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Si algo transmiten los amantes de la hípica, de montar a caballo, es auténtica pasión por esta afición, en la que crean un vínculo muy especial con el animal. Pero es que estamos, además, ante un deporte que, además, tiene numerosos beneficios para tu cuerpo y también para tu mente. No es extraño que la hípica conquiste a muchos seguidores, algunos de los cuales han tenido la oportunidad de disfrutar este pasado fin de semana en Madrid con la celebración del Longiness Global Champions Tour. Hemos podido hablar sobre este deporte con dos de sus participantes, José Bono y Noelle Bayarri, quienes no han dudado en contarnos lo que significa para ellos montar a caballo.

 

Le preguntamos al jinete (a quien vemos en la imagen), que acaba de competir en este certamen cómo empezó su contacto con el mundo de la hípica. “Siempre he sido un enamorado de los animales. Mi hermana Amelia llegó un verano a casa diciendo que había montado a caballo. A mí aquello se me quedó grabado a fuego, tendría unos 8 años y me puse tan pesado con mis padres… al principio no querían que montara a caballo y trataron de no hacerme demasiado caso, pero insistí tanto, que aquí estoy. Les daba miedo y les parecía un deporte muy elitista, una afirmación que antes podía tener sentido, pero que hoy en día no tiene nada que ver. Hoy en día hay mucha gente que se gana la vida dedicándose a esto, con muchísimo trabajo, como yo, y no es el mundo elitista que la gente puede imaginar”, nos cuenta.

 

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Un deporte que ‘engancha’

Estamos ante una afición que ‘engancha’, no nos cabe duda después de hablar con José Bono y con Noelle Bayarri, amazona dueña el Pony Club de La Moraleja, que también ha participado en esta edición de la competición celebrada en Madrid. “Es un poco como una droga. En el momento en que te empieza a correr por las venas esta pasión es muy difícil separarse de ella”, nos cuenta José Bono.

Eso sí, requiere de mucha disciplina y de cierto sacrificio. “Quizá la diferencia con otro deporte es que aquí es un ser vivo. Una raqueta o  una pelota la puedes dejar en el armario si un día no te apetece, un caballo no lo puedes dejar en la cuadra y al final sí que requiere de mucha disciplina. Al final, supongo que en cualquier deporte a nivel profesional, la disciplina y la concentración son dos pilares fundamentales”, nos explica el jinete.

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Beneficios físicos de montar a caballo

Los dos expertos coinciden en que principalmente te permite mantener una buena sincronización y equilibrio, además de que se activan mente y cuerpo.

¿Y qué grupos musculares son los que más se trabajan montando a caballo? “Los músculos que más trabajamos al montar a caballo son el glúteo, el abductor, hombros y brazos (en concreto antebrazos, bíceps y tríceps)”, nos cuenta la amazona. José Bono también hace referencia al trabajo de las lumbares, las dorsales y los abdominales. “Para parar el caballo más el tercio superior, hombros y brazos. Absorbes mucho el golpe del galope del caballo con la espalda”, nos cuenta.

 

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La necesidad de tener una buena preparación física

Por todo ello, es muy importante tener una buena preparación física para practicar la equitación. “Yo voy al gimnasio cuatro veces a la semana para mantener una buena forma física y evitar cansarme al montar. El cansancio es lo que te hace débil y fallar. Yo hago 4 días de ejercicio aeróbico y luego hago core, abdominales, sentadillas y brazos. Si montas solo un caballo quizá no sea tan importante, pero si te dedicas a esto y tienes varios caballos es fundamental estar en forma y evitar lesiones. Puede parecer, y es cierto, que el caballo hace el mayor esfuerzo, pero el manejo del caballo depende nuestro físico, nuestro estado físico y los mensajes que mandamos con el cuerpo. Que no es lo mismo que con la fuerza, a fuerza nunca podrás con un caballo. Además, quiero puntualizar que es el único deporte olímpico en el que no hay diferenciación entre sexos, compiten hombres y mujeres, caballos y yeguas todos contra todos”, nos cuenta la amazona.

 

“Yo entreno entre 3 y 6 horas diarias montado a caballo todos los días. Ya tengo 36 años, en cualquier otro deporte sería mayor, pero en este deporte es longevo y aguantamos más. Pero para poder mantenerme en forma y sin dolores sobre todo de espalda, necesito tener la espalda en forma, con un fisio y no solamente con masajes, sino haciendo entrenamiento para fortalecer la espalda y evitar que los músculos se agarroten, tenerlos más fuertes para que aguanten más. Durante un tiempo practiqué spinning para tener más capacidad pulmonar y aguantar mejor, pero mi cuerpo no podía más. Es un deporte que requiere mucho sacrificio y pasar mucho tiempo con los caballos. Siempre digo que el jinete es como un artista, más que un deportista, como un buen pintor que conoce las técnicas. Tú necesitas conocer a tu animal”, nos cuenta por su parte José Bono.

