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La razón científica que explicaría por qué en invierno engordas más
Una pista: unos minutos bajo el sol podrían ayudarte a mantener la báscula a raya
Ni los dulces navideños, ni los bombones de San Valentín, ni las torrijas previas a Semana Santa tienen (toda) la culpa de esos kilos que, más a menudo de lo que nos gustaría, se acumulan bajo los jerséis de cuello alto de diciembre a marzo. Tampoco el frío que dificulta la ya de por sí complicada tarea de entrenar todos los días, ni la lluvia que solo invita a refugiarse bajo la manta copa de vino en mano. No, esos ineludibles compañeros del invierno no son los únicos responsables de que en esta estación engordemos más que en otras, porque, según un nuevo estudio, existe otra causa más. Y la explicación no puede ser más curiosa.
Un equipo de la Universidad de Alberta, en Canadá, ha dado con un sorprendente efecto que los rayos solares producen sobre las células grasas justo bajo la piel o adipocitos subcutáneos. Según su investigación publicada en Scientific Reports, cuando las ondas de luz visible (concretamente las pertenecientes a la luz azul) penetran en la piel y alcanzan dichos adipocitos, los componentes grasos se hacen más y más pequeños, y terminan por desprenderse del núcleo. De esta forma, las células grasas van perdiendo volumen. Este interesante proceso que se da de forma natural durante todo el año, se ralentizaría durante el invierno, debido a la escasez de horas de luz natural, lo cual puede producir un aumento de la grasa con el consiguiente aumento de peso.
Esta nueva conclusión se suma a otras investigaciones anteriores que afirmaron que el exceso de luz artificial -habitual en invierno- también podría engordar. Así que si habías notado que tus vaqueros últimamente te estaban más estrechos, es muy posible que no fuera solo una sensación, sino una consecuencia real de pasar muy poco tiempo en la calle, a la luz natural, y demasiado en interiores. ¿La lección práctica que podemos sacar? Que unos minutos bajo el sol no solo mejorarán nuestro humor y equilibrarán nuestros niveles de vitamina D, sino que también aportarán su granito de arena para mantener la báscula a raya.
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