Cleopatra zu Oettingen-Spielberg: la princesa del estilo, nos habla de su vida en España y su regreso a la actuación

©CHESCO LÓPEZ

—Estamos hablando con una princesa, baronesa, actriz, apasionada de la moda… ¿en qué orden?

—Madre, actriz, apasionada de la moda y del arte…

—¿Qué más facetas destacarías de ti, Cleopa­tra?

—Soy una persona bastante espiritual y paso gran parte de mi vida intentando entender muchas cosas, tanto a nivel psicológico como filosófico. Me encanta leer y me considero una persona sensible, empática y, por lo que me dicen, bastante divertida. Estoy empezando a trabajar con una ONG alemana como embajadora, que se llama Children for a Better World. Soy embajadora de Stiftung Kinderherz, que ayuda a niños con problemas cardiovasculares y recauda fondos para la investigación y mejoría de técnicas y maquinaria médica en el sector. También, estamos hablando con una asociación en Madrid que apoya a madres y bebés sin recursos, y estoy muy ilusionada de poder ser parte de algo tan importante.

—¿Recuerdas la primera vez que soñaste con ser actriz?

—Estuve desde los tres años encima de esce­narios, bailando, cantando… Siempre fue algo que me encantó. Estuve en todos los musicales de mis colegios y en la universidad.

“Si pudiese elegir, me gustaría actuar en algo ‘indie’, algo profundo, oscuro con muchos matices, muchas emociones. Algo que sea lo opuesto a ‘una princesa’”

—¿Eras una niña soñadora? ¿Qué recuerdos tienes ligados a tu infancia?

—Tuve una infancia complicada, pero me ha ayudado a entender el tipo de vida familiar que yo quiero llevar y dar a mis hijos y lo que no debo repetir. Siempre fui muy soñadora y lo sigo siendo. Creo que muchas cosas son posibles con dedicación y perseverancia.

—Tu madre es chilena, tu padre suizo-alemán, naciste en Suiza, y has vivido en muchos lugares del mundo, ¿qué le debes a esta riqueza cultural?

—Me ha formado completamente como persona. Entender el humor y las palabras coloquiales en muchos idiomas te hace entender una cultura. Haber estudiado en Alemania, Inglaterra y Francia ha sido maravilloso y enriquecedor para mí. Me encanta saltar de un idioma a otro.

—Con tantas mudanzas, ¿para ti son ‘pan comido’ o también te cuesta, como a la mayoría?

—Me gustan los cambios, y las mudanzas ¡son posibilidades nuevas! En ese sentido, me veo muy nómada y aventurera.

—La última gran mudanza, precisamente, ha sido a Madrid. Llevas ya casi dos años viviendo aquí, ¿cómo has ido cogiendo el pulso a la ciudad? ¿Ya te sientes una madrileña más?

—Me fascina Madrid y me siento totalmente en casa. No me mudaría a ningún otro sitio en este momento, al menos, no voluntariamente.

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—¿Qué es lo que más te gusta de tu vida aquí?

—Mi vida social. El clima. Los planes. La energía de la ciudad, la simpatía de la gente… todo.

—¿Tu marido y los niños se han adaptado tan bien como tú?

—¡Igual o mejor! Mi marido está encantado y los niños también.

—La pequeña de la casa, Milana, hasta nació en Madrid, así que es madrileña…

—¡Exactamente! Hablará como una española.

—¿Pensáis quedaros?

—De momento, nos vamos a quedar seguro. Posiblemente, tengamos que repartir el tiempo con Alemania, pero no en un futuro cercano.

De cine

—Esta, de todas formas, no es la primera vez que vives en España; también pasaste una época en Barcelona. ¿Qué te llevó allí y cómo fue esa etapa?

—Estuve dos años en Barcelona, hace diez años, y también me encantó. Terminé la escuela de interpretación ahí y tengo muy buenos recuerdos.

—También pasaste muchos veranos en la Costa del Sol.

—Exacto, en parte sí.

—¿En qué punto está tu carrera como actriz?

—Acabo de empezar a retomarla después de varios años, así que poco a poco. Tengo un par de ofertas interesantes en Alemania, pero solo quiero hacer el tipo de proyectos con los que me identifico y no cualquier cosa solo por hacer.