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Sí, montando a caballo se hace ejercicio

Podemos pensar de forma errónea que montar a caballo es una actividad relativamente ‘sedentaria’, algo que nos desmienten ambos jinetes. Y Noelle Bayarri, a quien vemos en la imagen, nos pone un ejemplo muy gráfico: “La Reina de Inglaterra que sigue montando cada día a sus 95 años y siempre dice que se mantiene así de forma precisamente gracias a que monta a diario. Estoy segura de que si montases en un caballo a alguien que nunca lo ha hecho, primero no va a aguantar ni una vuelta al trote y aún menos a galope principalmente porque se va a cansar, pero al día siguiente ¡es más que probable que casi no se pueda mover de las agujetas!”. Coincide José Bono, que nos dice que “a todo el mundo que me hace ese comentario le invito un día a probar. Nada que ver. Es interesante probarlo para comprobar si se hace o no se hace ejercicio”.

¿Nos puede ayudar a quemar calorías? “¡Claro! No es una clase de spinning pero sí. La prueba es que los jinetes después de un recorrido tienen la respiración elevada, el pulso también. Al trote inglés estás haciendo una sentadilla detrás de otra… Piensa en un piloto de motos, en el fondo él va sentado en una moto de menos kilos que nuestros caballos, y es la moto la que anda. Al final de la carrera ha perdido unos cuantos kilos y el estado de forma que requiere es brutal. Esto es algo similar. Si no estás en forma cometes errores”, nos cuenta Noelle Bayarri.

 

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Muchos beneficios a nivel emocional

Cuando les preguntamos por los beneficios a nivel emocional, la amazona es clara: “Todos. De hecho, se utiliza mucho en niños con discapacidad física y mental. El hecho de que ayude en la sincronización, o a manejar movimientos corporales independientes, les ayuda mucho a nivel mental, obliga a centrar toda la atención en eso. Además, el caballo es un animal que transmite seguridad, ayuda a subir la autoestima, a controlar tus emociones…Yo tengo bastantes clientes en el Pony Club que han empezado a montar por prescripción médica de psicólogos y médicos. Está comprobado que cuando un niño hace una actividad física a caballo su comportamiento cambia de forma radical, a mejor”.

 

José Bono también tiene experiencia al respecto, pues en su centro ecuestre de Toledo, trabajan con los pacientes con lesiones medulares del Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, el más importante de España, que acuden aquí para hacer hipoterapia. “Hacemos terapia con caballos con gente con discapacidades psíquicas y físicas. También con fundaciones de autismo y es impresionante ver lo que un caballo puede hacer tanto a una persona con discapacidades físicas como psíquicas: el equilibrio, la sensación de independencia, el contacto con el animal... En el caso de los niños autistas, hay padres que nos dicen que simplemente el entrar por la puerta de la hípica ya les supone un estímulo y una euforia que normalmente no hay ningún contacto externo que se la produzca. Es una pasión que cuando te corre por las venas da igual que tengas una discapacidad”, nos cuenta. 

El jinete transmite pasión cuando habla sobre la que es su pasión. “Para mí es mi mejor terapia cuando estoy bien y cuando estoy mal. Montarme en un caballo es como una forma de ir a otro lugar emocional en el que tienes que estar pendiente del caballo. Te hace sentir bien, reconforta bastante”, nos explica.

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Ir mejorando la técnica

Es fundamental, eso sí, ir mejorando la técnica poco a poco para sacar partido a este deporte. “Como todos, si no practicas se nota en los resultados. Y no solo depende de lo que practiques tú, aquí hay un binomio, jinete y caballo que también debe mantenerse en forma y practicar. La técnica se mejora constantemente, la tuya y la del caballo. Cuanto más a caballo estés más te curtes. Es un deporte y como tal, el estado de forma, la alimentación equilibrada, el descanso y la práctica, son elementales para unos buenos resultados”, nos cuenta la amazona.

 

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El vínculo con el caballo

Ambos coinciden en que se establece un vínculo muy especial con el caballo. “¡Pero muy especial! Es un animal vivo, con su carácter. Te vas conociendo mutuamente y sin duda se crea esa relación absolutamente especial. Como decía somos un equipo, un binomio, pero con el handicap de que ellos no hablan. Un día pueden estar más cansados, sentirse mal y nosotras terminamos notándolo gracias a ese vínculo. Y lo mismo al revés, el caballo sabe cuándo tú estás más cansada, triste o desmotivada. Es algo que hay que vivir, no se puede explicar”, nos cuenta la amazona.

“Es un vínculo muy especial, más que con otra mascota. Sin palabras, el caballo y tu tenéis que saber lo que sentís en ese momento, y pasa”, nos cuenta José Bono, al que preguntamos, para finalizar, qué le diría a una persona que está pensando en estrenarse en esta disciplina. “Que pruebe porque estoy seguro de que si tiene una buena experiencia, se enganchará. Los animales son animales y tienen reacciones a veces, hasta que consigues aprender y manejarte un poco, siempre puedes tener algún susto. Nadie lo puede tener controlado al cien por cien. Pero si tienes una buena experiencia, te irá bien. Conviene elegir una escuela con un poco de prestigio porque te garantiza que los caballos que te van a dar son caballos especiales para gente que se está iniciando. Como en casi todo, mejor iniciarse cuanto más pequeño mejor, y en este deporte más, porque hay un componente de miedo cuando te subes y el caballo empieza a moverse, sientes que te falta el control, y cuando eres un niño de eso no te das cuenta”, concluye.

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