Las estábamos esperando, y las hemos visto. Las infantas Cristina y Elena han reaparecido de lo más sonrientes en la mañana de este domingo 5 de octubre en Torrejón de Ardoz, donde han asistido al Homenaje a la Bandera celebrado en el marco de las fiestas patronales del municipio madrileño. Invitadas por el Ayuntamiento, las hermanas del rey Felipe VI han querido mostrar su apoyo a las Fuerzas Armadas, participando en un acto de gran carga simbólica que ha reunido a autoridades civiles y militares en la plaza de España.
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Su presencia —una imagen poco habitual en los últimos años— ha sido recibida con expectación y calidez por parte del público. Más allá del protocolo, esta aparición conjunta refleja una renovada sintonía entre ambas y una posible señal de acercamiento hacia la Familia Real, justo una semana antes del desfile de la Fiesta Nacional del 12 de octubre.
En primera línea, junto a las autoridades civiles y militares, doña Elena y doña Cristina han seguido atentamente el desarrollo del acto castrense, que ha incluido desfile aéreo, exhibiciones de unidades militares y un salto paracaidista sobre la explanada. Su aparición ha proyectado una imagen de serenidad, complicidad y unidad, en contraste con los años en que ambas mantenían agendas públicas muy separadas.
Dos estilos, dos personalidades
En el terreno estilístico, las hermanas han protagonizado un verdadero duelo de elegancia institucional. La infanta Cristina ha apostado por la sobriedad y el refinamiento clásico: un conjunto en tonos marrones con una chaqueta brocada en marrón claro y plata, de delicado estampado floral y estructura ligeramente rígida, que evocaba una elegancia casi regia. La acompañaban unos pantalones palazzo de tejido fluido en marrón chocolate, unos zapatos de salón en color topo y un pequeño clutch metálico. Una elección coherente con su estilo habitual.
Por su parte, la infanta Elena ha optado por una propuesta mucho más alegre. Su americana coral, de corte entallado y solapa clásica, ha sido la gran protagonista del look. La combinó con pantalones blancos rectos y un top blanco.. Los zapatos bicolor y un bolso en tono rojizo completaban el estilismo. En comparación, los dos looks condensan las personalidades de ambas: Cristina, más contenida y sobria; Elena, más llamativa y cercana.
Una aparición con significado
Más allá de la moda, esta reaparición conjunta tiene una clara lectura simbólica. Con la llegada al trono de Felipe VI en 2014, el número de miembros activos en la agenda institucional quedó reducido a seis, dejando a las infantas en un segundo plano. Aun así, ambas han seguido mostrando su vínculo con la Corona y su respeto por las tradiciones.
La infanta Elena, habitual en actos militares, mantiene una estrecha relación con las Fuerzas Armadas, mientras que Cristina, alejada de la vida pública desde 2011, ha centrado sus apariciones en el ámbito familiar o educativo. Su asistencia conjunta al izado de bandera ha sido, por tanto, un gesto con carga emocional, una forma de reivindicar su pertenencia a una historia común y su respeto por los símbolos del Estado.
Durante el acto, las infantas se mostraron especialmente cercanas, compartiendo sonrisas y gestos de complicidad. Una imagen espontánea y natural, que muchos han interpretado como el reflejo de la sólida relación que siempre han mantenido a pesar de los años de distancia mediática.
El simbolismo de un reencuentro
Esta aparición se produce solo una semana antes del desfile del 12 de octubre, en el que los Reyes y sus hijas presidirán el acto central de la Fiesta Nacional. En ese contexto, la presencia de las infantas en Torrejón adquiere una lectura añadida: la de unidad familiar y continuidad institucional.
En tiempos en los que cada gesto público de la Familia Real se analiza al detalle, la imagen de las dos hermanas del rey compartiendo protagonismo, sonrientes y relajadas, ha devuelto cierta nostalgia por la etapa en que la familia Borbón se mostraba más unida ante la opinión pública. Las infantas Elena y Cristina han demostrado que, incluso sin ocupar ya un papel activo en la agenda oficial, siguen representando con naturalidad a la monarquía española.