Desafiando al mal tiempo, Jade Holland Cooper ha aprovechado el escenario inequívocamente británico de las carreras de caballos de Cheltenham para presentar, en su propio terreno, tres interpretaciones de la sastrería rural que han hecho de su marca un fenómeno. Diseñadora y emprendedora, instalada con su familia en los Cotswolds —donde compagina la vida de campo con la dirección creativa de Holland Cooper—, ha acudido al November Meeting con tres looks que mezclan tradición y tendencia, diseños que recuerdan inevitablemente a la Inglaterra de antaño y a los famosos Peaky Blinders. Además, ha ido acompañada de la realeza ecuestre, entre ellas Zara Tindall, con minifalda de cuero y botas altas.
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'Mulberry Tartan': campestre con pulso urbano
El primer conjunto que ha lucido Jade es un manifiesto de su estética fundacional. Sobre una falda midi de corte circular —la nueva silueta de la firma— combina una blazer de doble botonadura tejida en lana británica del motivo Mulberry Tartan con un chaleco a juego, camisa blanca y corbata, detalles que subrayan la vocación tailoring de la firma. Los puños y el cuello de pelo en color negro aportan un matiz de lujo discreto; los guantes y el tocado tipo redecilla remiten al protocolo de carreras y las botas altas en tono burdeos cierran el conjunto con una nota moderna pero atemporal. Las joyas de estética vintage y el recogido pulido con moño bajo completan el look.
'Blackwatch' en verde y azul: feminidad con toque escocés
El segundo look, de la colección Blackwatch, opta por una paleta más tradicional: tartán en verde y azul marino que se traduce en una blazer de corte femenino, entallada en cintura, y la misma falda de vuelo que ya se ha convertido en sello de la temporada. El cambio de tocado por una diadema acolchada y la introducción de un bolso burdeos de la casa dan el giro práctico al estilismo. Aquí hay una voluntad clara de feminizar la sastrería: líneas más suaves, cortes redondos y accesorios muy lady.
'Westminster Tweed': gabardina, chaleco y estilo 'Peaky Blinder'
El tercer look, que ha lucido junto a Zara Tindall, ha sido el más tradicional y masculino de todos. Un abrigo estilo gabardina de la colección Westminster Tweed, chaleco de doble botonadura y la falda circular completan una estética que podría haber salido de cualquier archivo de la sartorial británica; la diadema en tweed y las botas negras aportan equilibrio. El conjunto demuestra la versatilidad de las piezas de Holland Cooper: pensado para el campo, pero con suficiente sofisticación para eventos en la ciudad. Por su estructura y sus piezas de sastrería tradicionales, nos recuerda inevitablemente a los looks de la serie Peaky Blinders.
La marca, la fundadora y el ADN campestre (pero de lujo)
Holland Cooper nació de la inquietud de Jade por vestir la vida rural con piezas de sastrería impecable. Desde su primer puesto de ropa en las carreras de caballos de Badminton a la expansión internacional, la diseñadora ha mantenido un discurso constante: ropa confeccionada para durar, con énfasis en el corte, los materiales y la fabricación inglesa. Las faldas de esta temporada, con su construcción en círculo y forros en tules que dan volumen, son ejemplo de esa filosofía. La marca, que ha vestido a personalidades del círculo real como Kate Middleton —Jade ha asistido a bodas como la de Lady Kitty Spencer—, se ha convertido en un emblema del “country chic” con acento contemporáneo. La diseñadora, casada con Julian Dunkerton —cofundador de Superdry— vive en los Cotswolds y mantiene una presencia pública sencilla.
Un lugar en las carreras y en los armarios
Cheltenham no es una pasarela más para Holland Cooper, es el territorio en el que la marca adquiere sentido. Las apuestas por tartanes, siluetas de sastrería y botas stiletto de caña alta son una respuesta a una clientela que busca piezas de sastrería tradicional con un toque actual y tendencia. La presencia de Zara Tindall en el Super Saturday subraya el diálogo entre la tradición ecuestre y el lujo británico contemporáneo: dos mundos que la firma sabe conectar a la perfección.