Después de Nueva York y Londres, llega el turno de Milán Fashion Week, una nueva cita con la moda que dio el pistoletazo de salida ayer con una jornada que dio mucho que hablar. Ya en esta primera jornada reunió a rostros de la talla de Gwyneth Paltrow, Lila Moss, Olympia de Grecia o Demi Moore, que impactaron con estilismos de tendencia pero muy diferentes entre sí. Aunque nos encantaron tanto la gabardina estampada de Gwyneth como el look minimalista de Olympia o la falda de cuero de Lila, fue, sin duda, el vestidazo de Demi el que nos dejó boquiabiertas en el front row.
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Durante los últimos años, la actriz ha estrechado lazos con la industria de la moda y cada vez es más habitual verla acudir a desfiles, siempre sorprendiendo con conjuntos llamativos o rompedores. Ayer dejó de lado las minifaldas que tanto le hemos visto últimamente para enfundarse un diseño digno de cualquier alfombra roja, es más, parece hecho para subir a recoger un Oscar. Sin embargo, ella ha demostrado que cualquier excusa es buena para ponerse un lookazo y ha deslumbrado -literalmente- convirtiendo las calles de Milán en su mejor pasarela.
Un vestido-joya de alto impacto
Se trata de un vestido entalladísimo que realza su espectacular silueta, una pieza de cuello perkins, manga larga y falda acabada en cola que destaca no solo por su acabado metalizado, sino por los abalorios con los que está decorado. Lentejuelas y pequeñas piedras de tonos dorados, plateados y cobrizos se entremezclan para confeccionar motivos florales y delicados flecos que bailan con cada movimiento. Sin duda, una auténtica joya artesanal.
Su look de belleza icono
Demi ha dejado brillar a esta pieza, prescindiendo de bolso y pendientes, pero sí ha querido completar el look con imponentes anillos de diamantes. Fiel a su esencia, ha llevado su larguísima melena oscura suelta, peinada con raya al medio y ondas sutiles. Para rematar, un maquillaje centrado en su mirada, potenciada a través de un ahumado en tonalidades cobrizas.