—¿Te sigues formando en este ámbito?

—Sí, ahora en abril empiezo un taller de Fernando Soto (director de La casa de papel), en la escuela Juan Codina, y después tengo pensado hacer el taller de Training de Cámara con Cristina Alcázar.

“La moda me encanta, me divierte, me inspira. ¿Qué abunda en mi armario? ‘Blazers’, zapatillas, vaqueros. Mucha cachemira también. Me fascinan los abrigos ‘oversize’… Y como colores, el negro, el azul, el verde…”

—Si surgiera en España alguna oportunidad, ¿te lanzarías? ¿Qué tiene que tener un proyecto para que te atraiga?

— Totalmente. Si pudiese elegir, me gustaría actuar en algo indie, algo profundo, oscuro con muchos matices, muchas emociones. Algo que sea lo opuesto a ‘una princesa’. A no ser que sea de época, porque eso también me parece maravilloso si está bien hecho. Por otro lado, creo que podría ser divertidísimo hacer una comedia. El cine español tiene mucho que ofrecer.

—¿Admiras a alguien del cine?

—Me gustan las películas que dan importancia al diálogo, como las de Woody Allen, Bayona o Almodóvar.

—¿Quiénes son, por ejemplo, tus actores y actrices favoritos? 

—¡Tengo muchos! Jennifer Connelly, De Niro, Paul Mescal, Anya Taylor-Joy, Amy McAdams...

—¿Tu película favorita de siempre, una de esas que has visto mil veces y podrías volver a ver?

—No podría escoger una, son demasiadas.

—Y últimamente, ¿has podido ver algo nuevo que te haya gustado?

—La sociedad de la nieve me pareció increíblemente bien hecha y muy emotiva.

—¿Qué tipo de papeles te gustaría interpretar?

—Papeles desafiantes, atípicos, que exijan sobrepasar la zona de confort por completo.

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‘Más presencia y responsabilidades’

—Eres baronesa, estás casada con un príncipe y vives en castillos, ¿cómo compaginas esa vida aristocrática con tus trabajos ante las cámaras?

—Mis suegros, gracias a Dios, están fenomenal y nosotros podemos permitirnos tener ciertas libertades. En un futuro, puede ser que nos toque tener bastante más presencia y responsabilidades. Lo mismo en mi caso, siendo hija única y con un back­ground similar. Mi suegro me enseñó que “para que todo se quede como está, hay que cambiar y evolucionar constantemente. Nada está asegurado en esta vida y nada es permanente”. Intento vivir el momento y organizarme lo mejor posible, hacer un balance sano entre trabajo y familia. No es fácil, pero se intenta.

—¿Cómo es ser una princesa hoy en día? ¿Lo tenemos idealizado?

—Me parece difícil de responder. No soy una princesa de un país que tenga la Monarquía activa y tampoco voy a heredar un trono. Por supuesto, hay ciertas responsabilidades, tradiciones y obligaciones que pasan de generación en generación y quiero respetarlo. Por otro lado, no voy a cambiar mi personalidad y mis aficiones por ello. Yo soy como soy con el rey de cualquier país y soy exactamente igual con alguien que acabo de conocer por la calle.

—En una profesión como la tuya, ¿los títulos pueden pesar más que ayudar? 

—Yo creo que sí. Creo que a veces puede haber prejuicios, pero como en todo.

“Haber estudiado en Alemania, Inglaterra y Francia ha sido maravilloso y enriquecedor para mí. Entender el humor y las palabras coloquiales en muchos idiomas te hace entender una cultura”

—Por encima de títulos, ¿cómo te ves a ti misma?

—Me veo una persona bastante natural y muy cercana. Soy muy familiar.

—Fuiste mamá por tercera vez el pasado junio. ¿Cómo has vivido este último año, profesional y personalmente?

—¡Superbién! Estoy muy contenta y agradecida por ello.

—Con familia numerosa de tres, ¿a qué desafíos te enfrentas? ¿Qué ha traído esta nueva maternidad?

—Más responsabilidad es más estrés, está claro, pero para mí de cero a un niño fue el cambio más grande. Ahora, que sean dos, tres o cuatro ya no me parece un cambio tan grande… ¡aparte de cuando se quiere viajar! Ya tenemos un coche con ocho plazas.

