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Hoy se celebra el Día Mundial de Prevención del Cáncer de Cérvix o cuello de útero, y por ello, queremos explicarte cómo puedes reducir el riesgo de esta enfermedad, además de ver cuáles son los síntomas y resolver las dudas más frecuentes, como, por ejemplo, cuál es la relación del VPH (Virus del Papiloma Humano) y esta enfermedad oncológica.

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Un tipo de cáncer ginecológico

El riesgo de padecer cualquier tipo de cáncer ginecológico aumenta con la edad y, especialmente, después de los 50 años. Aunque es poco frecuente entre las mujeres jóvenes sí existen algunos factores que predisponen a ellos. Si tienes antecedentes familiares, haber padecido otro tipo de cáncer, no haber tenido hijos o no haber tomado la píldora anticonceptiva, o haber sufrido enfermedades infecciosas vaginales como el Virus del Papilloma Humano, consulta con tu ginecólogo acerca de tu riesgo. 

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Cáncer de ovario y útero

En el caso del cáncer de útero y ovario la sintomatología es casi inexistente -goteo o secreción anormal de la vagina, distensión anormal, plenitud (sensación de estar llena) o calambres, pérdida de peso, hinchazón, inflamación, dolor y/o abultamiento abdominal- y no se disponen de pruebas específicas que los detecten de forma precoz aunque las exploraciones anuales ayudan. Cualquier sangrado vaginal anormal que se produzca después de la menopausia, de un color podría ser sintomático de la presencia de un tumor. Recuerda, aún así que sólo el especialista puede diagnosticarlo.

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Cáncer de Cérvix y prevención 

El cáncer de cervix sí dispone de una prueba muy fiable que lo detecta precozmente. Se trata de la prueba de Papanicolau y puede hallar células anormales antes de que posteriormente se conviertan en cancerígenas.

El tratamiento de estos cánceres depende del tamaño del tumor y del avance de la enfermedad. Normalmente se extirpa la zona afectada y los ganglios regionales. Tras la cirugía, se opta por sesiones de radioterapia y quimioterapia. Las nuevas líneas de investigación se basan en la elaboración de nuevos fármacos más eficaces (quimioterápicos), en la terapia génica y la inmunoterapia. 

En cualquier caso, para entender mejor el cáncer de cérvix, ya que como decíamos, hoy se celebra el Día Mundial de Prevención de esta patología, vamos a resolver las dudas más frecuentes de la mano de varios expertos. 

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¿Qué es el cáncer de cuello uterino? 

El cáncer de cuello uterino se desarrolla cuando las células del cuello uterino se vuelven cada anormales. Con el tiempo, esto se convierte en un tumor, que puede extenderse a estructuras vecinas como la vejiga o el intestino.

Según la AECC, el cáncer de cuello uterino es el segundo cáncer más frecuente en mujeres en el mundo (con una incidencia de  604.127 casos nuevos en el año 2020) y el cuarto de todos los cánceres. Ese mismo año fallecieron en el mundo un total de 341.831 mujeres por este tumor.

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¿Qué es un frotis cervical y por qué es tan importante esta prueba? 

Un frotis o citología cervical consiste en tomar una muestra de las células del cuello uterino, en busca de una infección por el virus del papiloma humano (VPH). “Durante un frotis cervical, un profesional inserta suavemente un espéculo en la vagina para visualizar el cuello uterino. Se toma una muestra de las células que recubren el cuello uterino y se envían al laboratorio. Cuando se inspecciona el cuello uterino, se buscan anomalías en la superficie. Realizar un frotis lleva entre 5 y 10 minutos”, afirma la ginecóloga de Intimina, la Dra. Shree Datta.

Realizar la prueba es importante porque si las células precancerosas anormales no se tratan podrían convertirse en cáncer de cuello uterino.

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¿Con qué frecuencia debe hacerse la prueba? 

A partir de los 50 años, lo ideal es hacerse un frotis cada 5 años hasta los 65 años. Si se experimentan síntomas como sangrado anormal o flujo vaginal, habría que adelantar la prueba.

Además, hay que tener en cuenta también que el cáncer de cuello uterino es uno de los pocos cánceres que es más común en mujeres más jóvenes, por lo que es importante hacer pruebas de detección tempranas.

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¿Qué sucede si se obtienen resultados anormales tras el frotis? 

Si el frotis muestra VPH de alto riesgo, el equipo de laboratorio también buscará modificaciones en las células del cuello uterino. Si se encuentran, se te indicará que visites a tu ginecólogo para examinar el cuello uterino con más detalle. Lo primero que hay que saber es que la mayoría de las mujeres no tienen cáncer, solo cambios en las células. Si no se encuentran cambios en las células, se recomendará repetir el frotis dentro de un año.

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¿Hay algún síntoma de cáncer de cuello uterino? 

Sí, puede haberlo. Los síntomas a tener en cuenta incluyen sangrado anormal, por ejemplo, después de tener relaciones sexuales o entre periodos, secreción vaginal inusual y dolor durante las relaciones sexuales. También puedes notar sangre en la orina, hinchazón y un cambio en tus hábitos intestinales o urinarios.

Por ello, ante cualquier señal anormal, debes acudir a tu ginecólogo. Y no debes saltarte las revisiones anuales. Ya que el cáncer de cérvix se puede tratar. Por eso que es tan vital hacerse pruebas con regularidad. La mayoría de los cánceres de cuello uterino se detectan en una etapa temprana y pueden tratarse. El tipo de tratamiento que se administra depende de la extensión del cáncer. 

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La mejor herramienta de prevención 

El VPH causa el 99% de los cánceres de cérvix. El origen principal de esta patología se produce por la infección por VPH, que se transmite por contacto sexual. A pesar de la alta incidencia, se trata de un virus que suele ser eliminado de manera espontánea, es decir, en la mayoría de los casos el virus desaparece, sin causar ninguna manifestación clínica. En el 90% de los casos, el propio sistema inmunológico es capaz de resolver la infección. En el 10% restante, la infección persiste, pudiendo desembocar en la aparición de lesiones precancerosas, y en última instancia, evolucionar a varios tipos de cáncer, entre ellos, a cáncer de cuello de útero.

De cara a evitar el contagio y la persistencia del VPH y, por tanto, el riesgo de desarrollo de cáncer de cuello de útero, existen algunas medidas que se pueden poner en práctica, según los expertos de ProcareHealth. 

  • Vacunación. La importancia de la prevención de la infección, existen vacunas eficaces y seguras. Una de las vías fundamentales de prevención del virus es la vacunación, gracias a la cual, en algunas décadas, se minimizará notablemente la posibilidad de infección y por tanto de casos de cáncer de cérvix. En el caso de España, la vacuna frente al VPH está incluida en las cartillas de vacunación de las niñas desde el año 2007.
  • Uso del preservativo. El preservativo masculino reduce la posibilidad de transmisión del VPH, aunque no la elimina totalmente, entre otras razones por que no cubren todas las áreas corporales que pueden estar infectadas. Una reducción que se ha observado tanto en hombres como en mujeres, por esa razón es muy importante utilizar de forma correcta el preservativo en cada encuentro sexual.
  • Protección frente a infecciones. Cuando el sistema inmunitario está debilitado, cualquier persona es más proclive a padecer infecciones, incluyendo la de VPH. Por este motivo se recomienda intentar mantenerse lo más saludable posible, a través de una buena alimentación rica en fibra y vitaminas, y baja en grasas. Además, es importante mantener unos correctos hábitos de sueño y práctica deportiva habitual con el fin de controlar el estrés, ya que este disminuye las defensas inmunitarias.
  • Eliminar el hábito de fumar. Es una de las principales medidas indicadas por los ginecólogos a las mujeres infectadas, y una de las más efectivas. El tabaco perjudica las células epiteliales y como resultado el cérvix se muestra más sensible.

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