En el Salón del Trono del Palacio Grimaldi el 1 de julio de 2011, el príncipe Alberto de Mónaco y Charlene Wittstock celebraron su boda civil, por el que elle recibió el título de Princesa. Fue una celebración histórica, a la seguirían 48 horas de festejos, entre los que se encontraba la esperada celebración religiosa. Carolina de Mónaco, Carlota Casiraghi, Estefanía de Mónaco, Pauline Ducruet… Todas acompañaron como invitadas a los enamorados en su primer ‘sí, quiero’, al que seguiría un concierto de Jean-Michel Jarre y un gran castillo de fuegos artificiales. De forma paralela a este espectáculo de música electrónica, las Casas Reales que ya habían llegado al Principado, como Máxima de Países Bajos o Mary de Dinamarca, participaron en una recepción donde nos mostraron exquisitas elecciones de cóctel. Estos diseños y el curioso look de la novia los analizamos en esta galería fotográfica con motivo del 14º aniversario de esta fecha.
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Para este primer día de festejos que comenzó con la boda civil de la pareja, Charlene de Mónaco se decantó por un look en color azul que jugaba al despiste, pues parecía un vestido. Sin embargo, se trataba de un conjunto de chaqueta con botones plateados, top de encaje palabra de honor y pantalón de pernera muy ancha. Tras comentarse que podría ser una creación de Karl Lagerfeld, se aseguró que lo firmaba el sello suizo Akris, uno de sus favoritos y en el que confió para posar en el anunció de su compromiso oficial con el príncipe Alberto o para acudir a la boda de los duques de Cambridge.
Los looks de invitada de la familia real monegasca
Una de las invitadas más elegantes fueCarolina de Mónaco. La hermana mayor del príncipe Alberto volvió a cautivar a todos los presentes con su exquisito gusto a la hora de vestir. Para la ocasión, optó por un vestido azulón con cuello chimenea y drapeado frontal, que combinaba con una gran pamela de rafia con adornos vegetales y florales. Su hija pequeña, Alejandra de Hannover, también se decantó por un vestido liso, en su caso, de color malva. Por otro lado, un diseño estampado fue la elección con la que acertó su sobrina Pauline Ducruet.
Mucho más clásica fue la elección de Estefanía de Mónaco como invitada a esta boda civil. La hermana pequeña del novio, el príncipe Alberto, se decantó por un vestido en color tostado de raso con escote drapeado, anchas mangas al codo en encaje al tono y falda lisa. Lo acompañó de un clutch a juego que daba un toque aún más discreto a su look.
Sin duda, una de las más originales de esta celebración fue la hija pequeña de Estefanía de Mónaco, Camille Gottlieb. La joven, que por aquel entonces contaba con 12 años, optó por un innovador vestido de estilo años 20 con escamas que simulaban flecos y con los que se cubría al completo este diseño de acabado metalizado y estrechos tirantes. Es un reflejo de un estilo muy personal que ha encontrado en la actualidad a su hermana mayor como referente.
La hija mayor de Carolina de Mónaco no podía faltar en este análisis de los looks de la familia real monegasca vistos en la boda civil del príncipe Alberto y Charlene. La hija mayor de Carolina de Mónaco dejó de lado su imagen más transgresora para apostar por un elegante vestido en tonos aguamarina que acompañó con un bolero de red con cristales.
Tras la boda civil y un multitudinario bufé en la plaza del Palacio, los príncipes Alberto y Charlene con sus respectivas familias se trasladaron al puerto Hércules, donde una vez más están convocados todos aquellos monegascos que quisieran disfrutar de la buena música de Jean-Michel Jarre. Al mismo momento, los primeros miembros de otras Casas Reales que habían llegado a Mónaco se reunieron a las 20:00 horas en el Hotel Hermitage para asistir a una recepción. En la imagen, podemos ver a Guillermo y Máxima de Holanda. Ella optó por un favorecedor vestido midi con escote asimétrico y volumen en un hombro. Lo complementó con salones destalonados en tono nude y banda de cristal en el empeine.
También un vestido cóctel de largo midi y escote asimétrico fue la elección que definió la imagen de Mary de Dinamarca. Sin embargo, ella se decantó por un tono salmón que contraba con sus complementos en negro. Por su parte, su cuñada, la princesa Marie, prefirió un diseño black & white con detalles florales.
Muy elegante, Matilde de Bélgica prefirió un llamativo color verde para su vestido (un diseño con escote drapeado y largo midi), sus pendientes y sus sandalias. Conseguía así un look muy uniforme, favorecedor y elegante.
Mette-Marit de Noruega quiso queel color blanco dominara su imagen como Máxima de Holanda. Además, como su homóloga holandesa, también quiso combinar su vestido con zapatos en color nude.