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Personas que temen darse la mano con otras, que ven cómo su ropa se empapa en ciertas zonas, que tienen problemas incluso al tocar la pantalla de un smartphone... quienes padecen hiperhidrosis saben de lo que les hablamos. El sudor es un mecanismo necesario de nuestro organismo para refrigerarse, pero el problema viene cuando se suda en exceso, lo que los médicos conocen como hiperhidrosis. Y es que ahora que se disparan las temperaturas, todos podemos sudar más, pero hay personas que lo hacen incluso en invierno, independientemente de si hace o no calor.

 

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Un problema que afecta a la calidad de vida

En lo que coinciden quienes lo padecen es que se trata de un problema que puede afectar y mucho su calidad de vida. Y es que el doctor José Luis Ramírez, dermatólogo de Clínica Dermatológica Internacional, nos cuenta que hay a personas a las que les condiciona incluso a la hora de elegir el tipo de ropa que se ponen, hay gente que no puede hacer exámenes escritos porque empapan el papel debido a la sudoración palmar, o sufre cada vez que tiene que dar la mano. ¿Y a quién afecta más? El dermatólogo nos explica que es un problema que afecta entorno a un 5% de la población, aunque probablemente haya gente que padezca este problema pero nunca consulte a un especialista. ¿Hay diferencia entre hombres y mujeres? Basándose en su experiencia, nos detalla que afecta por igual a hombre y mujeres, aunque estas últimas buscan ayuda con más frecuencia.

 

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¿Cuáles son las causas?

Le preguntamos por las causas al especialista, quien nos cuenta que la hiperhidrosis se produce por un aumento de la actividad de las glándulas sudoríparas, que están controladas por el sistema nervioso simpático. “Esto puede ser debido a determinadas situaciones fisiológicas (un episodio de fiebre, embarazo…), enfermedades (hipertiroidismo, linfomas…) o toma de medicamentos (algunos antibióticos, antiinflamatorios, alcohol…). Cuando no hay ninguna causa aparente que explique el exceso de sudoración la denominamos hiperhidrosis primaria”, nos explica y nos cuenta que suele haber varios miembros de la familia afectados.

 

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La influencia del calor y el estrés

El calor y el estrés pueden agravar esta situación, aunque hay personas que sudan de manera desproporcionada incluso en ambientes fríos. “Además, el nerviosismo o la intranquilidad que produce el notar que se está sudando en exceso activa aún más al sistema nervioso simpático, por lo que, efectivamente, en situaciones de estrés, el problema suele ser mayor”, nos cuenta el experto.

 

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Tratamientos de uso tópico

La pregunta de millón es si hay tratamientos eficaces para abordar este problema. “Hay distintos tratamientos, y la elección de uno u otro dependerá de la edad, gravedad de la sudoración, preferencias personales… Los más conocidos y más frecuentemente usados son los tópicos, desodorantes y antitranspirantes, que normalmente no son suficientes cuando la sudoración es excesiva. Además, irritan con frecuencia”, nos cuenta el doctor.  Además, si la sudoración es generalizada, se puede realizar tratamiento oral con fármacos anticolinérgicos.

 

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La toxina botulínica, una alternativa

El dermatólogo nos explica que si se trata de una hiperhidrosis localizada en palmas de las manos, lo más eficaz es el tratamiento con toxina botulínica. "Lamentablemente, el bloqueo que produce esta toxina no es definitivo, y se requiere volver a realizar el tratamiento al cabo de unos meses. Otra alternativa en esta zona es la iontoforesis", nos cuenta, y añade que para las axilas, se puede realizar tratamiento con toxina botulínica, radiofrecuencia o microondas (MiraDry), siendo la principal ventaja de esta última técnica que la mejoría obtenida tras 1-3 sesiones es permanente. "Para casos extremos que no hayan respondido a nada, se puede realizar una simpatectomía quirúrgica; no es raro que tras esta cirugía aparezca sudoración en otras partes del cuerpo (sudoración compensatoria)", matiza.

 

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Consultar con un experto, fundamental

Como decíamos, hay muchos pacientes que no recurren a la búsqueda de opinión de un experto, pensando que no es un problema importante de salud o que no hay solución. El doctor lo tiene claro: “Animaría a cualquier persona con este problema a consultar con un dermatólogo, ya que probablemente haya alguna opción que todavía no haya probado y, aunque no consigamos eliminar la sudoración por completo, sí que se pueda encontrar una alternativa adecuada que le ayude a mejorar su calidad de vida”.

 

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