Los reyes Guillermo Alejandro y Máxima de Países Bajos ya se encuentran en Surinam. En este país, que hace frontera al norte con Brasil, llegaron ayer por la noche. Un momento en el que pudimos ver descender del avión a la Reina con un conjunto estampado de Natan, en el que recuperaba una falda de 2023 y que combinaba con un nuevo top a juego. Además, lo acompañaba de unas sandalias negras de Gianvito Rossi con tacón ancho, que estrenó en 2019 y que también ha llevado su hija mayor, la princesa Amalia. Ahora, volvemos a verla con un segundo look en su tour sudamericano y este no tiene nada que ver con el primero.
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Un look en blanco para la ceremonia de bienvenida
Durante sus primeros actos de este 1 de diciembre, día que culminará con un gran banquete y que comenzó con una ceremonia de bienvenida por parte de la presidenta Jennifer Simons y su esposo en el Palacio Presidencial, Máxima ha querido mostrar su imagen más luminosa, refrescante y acorde a los 31 grados centígrados que registraba la mañana. Eso sí, la reina de Países Bajos ha vuelto a hacer de los complementos su fórmula favorita para realzar su personalidad y magnificar sus estilismos.
Deposita toda su confianza en Natan
En concreto, Máxima ha estrenado un vestido blanco con calados, que presenta corte cruzado, mangas al codo con puño vuelto y maxilazada a modo de cinturón, que redefinía la silueta. Se trata de un diseño en largo midi de Natan, que ya vemos se está convirtiendo en su firma favorita para este viaje. No en vano, este sello es imprescindible para la Reina en sus compromisos institucionales. En esta ocasión, y aportándole esa estética más veraniega que marcaba el día caluroso, lo ha combinado con una gran pamela de rafia. Y es que, si hay un accesorio definitorio de su estética, este es uno de ellos. La pieza presenta una banda blanca de tela y un diseño ligeramente trapezoidal.
En sintonía con el acabado artesanal y natural de su pamela, la Reina luce un bolso de mano también de material natural. Ambos complementos casan a la perfección y son símbolos de una elegancia refinada que se aleja de los colores más oscuros o tejidos con prestancia que le acompañan en Países Bajos. Por otro lado, denota cierto clasicismo que apacigua su look al llevar unos guantes sencillos en tono beige a juego con sus salones de altísimo tacón. No obstante, el detalle que magnifica y realza su look al más puro estética royal, son sus joyas: largos pendientes de diamantes y perlas y broche a juego, de la casa Orange.