1/6 © Adobe Stock

Estos días oirás mucho hablar de felicidad, con motivo del día mundial que se celebra cada 20 de marzo. Hay mil y una formas que nos ayudan a conseguir ser más felices, pero tal vez no has pensado en una, importante: quererse más a uno mismo. Es fundamental cuidar nuestra autoestima, y por eso, desde la plataforma de psicología online TherapyChat, resumen varias tácticas para que podamos mejorarla y ser capaces de querernos más y, gracias a ello, de querer mejor a los demás y, por ende, de ser más felices. Se trata básicamente de mejorar nuestra relación con nosotros mismos. Veamos cómo.

 

Lee también: Con estos ejercicios lograrás ser más feliz

2/6 © iStock

¿Quieres conocerte mejor? Hazte preguntas 

Hay que dedicar momentos para la reflexión. Es importante no pasar por alto las situaciones que te afectan, sin evitarte a ti mismo, haciéndote preguntas como las siguientes:

- ¿Qué siento? ¿Y por qué?

- ¿Qué es lo que quiero? ¿Qué es lo que necesito?

- ¿Cuáles son mis miedos? ¿De dónde vienen? ¿Los estoy afrontando?

- ¿Me quiero? ¿En qué ocasiones sí? ¿Cuándo no?

- ¿Dejo que esto afecte a mi relación con los demás?

 

Los expertos recomiendan que si te cuesta mantener la atención, un truco que te puede ayudar es ponerte frente a un espejo mientras respondes estas preguntas, tratando de evitar, eso sí, los juicios negativos sobre ti mismo.

3/6 © iStock

Tiempo de calidad contigo misma

Sí, seguro que pasas tiempo sola en algún momento del día, pero este tiempo no es siempre positivo para tu relación contigo mismo. Así, los ratos de sofá y manta no están mal, pero no está de más dedicar un tiempo para descubrir lo que te apetece hacer, lo que disfrutas y lo que hace que tu tiempo pase volando. Esta opción es mucho más sana para tu autoestima. Y es que no puedes olvidar que pasar tiempo contigo te ayudará a cuidarte y mimarte, y a conectar con tus intereses.

 

Lee también: Puede que tengas la autoestima baja (y no lo sepas)

4/6 © iStock

Sé amable contigo misma

No te culpes ni te ‘des demasiada caña’. Piensa en una situación complicada que te haya sucedido hace poco, que incluso te haya hecho sentir mal, con sensación de desánimo, de fracaso o mal contigo. Es el momento de ponerse en la piel del otro: si le hubiera sucedido a un amigo, ¿habrías metido el dedo en la llaga? ¿le habrías llevado a mantener su sensación de malestar consigo? Tal vez, por el contrario, hubieras utilizado palabras amables que le animaran a continuar y mejorar, o incluso le habrías animado a perdonarse o le habrías hecho ver lo equivocado que están evaluándose de manera tan negativa. Es algo que sucede en ocasiones: somos más duros con nosotros que con los demás. Y no nos damos cuenta de que tratamos de forma muy diferente a quienes nos rodean que a nosotros. No está de más pararse a valorarlo y cambiar la forma en la que nos dirigimos a nosotros mismos.

5/6 © iStock

No descartes el cambio

Es una buena idea ponerse metas, objetivos. Por eso, conviene analizar cómo de diferente es lo que eres de lo que te gustaría ser, de tu yo ideal. No es una mala opción salir de nuestra cómoda zona de confort. Para quererse hay que aceptarse, pero también estar dispuesto a mejorar. Por eso, si tienes claro el lugar hacia el que quieres dirigirte, plantéate pequeños cambios que te aproximen a tu meta. No esperes cambios bruscos y grandes, en ocasiones es mejor empezar con pequeñas modificaciones, como indica la teoría de las ruedas dentadas. Los expertos explican que te sorprenderás al saber que se ha comprobado que la autoestima no depende tanto del resultado final como del hecho de haberlo intentado. Así que dan una moraleja clara: ábrete a nuevas experiencias, afronta retos y simplemente haz, con miedo, pero hazlo.

 

Lee también: ¿Es el verano un buen momento para plantearte hacer cambios en tu vida?

6/6 © iStock

Tienes puntos fuertes, solo tienes que buscarlos

'Porque yo lo valgo'. Aplícate este lema de un anuncio tan conocido. Y es que quererse también implica buscar nuestros puntos fuertes para sacarnos, de esta forma, más partido. Por eso es importante preguntarnos cuáles son nuestras capacidades, en qué consideramos que somos más valiosos, qué virtudes tenemos. Piensa, por ejemplo, en qué te elogian los demás, en qué consideran que eres valioso, y recuerda los logros que has tenido en tu vida y qué habilidades tuviste que mostrar para ello.

Más sobre: