No, no llegó el momento de la esperada MET Gala, donde las estrellas muestran sus looks más impresionantes, surrealistas y virales. Sin embargo, el imponente y majestuoso Museo Metropolitano de Arte de Nueva York volvió a abrir sus puertas de forma privada. Y lo ha hecho por una buena causa, la celebración de la anual Gala Hadrian, organizada por la World Monuments Fund (WMF), organización no gubernamental sin ánimo de lucro que se dedica a la preservación del patrimonio cultural y arquitectónico del mundo. Fundada en 1965, ya ha intervenido en más de 700 proyectos en 112 países.
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Solidaridad a través de una subasta silenciosa
La Gala Hadrian del WMF, organización que celebra su 60º aniversario, comenzó la velada en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, concretamente en su Templo de Dendur, y culminó en la Casa Payne Whitney en el Upper East Side de Manhattan, actual Villa Albertine, donde se celebró una subasta silenciosa en la que se recaudó 2,1 millones de euros, los cuales se destinarán a la conservación del patrimonio cultural de todo el mundo. En esta puja, se pudo adquirir, por ejemplo, un baúl de edición limitada y pintado a mano, de Trunk Company y originario de Jaipur (India).
La gala de este año en honor de los reyes de Bután
“Mirando hacia los próximos 60 años, redoblamos nuestra visión audaz: salvaguardar los tesoros irremplazables del mundo, con WMF como la fuerza global en presentación del patrimonio. Debido a los conflictos continuos, el cambio climático y el turismo excesivo y la urbanización, los recursos culturales están desapareciendo tan rápido como los naturales”, precisó al comienzo de la noche la presidenta y directora ejecutiva de World Monuments Fund, Bénédicte de Montlaur. Por otro lado, en concreto, la gala de este año rindió homenaje tanto el filántropo David M. Rubenstein por su labor en la preservación, restauración y difusión del patrimonio cultural, como a los reyes de Bután. Estos, que mandaron una delegación de compatriotas, estuvieron presentes de forma telemática y destacaron la restauración de WMF durante 5 años de la fortaleza de Trashigang Dzong tras el terremoto de 2009.
Gracias a los mensajes de agradecimiento, así como de la subasta, todos los presentes en la velada vivieron una noche inolvidable de otoño. Entre todos los invitados, se encontraba la actriz y diseñadora Ashley Olsen, que vistió un conjunto en negro de su firma de moda, The Row, compuesto por chaqueta oversize de terciopelo y falda larga: el zapatero Christian Louboutin, que causó sensación con sus coloridas botas de satén azul y brocado de seda, un regalo del rey de Bután, Jigme Khesar Namgyel Wangchuck, que fueron elaboradas en la Real Escuela de los Trece Artesanos; y la princesa saudí Deena Ali Al-Juhani Abdulaziz, muy elegante de verde con diseño de espalda descubierta.
