo, sino que lo estrenó en 2016. Lo combinó con sus salones al tono de Gianvito Rossi.
Generando un ligero contraste, Máxima no se privó de apostar por joyas con personalidad con los que transforma sus looks y los hace únicos. En este look, incorporó unos pendientes con forma de lágrima y llamó especialmente la atención con un largo collar de perlas y piedras de colores.
En la mañana del 3 de diciembre, los Reyes disfrutaron de un paseo en barco por el río Surinam y el río Commewijne, antes de visitar la aldea de Johanna Margaretha, y la plantación de Frederiksdorp. Para estos actos, Máxima estrenó un vestido de estilo folk con potente estampado y cinturón, el diseño Acacia de Zimmermann. También nuevo era su bolso de rafia con pompones de colores, de Caterina Bertini (205 euros). Además, recuperó su sombrero tipo Fedora de 360Five, que tiene un ala XXL de 13 centímetros; y sus sandalias con cuña de cuero, de Paul Andrew.
Además de no olvidar su abanico, Máxima de Países Bajos recuperó sus gafas de montura dorada de Cartier, que tiene desde 2022. Especial mención también tiene sus nuevos pendientes, de piedras de colores y en forma de flor. Sin duda, una joya acorde con los diseños más definitorios del estilo personal de la Reina.
En la noche del 2 de diciembre, los Reyes organizaron, como muestra de agradecimiento por la hospitalidad brincada en el viaje, una velada cultural en el Teatro Thalia, de la ciudad de Paramaribo, donde actuó la cantautora holandesa de ascendencia surinamesa Sabrina Starke junto a artistas surinameses. Para esta cita, Máxima de Holanda recuperó un sari verde con cenefas, de Jan Taminiau, que estrenó en su viaje a la India en octubre de 2019. Lo combinó con sus sandalias doradas de Gianvito Rossi y su clutch metalizado de Dior.
A juego con el colorido de su sari, Máxima lució unos pendientes largos con diamantes engarzados en talla lágrima y esmeraldas, que se conjugan con un elegante collar tipo gargantilla. Ambas joyas data de 1896 y fueron creadas para la reina Guillermina.
En la tarde del 2 de diciembre, antes de acudir al concierto en Paramaribo, Máxima de Países Bajos recuperó su vestido marrón, con manga corta, cuello a la caja y largo midi, de Dolce & Gabbana. Lo acompañó de su clutch Carol de Glorinha Paranaguá, sus sandalias Versilia de Gianvito Rossi y una fascinante pamela arquitectónica de Bettina Thomas Millinery.
La mañana del 2 de diciembre comenzó entre palmeras en Paramaribo, capital de Surinam. Para esta cita, recuperó un vibrante vestido amarillo de Natan, que combinó con sus salones nude de Gianvito Rossi, un turbante a juego de Fabienne Delvigne y un nuevo broche con forma floral.
En la noche del 1 de diciembre, tuvo lugar el gran banquete en honor de los reyes de Países Bajos. En esa cena, Máxima estrenó un fabuloso vestido de Natan. Era largo, con escote en V, presentaba la espalda descubierta y las mangas se convertían en una elegante capa. Como calzado, lució sus sandalias marrones de Gianvito Rossi.
Creando una imagen majestuosa, Máxima recuperó la diadema bandeau, una tira sin ornamentos exuberantes. Se trata de una pieza compuesta de forma lineal por 27 diamantes engastados en una estructura de platino. La joya fue encargada para que la realizaran por la reina Guillermina, bisabuela del rey Guillermo Alejandro, y aprovechando unos diamantes que pertenecían a su madre, la reina Emma, los cuales fueron un obsequio con motivo de su matrimonio con el rey Guillermo III por parte del pueblo de Países Bajos. La acompañó con unos pendientes también de diamantes.
Para los actos de tarde el 1 de diciembre, Máxima de Países Bajos recuperó un vibrante vestido en color frambuesa de Natan, que combinó con sus salones rojos de Gianvito Rossi. Impactante, era su pamela burdeos de Fabienne Delvigne, que no era la primera vez que le veíamos.
Para sus primeros compromisos en Surinam el 1 de diciembre por la mañana, como una ceremonia de bienvenida, Máxima de Países Bajos estaba radiante con un nuevo vestido blanco de Natan, que presentaba calados y gran lazada en la cintura. Lo acompañó con joyas de perlas, una pamela de rafia y sus salones nude de Gianvito Rossi.
El primero de los looks de Máxima en este viaje lo vimos el 30 de noviembre cuando se abrió la puerta del avión y descendió la escalinata en el aeropuerto. En este momento, recuperó una falda en Jacquard de Natan que combinaba con un top a juego que, aunque presentaba el mismo estampado en conjunto, nunca antes le habíamos visto. Lo complementó con sus sandalias de ante negro de Gianvito Rossi.