Digital Cover moda© Pascal Le Segretain

Analizamos con los expertos por qué Carolina de Mónaco es (y siempre será) icono de estilo: "Es autenticidad y elegancia"

De su joya más emblemática a las claves de su maquillaje, la princesa es el ejemplo perfecto de que el estilo auténtico no es el que brilla más, sino el que permanece


19 de julio de 2025 - 6:00 CEST

Es el fruto de una historia romántica que marcó una época, la primogénita del enlace entre un príncipe europeo y una actriz en la cumbre dorada de Hollywood. Su madre fue una musa del cine clásico que se convirtió en princesa por amor. Decir que su relación es digna de película sería reconocer lo evidente, pues miles de historias así se habían escrito antes y otras muchas se han escrito después. Pero la de Grace Kelly y el príncipe Raniero fue la primera que traspasó los límites de la pantalla y la ficción. 

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Hablamos de Carolina, princesa de Mónaco. Reconocida mundialmente por su imagen impecable y por ser la digna heredera de la elegancia de su madre, llevamos su figura a examen, y analizamos junto a tres expertas los porqués que hacen de ella un icono de estilo eterno.

MODA Análisis del estilo de carolina de mónaco © Getty Images
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El armario de una princesa

Sus apariciones publicas no dejan indiferente a nadie, y siempre es protagonista de titulares en todas las revistas de moda del mundo. Conseguir eso no es tarea fácil, pero Carolina parece que lo hace casi sin pestañear. ¿Su secreto? Una elegancia innata y una presencia sobria, siempre dueña del saber dónde y cómo estar. Para analizar el armario de la princesa, hemos recurrido a la visión profesional de la estilista Bianca Fuentes. 

"El estilo de Carolina es sofisticado, clásico, donde abundan los fondos de armario", nos cuenta esta profesional. "Aunque esto podría traducirse en una imagen anticuada, ella consigue dar una frescura especial a sus looks con siluetas muy actuales y cierta informalidad para combinar esas prendas", añade. Según nuestra experta, Carolina es fiel a tejidos clásicos como el tweed, y a estampados atemporales como los lunares, las rayas o las flores, aunque no deja de estar atenta a las tendencias, y sabe adaptarlas a su estilo sin perder esencia. No viste buscando destacar, sino que aboga por una sofisticación silenciosa, siempre con presencia, y confiando en prendas atemporales y paletas de colores neutros y pasteles, especialmente rosas y azules.

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¿Las prendas que lleven el "sello Carolina"? Bianca no duda en señalar el ganador: "una chaqueta de entretiempo en tweed", a las que añade otras como los pantalones en tonos claros, abrigos de doble botonadura y las camisas blancas, una prenda clásica que siempre reinterpreta de formas diferentes. La experta también se detiene a valorar la unidad estilística que sigue Carolina: "no cambia su estilo cuando viste en el día a día que cuando se prepara para una gala. Sigue una misma paleta de colores, texturas, siluetas". 

Sus looks más icónicos

  • Su primer vestido de novia: sin duda uno de los looks nupciales que más han inspirado a muchas novias actuales. "Era elegante, pero sobre todo natural y romántico, un reflejo de su juventud", explica Bianca.
  • Los eternos looks de Chanel: son un sello inconfundible de Carolina. La estilista destaca especialmente un look de tartán en rojo con sombrero a juego, que "bien podría ser tendencia pero no deja de ser un clásico muy bien incorporado a su estilo". 
  • Traje azul marino con blusa lazada: lo lució en plena pandemia, en 2021, durante un acto público en el palacio de Mónaco. "Refleja la capacidad de Carolina de defender su estilo clásico de una forma impecable y natural". 
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Su joyero: regalos de amor y símbolos históricos

No podemos hablar del estilo de una princesa sin detenernos a analizar sus joyas. Aquellas piezas históricas e incomparables que completan los estilismos de las royals y que les confieren ese halo de distinción y estatus. Y más especialmente cuando se trata del estilo de Carolina de Mónaco, que en su joyero guarda tesoros llenos de historia y significado. Para analizarlo, hemos recurrido a la opinión y la visión profesional de la experta Cristina Saracho, fundadora de la firma de alquiler de joyas Con Faldas y a lo loco.

"Carolina tiene un don consiguiendo que llevar una tiara de diamantes parezca natural, como una extensión de si misma", comienza Cristina. Para ella, hablar de Carolina en materia de joyas es hablar de pura elegancia, de discreción, de sobriedad. "Ella es clásica, no busca destacar ni arriesgar, no se disfraza, simplemente es. Su máxima es la autenticidad. Hace que cada joya parezca creada para ella". 

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Cristina analiza el joyero y lo divide en dos En primer lugar describe las piezas valiosísimas e históricas, heredadas de su madre. Aquellas que susurran poder y distinción, entre las que se encuentran la diadema de Cartier, el collar de perlas de Van Cleef & Arpels, o espectaculares collares de diamantes. "Su joyero real es un álbum de historia viva: son piezas de familia, símbolos de alianzas, homenajes a su madre, regalos de amor. No son simples piezas valiosas, son fragmentos de su historia. Tienen una conexión emocional e histórica que las hace únicas". 

Además de estas joyas únicas, la princesa Carolina también deja hueco en su joyero para las piezas básicas del día a día, donde se encuentran joyas más clásicas y abundan los collares de perlas, pendientes sencillos, piedras de color. Ambos joyeros son un reflejo de la personalidad de Carolina: el primero, su historia y sus raíces, el legado de sus padres; el segundo, una imagen de sobriedad, serenidad y elegancia, adecuado a su rol de princesa. 

