El tiempo es el bien más preciado, no dejes que se escape
Pongamos el bien más preciado en el centro y recordemos su inmenso valor. El tiempo es un concepto que ha jugado un papel fundamental desde los albores de la historia del pensamiento.
San Agustín dijo: "¿Qué es, pues, el tiempo? Si nadie me lo pregunta lo sé, pero si trato de explicárselo a quien me lo pregunta no lo sé". Y llega a la conclusión de que el tiempo no existe, es solo una dimensión del alma. "Si, pues, el presente, para ser tiempo es necesario que pase a ser pretérito, ¿cómo deciros que existe éste, cuya causa o razón de ser está en dejar de ser, de tal modo que no podemos decir con verdad que existe el tiempo sino en cuanto tiende a no ser?".
Este concepto fue retomado por Heidegger, quien se opone al tiempo medible de la ciencia, cronos, un tiempo objetivo y cuantitativo, medible y calculable, tiempo de reloj, cíclico.
El filósofo alemán aprecia la visión agustiniana precisamente porque devuelve el tiempo a una dimensión subjetiva, personal, al sentimiento del individuo, y da un paso adelante. Para él, el tiempo es el tiempo de la existencia, es lo que los griegos llamaban kairos. Un tiempo cualitativo, el momento adecuado para actuar y decidir.
Y es precisamente esta concepción del tiempo lineal, conformada por momentos diferentes entre sí, la que debemos recuperar para encontrar la armonía con el mundo y con nosotros mismos.