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El brasero, como antes ocurrió con el boom de las fuentes, se ha hecho un hueco en la decoración de jardines y terrazas, especialmente de las segundas residencias, tanto durante el invierno como en verano, donde no solo dan calor en las noches más frescas, sino que contribuyen a crear una atmósfera llena de encanto con su fuego y el color de sus llamas y refuerzan la iluminación general. Así, han conseguido trasladar la imagen idílica de manta, sofá y chimenea a una nueva con hamaca, toalla y ‘fire pit’, donde solo cambian los elementos, pero no las sensaciones que potencian. Si todavía no te has hecho con uno, es el momento de conocer sus ventajas, elegir bien y saber en qué rincón ubicarlo para que ocupe un lugar preferente en el diseño de tu exterior.

2/10 © Eva Solo

Más que calor

¿Qué es un brasero? Se trata de una chimenea al aire libre que tiene como objetivo hacer más cálidas las noches veraniegas. Generalmente redondo y equipado con una base, lo normal es que sea de leña, la versión más auténtica, aunque ahora también existen diseños de gas o bioetanol que cumplen las mismas funciones, son más seguros y fáciles de usar y recrean (casi) igual el efecto de los leños ardiendo. Además, hay modelos que también se pueden utilizar como barbacoa. Para ello, basta con añadirle una parrilla y tener así un práctico ‘dos en uno’, que no abulta y puede sacarte de un aprieto en una comida veraniega.

3/10 © Starwood Porcelanosa Grupo

La mejor ubicación

Aunque se puede mover, es importante encontrarle un lugar ideal en la decoración del jardín o terraza. Debe estar alejado de las ramas de los árboles, para evitar accidentes, bajo techo, si tu segunda residencia está en una zona donde suele llover en verano, y en un rincón donde no haya fuertes corrientes de viento. A la hora de colocarlo, busca una superficie plana y estable, que impida que pueda verterse o perder el equilibrio. Respecto a la zona, resultan perfectos en el estar o el comedor al aire libre, pero no pueden faltar alrededor de la piscina, para contemplar y oír el agua a la vez, y en el ‘chill out’ de tu terraza o jardín, poniendo el broche perfecto a un espacio relajado y apetecible donde desconectar.

4/10 © Dobbies

Diseños minimalistas

En hierro o acero, sobre un soporte, directamente en el suelo o integrados en la mesa, por ejemplo, los nuevos braseros encajan perfectamente en una terraza o jardín con muebles de exterior modernos, clásicos o rústicos, ya que su aspecto les permite adaptarse a cada situación. Las tendencias de decoración de este verano, apuntan hacia un diseño con ‘look’ minimalista, sobrio pero especial, que igual puede ser la estrella de la velada como permanecer oculto en un rincón y salir solo cuando se reclama su presencia. Respecto al color, aunque su imagen está asociada al negro, lo cierto es que hay modelos en terracota o acero corten que muestran una imagen más natural y se integran bien en jardines o terrazas con mucha vegetación.

5/10 © Maisons du Monde

Con espíritu nómada

Otra de sus virtudes, en la mayoría de ellos, es su función nómada, que permite llevarlo y trasladarlo donde lo necesites en cada momento. De manera que puede crear ambiente en la zona de ‘chill out’ del jardín o calentar el comedor al aire libre, en una cena veraniega de septiembre. Esta condición facilita también guardarlo cuando no lo utilices o cuando cierres tu segunda residencia y no vayas a usarlo hasta las próximas vacaciones.

6/10 © Ivyline

Poca inversión, resultados garantizados

Otra de sus muchas ventajas es su capacidad para hacer más agradables y cálidas tus veladas al aire libre, sin tener que gastar mucho. Hay braserosque van desde los 50 € y que cumplen con todas tus expectativas y otros, mucho más caros, que incorporan más funcionesy se convierten en auténticas 'calefacciones' de exterior. Modelos que pueden proporcionar calor suficiente para disfrutar las mañanas de invierno en las que el sol te invita a desayunar fuera de casa.

7/10 © John Lewis

Para todo el año

Entre las muchas cosas que nos trajo la COVID-19, se encuentra el disfrutar las terrazas de bares y restaurantes todo el año. Y en este marco, los braseros entran a escena conquistando el exterior no solo en los meses de verano, sino también en invierno. Con sus limitaciones, sabemos que no son una calefacción sino un complemento, pueden dar mucho juego en los días soleados invernales para disfrutar de un desayuno o una comida. Las cenas son una cuestión aparte, especialmente si tu vivienda está en el norte o en una zona fría.

8/10 © Madam Stoltz

Precauciones

No se trata de un accesorio peligroso, pero siempre que hay fuego, deben tomarse algunas precauciones. Lo primero es no colocarlo en un lugar cerrado y sin ventilación porque puede llenarse de humo sin que te des cuenta. Después, ten a mano guantes protectores o útiles típicos de una chimenea de dentro e, incluso, un extintor para estar prevenido ante cualquier circunstancia.

 

9/10 © Cuckooland

Manual de uso

Cuando uses el brasero por primera vez, comienza con un fuego pequeño, preferiblemente sin usar gasolina para encenderlo, y coloca los leños sin apilar. Como alternativa a la gasolina puedes encender con piñas secas, paja o periódicos, viejos colocados estratégicamente debajo de los troncos. Mantén una distancia de seguridad y vigila que no haya niños cerca. Aunque son seguros, como ocurre con las chimeneas de dentro de casa, procura no dejarlo sin vigilancia o irte a la cama cuando las llamas aún son muy altas.

10/10 © Casa

En versión chimenea

Si consideras que en tu casa de la playa o de la montaña, el típico ‘pit fire’ se queda escaso y necesitas algo más potente, puede que tu mejor opción sea una chimenea de exterior, que no solo proporcione atmósfera, sino que ofrezca realmente una agradable temperatura si estás cerca de ella. De obra o casette (hogar estanco y cerrado), suspendidas, de pared o ancladas al suelo, son la mejor manera de alargar tus noches de verano al aire libre.

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