La fundadora de Con joyas y a lo loco también se detiene a hacer un análisis sobre la evolución del joyero de Carolina: "En su juventud apostaba por piezas más recargadas, pero con los años ha ido depurando su estilo hacia piezas más sobrias y sofisticadas". Además, la experta destaca la estética de Carolina en los años 80, por sus combinaciones estilísticas donde lucía piezas más maxi de joyería, los clásicos pendientes de botón, aros XL, pendientes de oro con piedras de color, lo que hoy se conoce como estilo old money. "Carolina es princesa pero nunca ha perdido su esencia como mujer, madre y musa. Luce las joyas con una naturalidad admirable", concluye.

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Sus joyas más emblemáticas:

  • La tiara de diamantes y rubíes, de Cartier, herencia de su madre, Grace de Mónaco.
  • El broche en forma de ramo de flores: fue un regalo de Karl Lagerfeld, en oro blanco y diamantes de Chaumet.
  • El collar de perlas triple vuelta, con diamantes en talla baguette y brillante, de Van Cleef & Arpels: fue un regalo del príncipe Rainero a su mujer, Grace de Mónaco.

Las claves 'beauty' de Carolina

Deteniéndonos en la faceta beauty de la princesa de Mónaco, contamos con el análisis de María Ávalos, Makeup & Hairstylist. "Carolina representa una belleza consciente. Desde sus comienzos supo equilibrar la frescura natural de una juventud aristocrática con una sobriedad elegante que con el tiempo se convirtió en su sello", explica la experta. 

Además alaba la actitud natural de la princesa ante el paso del tiempo y cómo ha abrazado cada etapa vital sin necesidad de esconder nada. Es una mujer que, ante todo, busca la autenticidad y la naturalidad, y eso se traslada también a sus principios de belleza. "No hay artificios, ella busca proyectar esencia, sencillez. Carolina no busca llamar la atención, su forma de maquillarse y peinarse evoca una sofisticación que no grita, sino que permanece", añade María.

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Sus trucos de belleza:

  • Make up: Carolina siempre apuesta por un acabado natural, es la lección perfecta del 'menos es más', profundamente sofisticado. En su maquillaje priman las bases ligeras, sombras satinadas en tonos tierra, delineados difuminados, y labios entre nudes suaves y rojos fambruesa.
  • ¿Su sello?: la manera de iluminar el rostro sin brillos ni contornos marcados, solo luz en pómulos, mirada y boca.
  • Sus peinados: suele escoger recogidos bajos, melenas con volumen natural, ondas suaves que le aporten movimiento. Los peinados que escoge acompañan el look, continúan su estética sobria y elegante.

Sus vestidos de novia, inspiración que perdura

Carolina pasó por el altar dos veces, la primera, en 1978, con Philippe Junot, cuando solo tenía 21 años; y en 1983, con Stefano Casiraghi. Junto a María Ávalos, analizamos brevemente ambos looks, que han sido inspiración para innumerables novias actuales. "Sus dos vestidos de novia son el reflejo perfecto de sus etapas vitales", opina María. "El primero, era bohemio y etéreo, tenía ese punto de rebeldía delicada; El segundo, el mítico traje de chaqueta blanco de Chanel, fue pura revolución estética: sobrio, moderno, impecable". Dos vestidos, dos Carolinas distintas. En 1978, una Carolina joven y enamorada, que desafiaba el criterio de sus padres por amor. Entonces era una niña, pero ya se veía el carácter firme de la princesa, su rebeldía latente. Y su segundo vestido, en 1983, el de una Carolina más madura, que había encontrado a quien sería el gran amor de su vida.

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La herencia de su madre, Grace Kelly

Hablar del estilo de Carolina de Mónaco obliga a dedicar, por lo menos, unas líneas, al estilo de su madre, Grace Kelly. Icono eterno de elegancia, fue la reina del glamour en Hollywood con auténticos looks que han pasado a la historia de la Moda, en mayúsculas. Grace Kelly era la princesa americana que rompía con los cánones de una época donde primaba una belleza femenina mucho más carnal y voluptuosa. En contraposición a la imagen sensual de una Marilyn Monroe, se encontraba Grace, de apariencia más delicada y clásica.

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Hablando con las expertas, todas coinciden en su conclusión: la mayor herencia de Grace Kelly a su hija, Carolina, y de ella, a su nieta Carlota, es una exquisita conciencia de su imagen y la importancia del detalle. No se reduce a sus estilismos y sus joyas, sino también los gestos, posturas, presencia, y, todo ello, bajo una gran naturalidad. "Grace tenía una estética más hollywoodiense, y Carolina ha desarrollado un estilo más europeo y sobrio. Siempre conservando una elegancia innata", apunta Cristina Saracho, mientras que María Ávalos añade que es la evolución del estilo de Carolina lo que la hace tan especial y única: "Carolina ha añadido carácter, un toque más arriesgado. Grace era perfección, Carolina es autenticidad elegante". 

Haz click para ver el especial de la Carolina, hija mayor del príncipe Rainieroy Grace de Mónaco. Considerada desde joven como una de las princesas más bellas de Europa, su elegancia y estilo la han convertido también en una de las mujeres más admiradas del mundo. ¡Dale al play!

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