Palmeras de interior, ¿cuál es tu favorita?

Las palmeras son unas plantas muy apreciadas en el mundo de la decoración de interiores porque, además de regalarnos su toque exótico y tropical, resultan vistosas en relación con otras variedades, con sus esbeltas figuras que logran crear paisajes naturales en el hogar. De gran valor ornamental y presencia, no dudes que entre esta selección seguro que encuentras tu palmera de interior ideal, unas plantas idóneas para regalar un toque verde y frondoso a cualquier rincón de la casa.

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Un toque ‘urban jungle’

Poco importa si el estilo decorativo predominante es moderno, clásico, rústico o industrial, las palmeras se integran perfectamente en el ambiente mientras añaden un aire selvático y de autenticidad; así, definitivamente son una buena apuesta para dar una pincelada tropical a la casa. Además, gracias a que de adultas ya tienen una cierta altura, serán el punto focal de entre toda la selección botánica (junto con las plantas de porte colgante suspendidas del techo).

Si te decantas por crear un garden room como en la propuesta, donde las plantas son las estrellas del espacio, seguro que esquivarás padecer el trastorno por déficit de naturaleza. Lo mejor de todo es que las palmeras de interior, por regla general, resultan muy fáciles de cuidar. ¡Lo vemos!

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Las opciones son algo limitadas

El primer aspecto que debes tener en cuenta es que, de la amplia familia de las palmeras, no todas se pueden cultivar en el interior de casa en maceta. Las hay que alcanzan un gran tamaño, especialmente a lo alto, y que no se sienten cómodas en contendores de ningún tipo, desean estar expuestas a pleno sol o, incluso, necesitan un grado de humedad que no se tiene en las casas. Te detallamos a continuación las especies más adecuadas para decorar con estas preciosas plantas tu hogar.

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La kentia (‘Howea forsteriana’)

Entre las variedades que crecen muy bien en interior encontramos la kentia, una de las plantas preferidas en los hogares por su belleza lánguida pues, cuando crece va dejando caer las hojas de forma arqueada. La suerte que tenemos con ella es que tolera los ambientes secos, puede estar en lugares con poca luz y apenas precisa riegos.

Originaria de Oceanía y Asia, en su hábitat puede alcanzar hasta los 20 metros de altura, aunque no te preocupes por ello, en una maceta dentro de casa lo habitual es que no supere los dos metros.

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La areca (‘Dypsis lutescens’)

La areca es otra palmera típica para decorar con plantas el interior de un hogar y triunfa por su porte elegante y esbelto que le ofrece sus largas hojas verdes.

A diferencia de la kentia, precisa de ambientes húmedos y va a reclamar unas buenas dosis de luz, aunque procurando que no le llegue sol directo. Además, prefiere estar siempre por encima de los 15º C, es de esas plantas que llamamos ‘frioleras’. Esta palmera de tamaño medio como máximo medirá dos metros de alto.

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La palmera de salón (‘Chamaedorea elegans’)

Otra opción infalible es la palmera de salón, que resulta muy resistente y fácil de cultivar en interiores y, de nuevo, no es de las variedades que crece demasiado (plantada en maceta alcanzará unos dos metros).

Se trata de una planta tropical originaria de las selvas de México y Guatemala a la que le gusta la humedad. Respecto a la exposición solar, no es muy exigente y puede crecer sin problemas en ambientes poco soleados. Sus troncos son finos y nacen en grupo, con un grosor máximo de 2 cm.

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La palma licualis o totuma (‘Licuala grandis’)

La totuma es otra palmera apta para interior de tamaño comedido y sus hojas en forma de diamante atraen todas las miradas. De hecho, es considerada una de las palmeras más bellas del mundo.

Te exigirá recibir luz pero no sol directo, bastantes riegos y, para mantenerla sana, también convendrá que limpies su follaje de forma regular. Para hacerlo, bastará con retirar el polvo con un trapo.

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Palmera cola de pez (‘Caryota urens’)

Si te fijas en la estética de esta palmera de interior típica del sudeste asiático llama poderosamente la atención la terminación irregular de sus hojas, que recuerda a la cola de un pez, de ahí su apelativo como palma o palmera cola de pez.

Se trata de una planta resistente que, en los interiores, deberás ubicarla recibiendo mucha luz natural.

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Que no te den gato por palmera (o sí)

A pesar de su aspecto, la palma de Sagú (Cycas revoluta) no es una palmera. La hemos querido destacar por su bella estética. Esta planta (que vemos en la imagen en un ejemplar adquirido en April Plants) va a reclamar una buena exposición a la luz natural.

Por otra parte la pata de elefante (Nolina Recurvata), denominada así porque el tronco se ensancha a medida que se acerca a la base, tampoco pertenece a la familia Arecaceae (Palmae) sino a la de las asparagáceas y tiene la particularidad de que se trata de una suculenta que almacena agua en su grueso tronco y que toda la parte superior está cubierto de hojas delgadas, largas y curvadas.

En ambos casos, a pesar de no ser palmeras su imagen se asemeja a ellas y también su comportamiento, al no tolerar el encharcamiento y amar el sol.

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Bellas composiciones

Una forma de conseguir una decoración con palmeras muy impactante consiste en juntar varias creando un efecto frondoso y refrescante. Eso sí, deberás situar en el mismo ambiente especies con las mismas características de necesidad de luz y de humedad ambiental. En la propuesta vemos una areca junto con la falsa palmera que acabamos de ver, la palma de Sagú.

Por último, si de entre todas las propuestas te estás preguntando qué variedades de palmeras decoran más nuestros interiores, las elegidas son: las arecas, las kentias y las palmeras de salón. ¿Son también tus preferidas?

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