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Cuando hablamos de trastornos mentales, tal vez has oído hablar en muchas ocasiones de la esquizofrenia o del trastorno bipolar. Son solo dos ejemplos, pero hay una gran desconocida, de la que no se habla tanto, pero que tiene una gran relevancia, como es la Patología dual, una enfermedad que designa la existencia simultánea de un trastorno adictivo y trastorno mental, o la intersección de ambas disfunciones. Es, por lo tanto, la suma de una adicción más problemas mentales que, claro está, afecta a familia, trabajo, estudios… todos los ámbitos de la vida. Para conocer un poco más sobre esta patología, hemos tenido la ocasión de hablar con dos expertos, la doctora Marta Soto Laguna, psiquiatra responsable de la unidad de Patología Dual de la Clínica López Ibor y con el Dr. Ignacio Basurte, director médico de dicho centro.

 

Y es que sin duda, cuando sumamos adicción más problemas mentales no hay duda de que podemos encontrarnos ante un auténtico desafío para los profesionales que tratan este problema. “Sin duda, la patología dual, la adicción y otro trastorno mental, supone un verdadero reto para los profesionales dedicados a esta área de la salud mental. Datos epidemiológicos en población clínica indican que más del 75% de los trastornos mentales graves presentan asociado un trastorno por consumo de sustancias o bien a una adicción comportamental, sin incluir sustancias como el tabaco o la cafeína”, nos detallan.

 

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¿Afecta más a un determinado grupo de personas?

Tal y como nos explican los especialistas, el grupo de edad más afectado se encuentra entre los 20 y los 30 años. “Sin embargo, en los últimos años se ha observado que el consumo se da en edades cada vez más tempranas. Por ejemplo, el consumo de cannabis ya se detecta entre menores de 12 años y de cocaína a los 15 años. También el uso indiscriminado de medicación para dolor crónico con opiáceos, está polarizando nuevos problemas adictivos en población anciana. Perfiles de mujeres consultan menos y su problemática puede pasar más desapercibida”, nos cuentan.

 

Hay que tener en cuenta, además, que es un problema que ha aumentado durante la pandemia. ¿Influyen hechos tan imprevisibles y traumáticos como este en su evolución? “Durante la pandemia se ha observado una doble tendencia. Por un lado, sustancias como el alcohol y el cannabis aumentaron su consumo, mientras que las sustancias excitantes como la cocaína, éxtasis o MDMA vieron reducido su consumo. Parece que esto se debió a la facilidad de obtención de las dos primeros frente al resto, cuyo trasporte y venta fue más dificultoso ante las restricciones de movimiento y la incapacidad de producción. Sin duda, el aislamiento, la incertidumbre ante la evolución de la pandemia, la pérdida de seres queridos y el estrés ante la pérdida de empleo, fueron factores detonantes en este tipo de trastorno”, nos explican.

 

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Señales de alerta

Una de las preguntas clave es cuáles son los síntomas que nos pueden alertar de que una persona padece este problema.

-Los síntomas más frecuentemente observados son depresión, ansiedad, cambios de humor, irritabilidad, alteraciones de conducta y en los casos más graves  síntomas psicóticos como alucinaciones o delirios.

-En algunos casos estos síntomas son transitorios y desaparecen cuando acaba el efecto de la propia sustancia pero en otras ocasiones estos síntomas se mantienen en el tiempo y generan un trastorno mental.

-El que aparezcan estos síntomas suele indicar factores de vulnerabilidad y te hace más propenso al desarrollo de problemas adictivos y otros trastornos mentales.

¿Y cómo podemos llegar al diagnóstico de esta patología? “En el caso de los menores, los padres son quienes alertan en muchas ocasiones de comportamientos extraños. También en el ámbito escolar cambios en el rendimiento académico o problemas de conducta pueden ser síntomas de alarma. En los adultos, es la propia persona quien acude a la consulta o bien el entorno familiar anima a la persona con el trastorno a acudir a tratamiento”, nos detallan.

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Cuáles son las causas

Es importante saber si hay un factor detonante que la causa o se produce por la suma de varios. “Para poder entender de dónde procede la Patología Dual se ha de entender que  las adicciones y los otros trastornos mentales son producto de factores individuales, genéticos y medioambientales. Tener un trastorno mental es el principal factor de riesgo para el desarrollo de una adicción. El presentar una patología dual va a repercutir en el curso evolutivo. Son personas que van a presentar más hospitalizaciones, asistencias a urgencias, peor adherencia al tratamiento y finalmente pueden presentar más tentativas de suicidio y suicidio consumados”, nos detallan los doctores de la Clínica López Ibor.

 

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¿Cómo debemos actuar frente a este problema?

En opinión de los especialistas, el tratamiento de la patología dual implica tener en cuenta ambos problemas y hacer un abordaje integral del mismo. Hay que centrarse en la persona y no sólo en la sustancia, dado que hacerlo de otra forma aboca al fracaso. “Individualizamos cada caso e intentamos dar respuesta a la recuperación clínica, personal y sociolaboral del paciente. Esto permite decidir un tratamiento que dependerá del estado del paciente respecto su situación clínica. A partir de ahí ofrecemos un tratamiento ambulatorio o bien realizar el tratamiento en un entorno protegido como es el programa intensivo, con profesionales especialistas en este trastorno”, nos cuentan.

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¿Es un problema que se puede prevenir?

Sin duda, los doctores consideran que la principal medida de prevención es la información. No todo el mundo que consume una sustancia va a generar una adicción. “Influirán factores genéticos, psicológicos y sociales. Hay factores individuales de riesgo que como hemos señalado anteriormente son determinantes en el desarrollo de la adicción, por lo que el diagnóstico precoz de los trastornos mentales y su tratamiento es también un reto en la prevención. En entornos adolescentes muchas veces se minimiza el consumo de sustancias. Conocer lo que supone un trastorno por consumo de sustancias y sus consecuencias es fundamental y entender que no todo el mundo es igual y que las sustancias tienen efectos diferentes en cada persona es algo que hay que concienciar. Otra medida a tener en cuenta es evitar cualquier factor de riesgo como pueden ser entornos de consumo, lugares o personas que faciliten obtener la sustancia o manejo de dinero sin supervisión entre adolescentes, cuando la adicción o el riesgo a la misma existe”, concluyen.

 

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