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Aunque poco a poco vamos retomando la normalidad en muchos ámbitos de nuestra vida, aprovechando la tregua que nos da la pandemia, pero sin bajar la guardia, porque el virus sigue fuera, lo cierto es que el teletrabajo parece haber llegado para quedarse en algunos ámbitos, o al menos en su modalidad mixta, con parte presencial, parte en casa.  

 

Y es que no podemos olvidar que un hecho sin precedentes, con el confinamiento debido a la COVID-19 provocó un experimento social de dimensiones globales a altísima velocidad, en opinión de la socióloga Alicia Aradilla, desplazando los puestos de trabajo a casa, en un intento de instaurar un modelo de teletrabajo, que en la mayoría de casos, es simplemente un trabajar desde casa, con todas las características diferenciales que supone y un alto riesgo de aumentar la casuística de enfermedades mentales gestadas en el puesto de trabajo.

 

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¿'Quemados' también trabajando en casa?

En la mayoría de casos, este modelo de producción no se ha implementado desde la cultura corporativa, sino desde la necesidad imperiosa. Por eso, nos hacemos esta pregunta: ¿puede quemarnos también el teletrabajo? ¿Podríamos hablar del burnout laboral cuando trabajamos desde casa? Y es que relacionábamos el teletrabajo con mayor flexibilidad, con una opción de más conciliación real. Pero, sin embargo, ¿puede haber personas que están viviendo el proceso contrario y trabajan más aún que en la oficina? “Sí, esa flexibilidad se ha enfocado más en la disponibilidad del trabajador que en la conciliación de la vida familiar. Es decir, se trabaja más, se está más tiempo a disposición de la empresa”, nos cuenta la socióloga, autora del libro Teletrabajar bien.

Por eso, ella sí que considera que puede existir el llamado burnout en el teletrabajo. “Con características algo diferentes, pero con el mismo sufrimiento para el trabajador y para la empresa”, nos explica.

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Separar trabajo de vida personal

Contestamos mails fuera de horario, miramos los chats de la empresa… ¿Es tal vez el mayor problema el hecho de no separar nuestra esfera laboral de la personal cuando estamos en casa? “Esa separación para la empresa significa crear una relación de confianza que elimine el control y potencie la autonomía, en poner foco y recursos a aspectos psicosociales, elevar el nivel de respeto representado en la famosa desconexión digital. Por ejemplo, desconexión digital no significa que el trabajador tenga la valentía de no responder un mensaje interno a cualquier hora, sino que sólo reciba mensajes a los que está responsabilizado a responder en un horario laboral saludable”, nos cuenta.

Mientras, en su opinión, “para el teletrabajador significa cambiar patrones mentales que favorezcan la autonomía, la responsabilidad individual y la disciplina, disciplina tanto para realizar un trabajo de excelencia cumpliendo plazos, como para saber cerrar su jornada laboral”. Por eso, considera que el tejido empresarial necesita un cambio de paradigma importante para – realmente- adaptarse al cambio. Eso significa que los líderes tengan la capacidad de enfocarse en los intereses empresariales y armonizarlos con el bienestar de las personas. Liderar en el modelo de teletrabajo sacará del mercado a los jefes y sólo le permitirá permanecer a los líderes. Las empresas conscientes son la nueva brújula para guiarnos en la incertidumbre social y económica actual.

 

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Tres aspectos que hay que tener en cuenta en el teletrabajo

Influye incluso el espacio en el que trabajamos. En algunos casos, haya personas 'quemadas' de trabajar en el mismo sitio donde comen, ven la tele, leen... “Cuando la persona no tiene buenos patrones mentales e inteligencia emocional media-alta, trabajar y vivir en el mismo espacio es más complejo y dificultoso. Un gran aliado para ello, son los rituales, además de los hábitos”, nos cuenta.

 

-Intensificación. Por ejemplo, de manera muy oportuna se habla de desconexión digital, aunque es necesario precisarla desde el poder de las palabras. Desconexión digital no es que el trabajador tenga la valentía de no mirar mensajes o mails, sino que su superior tenga la sensibilidad de no enviarlos. Para que esto suceda de manera normalizada es muy importante prestar atención a la cultura corporativa de la organización.

-Precarización. Los hogares están pensados como refugio, descanso y privacidad del sistema familiar, no como lugares de producción. Más allá de abonar los costes del wifi u otros servicios, el trabajador necesita una oficasa, es decir, un espacio digno que pueda fomentar condiciones mínimas de atención y concentración. El trabajador no está responsabilizado de hacerlo desde su espacio familiar.

-Desigualdad de género. Se han unidos dos creencias de espacios distintos en la misma figura. Por un lado, la creencia en entornos laborales de que las mujeres han de dedicar más horas al trabajo para compensar y demostrar que los hijos no significan una merma de producción para la empresa, y la creencia social de que las mujeres aún han de sostener más carga de tareas y responsabilidades domésticas.

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Consejos para cuidar tu salud mental teletrabajando

Sin embargo, pese a todo ello, según el último informe de Randstad Employer Brand Research, el 43% de la población activa quiere teletrabajar. “Si no se presta atención y recursos a la cultura corporativa organizacional, veremos un aumento progresivo de enfermedades mentales, que además están catalogadas como enfermedades laborales, que afectaran a la economía, pero ante todo, que hoy, ya están afectando a las personas”, cuenta la socióloga, que añade sus recomendaciones para prevenir malestar mental en teletrabajo

1.- Establecer horarios de trabajo, comida y descanso. Ante todo, procura cumplirlos.

2.- Hacer 20 minutos de actividad física diaria, de cualquier tipo. Si se convive con un perro, será el mejor aliado.

3.- Programar pequeños descansos entre videollamadas. El tiempo de una canción es un buen comienzo.

4.- Comenzar la agenda por la agenda: planificar, revisar y reorganizar durante el día, tantas veces como sea oportuno.

5.- Respirar consciente. Entre tareas, respirar prestando atención, solamente, a la respiración.

 

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