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‘Mis vestidos de boda’

—Te vemos en muchos eventos de moda, ocupas portadas de revistas, asistes a los desfiles, ¿cómo vives el mundo de la moda en realidad?

—La moda me encanta, me divierte, me inspira. Me alegra encontrarme con amigas en los desfiles. Los fotoshooting normalmente son muy divertidos, me gusta conocer al equipo, pero también se gasta mucha energía. Hace unas semanas estuve en el Festival de Cine Berlinale y me fui directa a Milán y a París. Después de un viaje así, estoy agotada y lo único que quiero es llegar a mi casa, pero muy agradecida y siempre con experiencias enriquecedoras. El balance es clave.

—¿Profesionalmente también forma parte de tu vida o te gustaría hacer algo relacionado con moda?

—Me encantaría trabajar con una marca creando algo, ya sea una colección cápsula, en el mundo de lifestyle o interiorismo.

—¿Qué es lo que más te gusta de estar en los front row de las pasarelas?

—¡La experiencia! La sorpresa de la colección. La música, la puesta en escena...

—¿Cuáles son las claves de tu estilo?

—No sabría definir mi estilo… Versátil, cómodo, desenfadado. Casual chic podría ser, pero en el día a día me gusta ir cómoda, a veces rompiendo con un calcetín divertido, gafas y un bolso llamativo.

—¿Tienes algún referente familiar en quien te inspires?

—¡Mis cuñadas! Son todas, aparte de maravillosas, muy estilosas y cada una a su manera distinta.

—¿Las prendas que abundan en tu armario? ¿Y qué colores imperan?

—Blazers, zapatillas, vaqueros. Mucha cachemira también. Me fascinan los abrigos oversize… Negro, azul, verde...

“Me gusta cuidarme, pero lo normal. No hago dieta, por ejemplo. Me gusta hacer deporte, sobre todo tenis, yoga, pilates y equitación. También el tema ‘beauty’, pero tengo la piel sensible e intento no abusar”

—¿Qué destacas en general de la co­lección de El Corte inglés para esta primavera-verano?

—Es muy femenina y hay muchas prendas que se pueden transformar de un look de día a uno de noche simplemente cambiando los accesorios.

—¿Y cuáles son las prendas que te han enamorado de la colección?

—¡Varias! En especial, el vestido blanco con flores negras.

—Generalmente, ¿cómo vistes en tu día a día?

—‘Casual’ con twist.

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—Para los eventos de gala, ¿cómo te ves más favorecida?

—Me gusta mucho el negro, aunque no lo llevo para bodas.

—Un vestido que guardes como un tesoro. 

—Mis vestidos de boda, por supuesto.

—¿Tacón o zapato plano?

—Hoy en día, zapato plano.

—Beatrice Borromeo y Alessandra de Osma, que son grandes amigas tuyas, están consideradas mujeres muy elegantes, ¿son también fuente de inspiración para ti?

—Absolutamente, y no solo por su estilo impecable, sino también por su forma de ser y de pensar.

Viaje a Japón

—¿Cuál fue tu primer contacto con el mundo de la moda?

—Hice un catálogo para Hermès en París a los 21 y así fue como empezó todo.

—En tu trabajo, la imagen es muy importante, ¿te cuidas mucho?

—Me gusta cuidarme, pero lo normal. No hago dieta, por ejemplo. Me gusta hacer deporte, sobre todo tenis, yosga, pilates y equitación. Me gusta todo el tema beauty, pero tengo la piel sensible, entonces, intento no abusar.

“Para mí, el primer hijo fue el cambio más grande. Ahora, que sean tres ya no me parece tanto… aparte de cuando se quiere viajar... ¡Ya tenemos un coche de ocho plazas!”

—Cuando te queda tiempo para ti, ¿qué te gusta hacer?

—¡Cine y yoga! En cuanto a self-care, la reflexología, el shiatsu y los masajes tailandeses me encantan. Madrid está lleno de sitios maravillosos para todo este tipo de mimos.

—¿Un sueño por cumplir?

—¡Viajar a Japón! Mostrarle el mundo a mis hijos cuando sean mayores y, por supuesto, poder trabajar más de lo que me gusta.

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