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Estamos ante un problema de salud que es motivo de preocupación para quienes lo padecen. Para entender bien qué es exactamente una hernia de hiato hay que tener en cuenta ciertos conocimientos de anatomía. “El diafragma es el músculo que separa anatómicamente el tórax del abdomen y, en condiciones normales, el esófago del estómago. Decimos que hay una hernia de hiato cuando la parte superior del estómago protruye hacia el tórax introduciéndose a través de un orificio en el diafragma (hiato)”, nos cuenta Aida Díaz Redondo, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, miembro de Doctoralia.

 

Se estima que un 20% de la población podría padecerla, aunque desconocemos la causa en algunos casos. El debilitamiento de la musculatura diafragmática con la edad parece ser el factor principal. Si a esto se asocian situaciones en las que aumenta la presión intraabdominal de forma continuada, se elevan las posibilidades de padecerla”, nos cuenta la especialista.

 

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Presta atención a estos síntomas

Hay que prestar atención a la aparición de determinados síntomas que nos pueden alertar de la presencia de este problema de salud. “En ocasiones, la hernia es pequeña y no da síntomas, la descubrimos como un hallazgo casual durante una exploración médica por otro motivo”, nos cuenta la doctora, que añade que, cuando existen síntomas, los más comunes son:

-Pirosis (acidez de estómago y quemazón) por el ascenso del contenido gástrico hacia el esófago.

-Carraspera, afonía, o tos seca por irritación.

-Reflujo gastroesofágico, con regurgitación de alimentos sólidos e incluso líquidos, desde el estómago hacia la boca.

-Dolor abdominal alto o en el centro del pecho, que típicamente se irradia hacia la espalda o a la garganta.

-Disnea (sensación de falta de aire).

-Disfagia (dificultad para el tránsito de los alimentos hacia el estómago).

“Ante la aparición de estos síntomas, el paciente debe consultar con su médico de cabecera o con un especialista del aparato digestivo. Éste solicitará las pruebas que considere oportunas para llegar al diagnóstico. Además, valorará la necesidad de tratamiento farmacológico o quirúrgico, y realizará los controles adecuados en cada caso”, nos cuenta.

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Factores de riesgo

Además, nos preguntamos si hay personas con más predisposición a padecer este problema de salud. Los principales factores de riesgo para padecer hernia de hiato son:

-Edad por encima de 50 años.

-Obesidad.

-Tabaquismo.

-Embarazo.

-Traumatismos o cirugías previas a este nivel.

-Factores genéticos.

-Alteraciones anatómicas congénitas (dan lugar a hernia de hiato en niños).

-En general, cualquier condición en la que la presión intraabdominal este elevada a lo largo del tiempo (tos o estreñimiento crónicos, sobreesfuerzos físicos, etc).

 

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Así se diagnostica

El diagnóstico puede hacerse por la clínica, pero a veces habrá que hacer pruebas específicas para confirmarlo y también para descartar otras enfermedades que causan molestias parecidas, tal y como nos resume la doctora.

-RX con contraste de bario: el paciente ingiere un contraste opaco y se le toman radiografías para observar el paso del líquido a través del tubo digestivo. Podemos ver el contorno, la unión gastroesofágica y apreciar si existe reflujo.

-Endoscopia digestiva alta (EDA): se introduce un tubo con una cámara por la boca para ver directamente el esófago y el estómago, esta técnica nos permite además tomar muestras de biopsia si se advierten cambios en la mucosa o áreas de inflamación.

-Manometría: sirve para comprobar cómo se contrae la musculatura al tragar y hacer así diagnóstico diferencial con otras alteraciones de la motilidad esofágica.

-PHmetría: se coloca una sonda a través de la nariz dejando un sensor que mide el pH durante 24 horas. Logramos así conocer cómo va variando a lo largo del día, cuantos episodios se producen y si están relacionados con los síntomas del paciente.

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Posibles complicaciones

¿Qué posibles complicaciones puede tener una hernia de hiato? Hay que tener en cuenta que, en el caso de tener una hernia de hiato, podemos llegar a padecer problemas de salud más serios si no actuamos en el caso de que sea necesario. Las complicaciones más frecuentes son:

-Esofagitis: es la más común, consiste en la inflamación de las paredes del esófago por el paso continuado de contenido ácido desde el estómago. Se clasifica en grados según la severidad de las lesiones y suele requerir de tratamiento médico y seguimiento.

-Esófago de Barrett: por el mismo motivo pueden llegar a producirse cambios en la mucosa normal del esófago, lo que constituye un factor de riesgo para desarrollar cáncer a este nivel. Deben tomarse muestras de la zona mediante endoscopia y realizar revisiones periódicas al paciente.

-Estrangulación de la hernia: es infrecuente pero grave. Sucede sobre todo en las hernias de mayor tamaño y precisa de cirugía urgente.

 

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¿Cuál es el tratamiento?

El plan de actuación que marque nuestro médico depende del grado de gravedad de la misma. “Depende del tamaño de la hernia, de la clínica del paciente, y también del tipo de lesiones que encontremos durante la endoscopia”, cuenta la doctora.

-Si la hernia es pequeña y asintomática probablemente no necesitará tratamiento alguno.

-Cuando los síntomas son leves, pueden mejorar solo con adoptar las medidas higiénico-dietéticas y posturales apropiadas.

-Si las molestias son acusadas y persistentes estaría indicado iniciar tratamiento médico. Los fármacos más utilizados pertenecen a tres grupos: los antiácidos (que neutralizan la acidez), los antisecretores (IBP) que inhiben la producción de ácido en el estómago, y los procinéticos, que ayudan al vaciamiento gástrico.

-En los casos más graves, como hernias grandes o si no hay mejoría a pesar de la medicación, puede plantearse la cirugía para reparar la hernia.

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Medidas dietéticas

Como anticipaba la especialista, lo cierto es que las medidas higiénico-dietéticas desempeñan un importante papel a la hora de abordar el tratamiento de una hernia de hiato. “Son muy importantes, porque pueden por sí solos mejorar, o incluso hacer desaparecer los síntomas hasta en el 25%de los casos. Todos los pacientes diagnosticados de hernia de hiato deberían mantenerlos en el tiempo, incluso si toman fármacos que alivien sus molestias”, nos cuenta.

-Es recomendable hacer varias comidas pequeñas a lo largo del día en lugar de pocas y abundantes, porque disminuimos así tanto la secreción ácida como la distensión que se produce en el estómago.

-Evitar alimentos como el tomate o los cítricos, las especias, el ajo, la cebolla, el pimiento crudo…

-No tomar bebidas gaseosas, alcohol o café, porque relajan el esfínter esofágico inferior y por tanto favorecen el reflujo.

-Las comidas grasas, los fritos y guisos, empeoran también los síntomas.

-Hay que prevenir el estreñimiento, añadiendo verduras y hortalizas a la dieta.

-Es aconsejable sustituir en lo posible la carne roja por carne magra o pescado.  

 

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Hábitos higiénico-posturales

-No tumbarse justo después de comer, y esperar 2-3 horas antes de acostarse tras la cena.

-Elevar el cabecero de la cama unos 10-15 cm, colocando alzas o tacos en las patas superiores, o dormir en una cama articulada.

-Combatir el sedentarismo y la obesidad.

-No fumar.

-No realizar sobresfuerzos continuados o ejercicio físico intenso.

-No inclinar el tronco hacia adelante, ni permanecer en posturas en las que el pecho quede a un nivel más bajo que el abdomen.

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