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Las plantas trepadoras resultan muy decorativas en cualquier jardín o terraza. Son un recurso perfecto para cubrir superficies verticales, y muchas de ellas destacan por la belleza de sus hojas y de sus flores.

Como la clemátide (Clematis), una planta que pertenece a la familia de las Ranunculaceae que, además, es sencilla de cultivar, apta incluso para jardineros principiantes.

 

¿Necesita muchos cuidados?

Cultivar clemátides en el jardín es muy recomendable. Se trata de una especie trepadora de flor que no necesita atenciones demasiado complicadas. Es una planta de tallos leñosos, originaria de Inglaterra, donde crece de manera silvestre. Su principal atractivo son sus flores, muy llamativas y diversas, ya que son diferentes en forma y color en función de la clemátide de que se trate: hay cerca de 400 variedades.

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¿Cuándo es su floración?

Al llegar la primavera, y hasta finales del verano, la clemátide se llena de flores muy bellas de diferentes tamaños, formas y colores. Pueden ser blancas, rojas, rojas, azules, moradas, etc. Todas ellas perfectas para poner la nota más decorativa a tu jardín.

Además, cuentan con la particularidad de que son muy aromáticas. Destilan un perfume intenso y rico, similar al del jazmín. Planta una o varias clemátides y tu jardín será todo un espectáculo a partir de la primavera.

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¿Presenta muchas variedades?

No hay un único tipo de clemátides, sino que existen alrededor de 400 variedades diferentes. En España, la más habitual es la Clematis vitalba, de bellas flores blancas que crecen agrupadas en ramilletes.

También destaca la Clematis durandii, herbácea con flores grandes de color azul oscuro, de unos 7 cm de diámetro. Entre las variedades trepadoras, destacan la Clematis alpina, la Clematis montana, y la Clematis macropetala. Todas ellas hacen gala de flores preciosas y muy llamativas.

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¿Dónde puedo plantarla?

Para elegir el emplazamiento perfecto en el jardín en el que colocar tu clemátide has de tener en cuenta varios aspectos. Para empezar, debes plantarla cerca de una superficie vertical por la que pueda trepar, ya sea una celosía o cualquier otra estructura. Si le proporcionas el soporte adecuado, la clemátide puede llegar a alcanzar los 5 metros de altura.

También puedes cultivar esta planta en maceta, teniendo la precaución de elegir un contenedor grande y alto, y con un buen drenaje. Es mejor que no sea de plástico ya que podrían recalentarse las raíces de la planta en verano.

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¿Necesita mucha luz para crecer?

No es demasiado exigente para la iluminación natural. Le gusta estar a pleno sol, pero también puede crecer bien en semisombra. De hecho, lo ideal es que tenga las hojas y las flores expuestas al sol y las raíces a la sombra. Si donde vives hace mucho calor en verano, mejor protégela porque sufrirá bastante en las horas más calurosas del día.

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¿Qué temperaturas son las ideales para cultivarla?

A la clemátide le gustan los climas húmedos, por lo que se suele cultivar muy bien en todo el norte de España. Protégela del calor intenso en verano, y del frío en invierno, ya que no tolera las heladas, especialmente durante los primeros años de la planta. Con el tiempo puede aguantar temperaturas bajas (de unos -10ºC) de manera puntual.

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¿Qué sustrato necesita?

Es importante proporcionarle a la clemátide el sustrato adecuado. Debe ser un terreno suelto y aireado, con un drenaje adecuado que evite los encharcamientos. Elige tierra fresca y no calcárea, rica en nutrientes, y con fibra de coco y perlita. Para asegurarnos de que se trata de un sustrato rico en nutrientes, apórtale humus de lombriz o compost.

Un consejo: en verano es conveniente proteger el terreno con un acolchado de corteza de pino o gravilla. Esto hace que la tierra retenga más humedad.

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¿Cómo hay que regar la clemátide?

Llegamos al punto más crítico en lo que se refiere al cultivo de esta planta. Ya sabemos que la clemátide necesita de un ambiente muy húmedo para estar bien, puesto que no tolera la sequía.

En sus primeros tiempos es muy sensible a la falta de agua, por lo que tendrás que regarla frecuentemente. La pauta normal es entre 1 y 3 riegos semanales, en función del clima, la estación del año y la humedad ambiental.

Un consejo: sea cual sea el riego que debas darle a la clemátide, cuida de que no se produzcan encharcamientos. Son muy perjudiciales para la planta.

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¿Conviene abonarla?

A tu clemátide le vendrá muy bien una buena dosis de energía y nutrientes en forma de abono, una vez al mes, desde inicios de la primavera y hasta finales del verano, durante el período de floración.

Utiliza siempre fertilizantes de tipo orgánico, mucho más naturales. Puedes elegir entre humus de lombriz o compost. Cualquiera de ellos le dará a la planta la dosis necesaria de energía que necesita.

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