1/5 © Adobe Stock

Las asanas benefician a todos los sistemas del cuerpo: el endocrino, el respiratorio, el circulatorio, el nervioso y el digestivo. En clase de yoga se suele trabajar cada postura para que estimule y favorezca cada zona. Con solo unos meses de práctica, comienzas a sentir que la integración cuerpo-mente fluye de una manera más natural, tus pensamientos y atención están listos para avanzar un poco más. Es en este momento cuando el maestro yogui propone asanas más complejas donde cedas ante el sistema nervioso, encontrando paz en las emociones y logrando una relajación más profunda y reparadora. 

2/5 © Adobe Stock

La asana de la cobra es especialmente recomendable para las mujeres porque beneficia a los ovarios, aliviando dolores menstruales. Además, favorece la concentración y revitaliza el cerebro.

3/5 © Adobe Stock

La postura del camello tiene muchos beneficios, entre ellos, fortalecer los músculos dorsales y pectorales. 

4/5 © Adobe Stock

La mayoría de las posturas de flexión hacia atrás, nos inducen a un sentimiento de expansión mientras que las de flexión hacia delante nos llevan al recogimiento personal. 

5/5 © Adobe Stock

La asana del masaje renal  tiene una variante con un poco más de complejidad. Se trata de flexionar las piernas, tanto como se pueda, y llevar los talones a las nalgas. Se realizan dos asanas de 50 segundos cada una.

Más sobre: