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En un jardín la naturaleza debe compartir espacio con otros elementos ‘importados’, como un banco, una mesa, una agradable fuente… Y la belleza de las plantas también puede convivir, sin competir, con la de estatuas y esculturas, para conseguir composiciones artísticas y únicas.

Para descubrir los secretos para decorar el jardín con esculturas o estatuas y crear diseños cautivadores en clave moderna, nos asesora Santiago Herrero de Egaña, biólogo paisajista en Paisajes Pensados.

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Importancia de las esculturas en el diseño del jardín

La tradición occidental de colocar esculturas en el jardín se remonta a la época de los romanos. Precisamente en la imagen vemos a un orco en el Jardín de Bomarzo (Italia), una escultura de gran tamaño tallada en la roca.

Santiago es de la opinión que cuando se emplean de la manera adecuada, las esculturas y elementos ornamentales pueden captar y expresar el espíritu de un jardín.  

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Ampliar nuestra mirada

Cuando hablamos de estatuas y esculturas, no tenemos que encorsetarnos y pensar exclusivamente en obras creadas por un artista. Por ejemplo, Santiago propone que “elementos ornamentales como macetas, tinajas o botellas también pueden resultar escultóricos en sí mismos, si se agrupan de forma apropiada y se colocan en lugar donde resulten un ‘descubrimiento’ para nuestro ojo”.

Elementos reciclados, encontrados y recuperados pueden resultar muy interesantes sacados de contexto y colocados en un jardín a modo de escultura, como vemos en esta pared decorada con culos de botellas.

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Claves de diseño

Las esculturas y las estatuas no son elementos decorativos habituales en los jardines domésticos, dado que, como comenta el paisajista, “se suelen asociar a algo costoso y esnob, pero una escultura en un jardín familiar bien escogida puede resultar un elemento muy atractivo a la vista”.

Se pueden utilizar diferentes objetos a modo de escultura. En el proyecto de la imagen, por ejemplo, Paisajes Pensados apuesta por tres bustos instalados sobre una mesa de estilo Shabby. Para una composición acertada se deben escoger las esculturas con moderación y con tino (respecto al tamaño y número), ya que es fácil sobrecargar. No obstante, Santiago anima a los propietarios de jardines a que se atrevan a colocar esculturas en el jardín para conseguir interesantes conjuntos.

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5/9 © Pablo Vidal Gardens

Materiales para tu escultura

Una escultura es fascinante porque supone un contrapunto entre lo natural y creado por la mano del hombre, entre lo cambiante y lo inmutable. De este modo, a la hora de escoger el material en el que se fabrique la pieza, personalmente a Santiago le gustan aquellas opciones que se ‘dejen naturalizar’ o conquistar por el resto del jardín sin perder dicho contraste, por ejemplo, el barro al que le sale verdín, el acero que se oxida y se funde con el suelo o la madera que se acaba agrietando. 

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Romper con concepciones obsoletas

Santiago, además, está convencido de que “el viejo concepto de que las esculturas deben dominar o encontrarse al final de cada eje o sobre un pedestal ya no se aplica de forma tajante, pueden emplearse de manera más informal y generalmente el resultado es más armónico para los cánones actuales”.

De este modo, para conseguir un perfil nítido se pueden colocar con un fondo de una pared de hiedra, un seto o una formación de vegetación densa en el que destaquen y al mismo tiempo se integren.

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Mayor impacto con el efecto sorpresa

Las estatuas pueden situarse anunciándose de lejos o sorprendiéndonos al pasear por el jardín, si es que este es de extenso. En el segundo caso, hace falta crear el misterio previo para que la escultura o el objeto escultórico supongan un descubrimiento. Quizá detrás de la curva de un sendero con vegetación espesa a los lados puede recibirnos una escultura en un claro del bosque que parece que ha sido dejada’ allí, una especie de espíritu del jardín que aparece en cierto lugar sin avisar. Vemos un ejemplo en este proyecto de Paisajes Pensados decorados con bloques geométricos de distintos tamaños y formas.

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8/9 © David Frutos para Xpiral

Arte en el siglo XXI

Si tradicionalmente las estatuas y esculturas que decoraban jardines, públicos o en casas, sobre todo representaban a figuras humanas o elementos de la naturaleza, tales como animales, en la actualidad lo más común son las obras abstractas. Un ejemplo es Nébula, frente a la casa ideada por Xpiral, una obra de la artista madrileña Blanca Muñoz a base de barras de acero inoxidable entrecruzadas. En esta vivienda de Los Alcázares (Murcia) residen dos coleccionistas de arte, algo que delatan los interiores y también el jardín

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¿Fusión de arte y agua?

En tiempos pasados las estatuas formaban parte de una fuente, se situaban sobre un estanque o incorporaban chorros con agua. Santiago comenta: “aunque me parece muy interesante la fusión de arte y agua, considero que el agua es una escultura en sí misma y muchas veces no hace falta más ornamento para disfrutar de su movimiento, su quietud, sus reflejos”.

Sin duda, hoy en día los jardines se plantean con un diseño más moderno, evocador y, en muchos casos, en clave minimalista.

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