La relación es indudable: cuando pensamos en cáncer de pulmón, pensamos en tabaquismo. Fumar sigue siendo el principal factor de riesgo a la hora de desarrollar este tipo de tumor. Pero lo cierto es que entre el 10% y el 20% de los casos se presentan en personas que nunca han fumado. En estos casos, los factores de riesgo son distintos y, en ocasiones, más difíciles de detectar. De todo ello hemos hablado con el doctor Fabio Franco, oncólogo médico y responsable de la Unidad Multidisciplinar de Tumores Torácicos de MD Anderson Cancer Center Madrid-Hospiten.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 5 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 5 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Sabemos que el tabaco es la causa principal para desarrollar cáncer de pulmón, pero ¿se puede tener cáncer de pulmón, aunque nunca se haya fumado?
Creo que lo primero que hay que resaltar y que, aunque lo venimos escuchando de forma reiterativa desde hace décadas, es que la primera causa relacionada con el desarrollo del cáncer de pulmón (entre otros tipos de cánceres) es el tabaco y es que en países occidentales, más del 80% de estos tumores es consecuencia directa del hábito tabáquico.
Existe un porcentaje de pacientes que suele estar en torno al 10-20% que desarrollan un cáncer de pulmón, sin tener el antecedente de tabaquismo, o en los que su consumo ha sido muy limitado. En estos casos, es fundamental la realización de estudios moleculares, ya que existen alteraciones genéticas concretas que explican el origen de estos tumores, como pueden ser las mutaciones en el gen EGFR o fusiones en genes como ALK, ROS1, entre otros.
Otra causa conocida del cáncer de pulmón en pacientes nunca fumadores es la exposición prolongada al gas radón, el cual es una fuente natural de radiación y que puede representar hasta casi el 50% de la radiación natural a la que se expone el humano a lo largo de su vida.
Los expertos apuntan a la importancia de realizar, en estos casos de pacientes no fumadores, estudios moleculares, ya que existen alteraciones genéticas concretas que explican el origen de estos tumores
¿Son casos cada vez más frecuentes?
Si nos referimos a los cánceres de pulmón en personas que nunca han fumado, no está claro que la incidencia esté en aumento, lo que sí que ha variado es el enfoque diagnóstico y la capacidad que tenemos actualmente de identificar una clara causa con el análisis de estudios de secuenciación de genes que explican la génesis y las características clínicas y evolutivas de la enfermedad.
¿Cuáles son los factores de riesgo que pueden influir en que haya personas que no fuman y padezcan un cáncer de pulmón?
Previamente lo hemos comentado, existen varias condiciones que pueden generar este tipo de cáncer y todas ellas están determinadas por una cierta predisposición genética, a lo cual se va a sumar la exposición prolongada al radón (radiación natural), otros tipos de radiación ionizante, exposición a otros agentes como el asbesto, sílice, arsénico, entre otros.
Los estudios genómicos actuales nos permiten en un gran porcentaje de estos pacientes identificar alteraciones concretas en determinados genes que están relacionados con el desarrollo de estas enfermedades y las cuales se comportan de forma biológicamente distinta. Las alteraciones más frecuentes están representadas por las mutaciones en el gen llamado EGFR o las fusiones en genes como ALK, ROS1, NTKR, etc.
Los síntomas, en general, son similares en ambas poblaciones, ya que estos son consecuencia de daños o compromiso de estructuras anatómicas, independientemente de la causa del tumor
¿Son los síntomas similares en ambos casos, en los de fumadores y no fumadores?
Cuando hablamos de síntomas, en general, son similares en ambas poblaciones, ya que estos son consecuencia de daños o compromiso de estructuras anatómicas, independientemente de la causa del tumor. Por ejemplo, la tos o la dificultad respiratoria pueden ser consecuencia de la afectación directa o por compresión de los bronquios o de la pleura y son daños que podemos ver en ambos grupos de pacientes.
¿Suele demorarse el diagnóstico, al ser pacientes que no fuman, al no existir ese factor de riesgo?
En general, el diagnóstico del cáncer de pulmón es la consecuencia de un estudio que se inicia a partir de un síntoma y por el que realizas al paciente pruebas diagnósticas, en este sentido, no debería retrasarse el diagnóstico. Una diferencia podría ser con los pacientes en programas de screening o pacientes en seguimiento por otras causas o por otras enfermedades pulmonares no oncológicas en las que puede el diagnóstico ser algo incidental.
Hay que recordar, que en ambos casos el diagnóstico requiere la realización de muchas pruebas que no solo definirán el tipo, sino también la extensión de la enfermedad, que son las bases del enfoque terapéutico y es algo que requiere tiempo, más aún en los análisis del perfil molecular del tumor.
¿Qué precauciones y hábitos de vida deberíamos tener en cuenta a la hora de tratar de prevenir el cáncer de pulmón?
Si hay que resaltar algo, es la abstención total del tabaco y sus derivados (incluido el vapeo) y la actividad física y el deporte.
Una vez que se confirma el diagnóstico, ¿qué opciones de tratamiento existen?
A día de hoy, podemos afirmar que el cáncer de pulmón es el prototipo de tumor en el que la oncología de precisión está implantada y abriendo cada día nuevos horizontes. Las opciones de tratamiento son muy amplias y van a depender del tipo de tumor, la extensión y las características moleculares de esto. Entre estas tenemos los tratamientos quirúrgicos, la radioterapia, la quimioterapia, inmunoterapia y las terapias dirigidas contra alteraciones genómicas concretas. Estos tratamientos pueden ser usados de forma individual, secuencial o en combinación, según cada caso particular.