Actriz, productora, empresaria y, en los últimos años, uno de los rostros más influyentes en México. Allí acaba de rodar la película ‘Un retrato de familia’ y maneja con éxito su propia firma de cosmética vegana, Ocean by Mar Saura. Estas son las cosas que, de verdad, la hacen feliz.
Cuestionario de la felicidad
¡Buf! Imposible contestar solo una. Como mínimo dos: mis hijos.
Levantarme tarde (no me gusta nada madrugar); tomar el vermut escuchando jazz; pasear con mis perros; ir al cine con un tanque de palomitas y sentirme creativa diseñando, escribiendo y anotando ideas para futuros trabajos.
El teléfono, para poder estar siempre conectada y poder ver series y películas; un billete de avión para viajar, y una copa de vino que acompañe una buena cena.
En una de las campañas que protagonicé y tuve la oportunidad de dirigir en México, la canción que elegimos fue Clap your Hands, de Whilk&Misky. Me apasiona, hace que se me muevan los pies, sonría y me entre un buen rollo impresionante.
Los veranos, cuando se acababa el colegio y comenzaban las vacaciones y podía jugar sin parar horas y horas en el parque, y el día de los disfraces. Mi madre siempre se encargaba del disfraz cuidando todos los detalles, el maquillaje, el pelo... El mundo se paraba y vivíamos ese momento como si no hubiera un mañana.
Uno a Bali con Javier, mi marido, hace muchos años, que nos hizo conectar con la energía del lugar de una manera muy especial. Siempre digo que es un destino para el alma y para olvidarse por unos días del resto del mundo.
Nueva York. ¡Hace que me salga colorete y se me ricen las pestañas! Times Square, el Soho y Broadway sacan lo mejor de mí.
El atardecer en el mar. Vivir sus colores me transporta a un estado total de felicidad.
Las patatas fritas con mayonesa y muchísima sal.
Bailar con la música muy alta, tomar chocolate muy caliente con nata y ver a mis niños disfrutar, pasarlo bien, reírse...
La que me permite almacenar fotos de una manera infinita.
Meditar al menos unos minutos al día.
