La comida rápida y otros 7 hábitos que sorprendentemente te hacen menos productiva

Descubre las costumbres que impiden que aproveches al máximo tu tiempo

Por Inés de la Fuente

Ser productiva no consiste en trabajar más, sino en hacer las cosas de manera inteligente y aprovechar al máximo todas las horas del día. Por eso, el grado de productividad es una consecuencia del estilo de vida, de todas nuestras costumbres cotidianas y no únicamente de aquellas relacionadas con el trabajo o el estudio. Como ahora vas a comprobar, existen ciertos hábitos que, sorprendentemente, influyen de forma negativa en la productividad y podrían estar frenando, sin que lo imagines, tus buenos propósitos. No parar a descansar durante toda la jornada, tener una agenda totalmente planificada o ser muy perfeccionista son solo algunos de estos hábitos que te restan eficiencia.

No hacer descansos 

Como te decíamos, no levantarte de la silla durante tu jornada laboral no te hará más productiva. La mente necesita descansar para funcionar correctamente y esto será imposible si no descansas de vez en cuando. La empresa lituana Draugiem hizo un estudio para medir los hábitos de las diferentes personas en el trabajo y concluyó que las personas que descansaban cada poco tiempo eran más productivos que no lo hacían. Aproximadamente, se debe descansar 17 minutos por cada 57 minutos de concentración absoluta o levantarse cinco minutos cada media hora.

Planificar demasiado el día 

Es muy común que, si eres una persona meticulosa y organizada, intentes tener tu día lo más planificado posible, creyendo que así serás más productiva. Esto es un error porque las cosas no siempre salen como planeamos y cualquier fallo o imprevisto que surja descuadrará por completo la agenda. Lo más recomendable es no planificar el día entero a rajatabla, sino solo un par de horas desde el comienzo de tu jornada e ir adaptándolo desde entonces, según las tareas o citas que vayas teniendo.

La comida rápida

Si eres de las que apuesta por la comida basura en el descanso para la comida, tenemos (muy) malas noticias para ti. Aparte de ser nocivos para la salud, los alimentos ricos en azúcares simples y grasas saturadas y trans influyen negativamente en tu productividad ya que las digestiones son más pesadas y te adormecerán. En consecuencia, romperán tu ritmo de trabajo. Lo mejor es optar por platos ligeros que combinen principalmente verduras y proteínas con una proporción menor de grasas saludables y cereales integrales (si es pasta, que sea al dente).

Dejar lo más importante para el final

No es raro empezar con las tareas más fáciles y relegar las cosas más difíciles o importantes para última hora de la jornada, y  esto es un error. Las personas tenemos una capacidad de voluntad limitada y que va disminuyendo a lo largo del día. Además, a medida que pasan las horas es normal que estemos más cansadas y menos concentradas, por lo que dejar los trabajos más complejos para el final es una pésima idea: terminarlos, si es que lo haces, va a llevarte mucho más tiempo. Sabiendo esto, lo más recomendable es comenzar por las tareas más importantes, cuando tienes más energía.

 

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No hacer ejercicio

Parece que el deporte y el trabajo no guardan ninguna relación, pero llevar una vida sedentaria puede hacernos ser menos productivos a lo largo de nuestra jornada laboral. Está demostrado que realizar un poco de ejercicio cada día, además de mantenernos en buena forma física, puede ayudarnos a mejorar nuestra productividad laboral. Según un estudio realizado por Ron Friedmand y publicado en Harvard Bussiness Review, incluír ejercicio en nuestra rutina mejora la concentración, la memoria, resistencia mental, ayuda a reducir el estrés y eleva el estado de ánimo. Y todos estos beneficios sí están claramente vinculados a la productividad en el trabajo. 

Consultar internet en todo momento

Es cierto que tener a nuestro alcance una red tan potente nos facilita la vida, y mucho. Pero en ocasiones también nos hace perder tiempo. Hay veces en los que estamos enfrascados en una tarea y de repente nos asalta una duda que no tiene que ver directamente con lo que estamos haciendo. Lo primero que hacemos es consultarlo en internet, una mala idea. Contra lo que puedas creer, en vez de ahorrar tiempo, perderás la mañana de página web en página web. En lugar de eso, anota tu duda y consúltala cuando hayas terminado.

 

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Llevarte el trabajo a casa

Paradójicamente, cuanto más trabajes en casa, peor será tu rendimiento laboral. Si trabajas fuera del horario establecido, no estás respetando tu descanso, fundamental para poder rendir al máximo en el trabajo. Si no desconectas nunca, tu productividad termina por disminuir.

Ser excesivamente perfeccionista

La procrastinación, dejar las cosas para el último momento, es a menudo un rasgo de las personas perfeccionistas y está más relacionaco con el miedo a no hacer un buen trabajo que con la pereza. Según el portal The Book of Life, a veces comenzamos a trabajar sólo cuando el miedo a no hacer nada excede el miedo a no hacerlo muy bien, y hasta entonces podemos haber perdido demasiado tiempo. Por eso, es preferible no ser excesivamente puntilloso y dejar de preocuparse (tanto) por los detalles; lanzarse a actuar lo mejor posible y sin miedo al error. 

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