© Fernanda y Paloma (Couché Studio) Carolina González Vives HOLIVING38

Carolina González Vives: vida en una abadía entre encinas

La arquitecta nos recibe en su casa de campo,una joya de la arquitectura religiosa del siglo XVII en Extremadura, a orillas del río Tajo. Una abadía de monjes transformada en su segundo hogar, donde pasa con su familia y sus amigos largas temporadas a lo largo de todo el año

Arquitecta de formación, apasionada del diseño y comprometida ambientalista. Carolina González Vives es también la directora de Hidra Design, una exclusiva promotora de viviendas de lujo y la responsable de programas de real estate en el Instituto de Empresa, en la IE School of Architecture and Design y miembro de la Junta de Gobierno del Ateneo de Madrid. Hoy nos recibe en su impresionante casa entre la sierra de Gredos y el Parque Nacional de Monfragüe, una antigua abadía del siglo XVII con varias construcciones. La principal, una iglesia donde vivían antaño los monjes.

“Es una casa muy natural, con amplitud de espacios, diferentes alturas y muy conectada con el paisaje exterior. Parece sencilla pero es compleja”
©Fernanda y Paloma (Couché Studio)
©Fernanda y Paloma (Couché Studio)
Carolina Gónzalez Vives disfruta, con su hijo Guillermo, de una comida al aire libre en los terrenos de su casa a orillas del río Tajo.

-¿Cómo encontraste esta joya?

-Nos dedicamos profesionalmente a buscar buenos emplazamientos, así que pusimos nuestros recursos en marcha. Para mí era importante la calidad del paisaje, la cercanía a Madrid y la singularidad. Y dimos con esta iglesia maravillosa, con sus naves agrícolas, tan sencillas y bonitas; nos encantó.

-¿Sabes quién habitaba la casa en sus orígenes?

-La ermita es una construcción del siglo XVII restaurada, que formaba parte de un complejo con más construcciones, donde vivía una comunidad de ermitaños. Se desacralizó con la desamortización de Mendizábal y desde entonces se ha usado como vivienda. Se han hecho trabajos de restauración importantes del interior y de sus frescos originales y se han dejado dos construcciones anexas de piedra y una cubierta de teja, antiguas también, con un horno de leña impresionante y una sala grande donde podemos comer en invierno. Las naves son muy posteriores, del siglo XX. Eran almacenes de aperos agrícolas y en eso radica buena parte de su belleza. La simplicidad de su perímetro, la altura libre y su exterior con morteros de cal, de colores tierra, se integran muy fácilmente en el paisaje del encinar, en sus colores. Con el tiempo, las hemos convertido en casas muy naturales, con amplitud de espacios, muy conectadas con el paisaje. Sencillas en su forma exterior, pero complejas en su espacialidad; con dobles alturas, grandes ventanales, patios y porches por donde se cuela el paisaje y las vistas hasta el corazón de la casa.

“En la ermita original del siglo XVII, ya restaurada, vivía una comunidad de ermitaños”
©Fernanda y Paloma (Couché Studio)
©Fernanda y Paloma (Couché Studio)
Los frescos de la antigua capilla del siglo XVII han sido rehabilitados y se conservan las bóvedas originales de la construcción religiosa, ahora desacralizada.

-¿Qué es lo que más disfrutas?

-La casa me encanta, somos muy felices aquí y disfrutamos del lujo de vivir en este encinar centenario, de pasar mucho tiempo al aire libre, montar en bicicleta, comer y cenar fuera... Tenemos todavía muchas cosas pendientes, queremos hacer una piscina muy larga y un poco elevada, como un abrevadero, con piedras de granito, y arreglar la explanada de detrás de la iglesia donde hemos hecho fiestas y cenas en verano.

“Algunas partes de la casa son del siglo XX. Eran naves que se usaban para almacenar los aperos agrícolas. De ahí viene parte de su sencillez y su belleza”
©Fernanda y Paloma (Couché Studio)
©Fernanda y Paloma (Couché Studio)
©Fernanda y Paloma (Couché Studio)
“Somos muy felices aquí y venimos siempre que podemos. Disfrutamos de montar en bici, pasar tiempo al aire libre y comer y cenar fuera”.

-¿Cuándo soléis venir?

-Siempre que podemos, con nuestra familia y nuestros amigos. Es una suerte enorme poder tener espacio suficiente para invitar a la gente que te gusta.

“Somos muy felices aquí y venimos siempre que podemos. Disfrutamos de montar en bici, pasar tiempo al aire libre y comer y cenar fuera”
©Fernanda y Paloma (Couché Studio)
©Fernanda y Paloma (Couché Studio)
©Fernanda y Paloma (Couché Studio)
Arriba, el dormitorio principal con el baño incorporado. En la otra imagen, el ‘hall’ desde dos perspectivas distintas y el porche frente al encinar.

-¿En qué momento de la vida de una arquitecta llega la llamada de la naturaleza?

-Creo que hay una tendencia en lifestyle cada vez mayor al slow living. Cuando tienes una vida profesional muy exigente y mucha responsabilidad, necesitas que la casa sea un lugar de paz para poder pensar con claridad, compensar un poco y disfrutar de las cosas pequeñas: tomarte el desayuno al sol, por ejemplo. Desde la pandemia, con mayores facilidades para el trabajo en remoto, se valoran más las viviendas con alta calidad ambiental y paisajística. Necesitamos el contacto con la naturaleza, poder estar en el exterior, tener interiores con mucha luz natural y buenas vistas. Nosotros aquí hemos ido un paso más allá, y nos hemos metido con mucha ilusión de lleno en la vida de campo, con animales y con plantaciones agrícolas. Recogemos aceitunas y envasamos nuestro aceite, organizamos monterías... Estamos aprendiendo muchas cosas nuevas.

“Nos hemos metido de lleno en la vida de campo con animales, explotaciones agrícolas y nuestro propio aceite”
©Fernanda y Paloma (Couché Studio)
©Fernanda y Paloma (Couché Studio)
©Fernanda y Paloma (Couché Studio)
El salón con chimenea, con vistas al encinar (arriba). En la otra imagen, una de las fachadas de la casa y debajo, el abrevadero y el río Tajo al fondo. El sueño de Carolina es ver crecer a su hijo Guillermo entre Madrid y esta casa rodeada de naturaleza, donde cultivan sus propias aceitunas y fabrican aceite en una almazara.

Para ti que te gusta

Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!

Para disfrutar de 8 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.

Este contenido es solo para suscriptores.

Suscríbete ahora para seguir leyendo.

TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE CADA MES POR ESTAR REGISTRADO.

Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.

Fotografía: Fernanda y Paloma (Couché Studio) Realización

Texto: Ana Fernández de Córdoba y Cristina Lora

Decoración floral: Pinsapo Flores

Maquillaje y peluquería: Cool profesionales de tu imagen

LOOK 1: jersey de Marella; pantalón de Max Mara. Guillermo, con camisa y ranita de Lolilota

LOOK 2: look: vestido de Marlota

LOOK 3: Mango

LOOK 4: jersey de Marella; falda de Marlota

Más sobre