En la vida hay que estar preparados para situaciones inesperadas, que no siempre nos lo ponen fácil. Y pueden ocurrir incluso en un acto tan saludable como es la práctica de ejercicio físico. El doctor Luis Elías Castro Parga, Jefe de Sección de Reanimación Pediátrica del Hospital Universitario La Paz, nos explica que la práctica deportiva, aunque beneficiosa, puede convertirse en el escenario inesperado de una parada cardiaca súbita. Saber cómo actuar en esos instantes puede marcar la diferencia a la hora de tratar de salvar una vida.
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Parada cardiaca súbita
“La práctica deportiva es una actividad que beneficia la salud, pero no debemos bajar la guardia”. El doctor comienza haciendo mención a esta advertencia de la Dra. Pilar Durán, especialista en anestesiología y experta en soporte vital, que pone sobre la mesa una realidad que puede resultar incómoda: "El deporte es sinónimo de vida, energía y superación, pero, en ocasiones, esa misma pasión que nos llena de salud y vitalidad puede convertirse en escenario de una de las emergencias más críticas que existen: la parada cardiaca súbita".
“Todos recordamos imágenes que nos han dejado sin aliento: un futbolista desplomado en pleno partido, un corredor que cae sin previo aviso en una carrera popular, o un niño en un entrenamiento que, de repente, no responde. El silencio lo invade todo. Y, sin embargo, en esos segundos de incertidumbre, lo que hagamos puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte”, apunta por su parte el doctor.
Un enemigo silencioso
En opinión del especialista, la causa más habitual es una arritmia cardiaca grave. “Pero la buena noticia es que, si se actúa con rapidez, muchas de estas situaciones son reversibles y sin secuelas. Aquí la velocidad importa: por cada minuto sin atención, las probabilidades de supervivencia se reducen drásticamente”, indica el doctor Castro Parga.
En esos segundos de incertidumbre, lo que hagamos puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte
¿Qué hacer si presenciamos una parada cardiaca en el deporte?
- Avisar inmediatamente a los servicios de emergencias (112).
- Iniciar compresiones torácicas sin demora. La RCP (reanimación Cardiopulmonar)precoz mantiene la sangre oxigenada circulando.
- Usar un desfibrilador (DEA/DESA). En casi todas las instalaciones deportivas ya hay uno en su cabina verde. Están diseñados para guiar al usuario con instrucciones claras, incluso si no tiene formación sanitaria.
- El dispositivo analizará el ritmo cardiaco y, si detecta una arritmia susceptible de descarga, nos pedirá que nos apartemos y pulsemos el botón para aplicar la electricidad que puede recuperar el latido cardiaco. Después, simplemente seguimos sus indicaciones y no dejamos de hacer RCP hasta que lleguen los equipos de emergencias.
Invertir unas horas en aprender las maniobras de soporte vital básico convierte a cualquier persona en un eslabón fundamental de la cadena de supervivencia
Un esfuerzo de equipo
El especialista explica que la parada cardiaca en el deporte no es solo un reto médico: es un desafío colectivo. “Entrenadores, árbitros, jugadores, familiares o espectadores… cualquiera puede ser quien marque la diferencia. Igual que en el campo todos suman para ganar, en una emergencia todos suman para salvar una vida. Por eso, formarse en soporte vital básico debería ser tan habitual como calzarse las zapatillas antes de un partido. Invertir unas horas en aprender estas maniobras convierte a cualquier persona en un eslabón fundamental de la cadena de supervivencia”, argumenta.
Una cultura de prevención
En opinión del doctor Castro Parga, “cada día se salvan vidas gracias a la rapidez de quienes actúan sin dudar”. Y es más, en su opinión, “cada día podrían salvarse muchas más si normalizamos la formación en RCP y el uso de desfibriladores”.
Añade que no se trata de sembrar miedo en el deporte, sino de consolidar una cultura de prevención y seguridad. “Igual que calentamos antes de jugar, debemos prepararnos para lo inesperado. El deporte nos enseña a darlo todo, a jugar en equipo, a levantarnos tras la caída. Pero también puede enseñarnos algo aún más valioso: que con decisión, conocimiento y solidaridad, todos podemos ser héroes dentro y fuera del campo”, nos indica.
